Las Saturnales, o Saturnalia en latín, eran unas importantes
fiestas romanas en honor a Saturno, dios de la agricultura. Se
celebraban del 17 al 23 de diciembre por el fin del período de
progresivo oscurecimiento de los días que culmina en el solsticio de
invierno, normalmente el día 21. Eran seguidas por el nacimiento del
nuevo período de triunfo de la luz o nacimiento del Sol Invicto, que se
celebraba el 25 de diciembre.
Las Saturnales fueron las festividades de la finalización de los
trabajos del campo, celebradas tras la conclusión de la siembra de
invierno, cuando por fin había tiempo para descansar. Según la mitología
fueron creadas por Jano, el dios de las dos cabezas, de las dos puertas
solsticiales, que había recogido a Saturno cuando fue derrocado por su
hijo Júpiter, con el objeto de conmemorar el reinado de Saturno, que fue
la añorada Edad de Oro. Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola
protector de sembrados y garante de cosechas con el dios griego Crono,
el de la mítica Edad de Oro de la Tierra, cuando los hombres vivían
felices, sin separaciones sociales.
Estas fiestas, que se remontan a mucho más allá de la fundación de Roma,
consistían principalmente en representar la igualdad que reinaba
originalmente entre los hombres. Originalmente sólo duraban un día, pero
el emperador Augusto pidió que se celebraran durante tres días, a los
cuales más tarde se añadieron más. Durante estas fiestas se suspendía el
poder de los amos sobre sus esclavos, y estos tenían derecho a hablar y
actuar con total libertad; por eso era conocida también como las
"fiestas de los esclavos". No se respiraba más que placer y alegría. Los
tribunales y las escuelas cerraban, no estaba permitida la guerra ni la
ejecución de criminales, ni ejercer otro arte que el de la cocina, se
enviaban regalos y se daban suntuosas comidas. Además, todos los
habitantes de la ciudad dejaban de trabajar; la población acudía en masa
al monte Aventino, para disfrutar del aire campestre. Los esclavos
podían criticar los defectos de sus amos, jugar contra ellos y estos les
servían en la mesa, sin importar los platos que se rompieran. Eran días
de bulliciosas diversiones, banquetes e intercambio de regalos.
Las fiestas comenzaban el 17 de diciembre con un sacrificio en el templo
de Saturno, al pie de la colina del Capitolio, la zona más sagrada de
Roma, seguido de un banquete público festivo (lectisternium) al que
estaba invitado todo el mundo y al grito multitudinario de "Io,
Saturnalia".
Esta fiesta era tan apreciada por el pueblo que de forma no oficial se
festejaba a lo largo de siete días, del 17 al 23 de diciembre. Las
autoridades estatales se vieron obligadas a atender a la costumbre
popular visto el fracaso que supuso intentar reducir a 3 ó 5 días de
celebraciones propuestas respectivamente por Augusto y Calígula. A
finales del siglo I las vacaciones judiciales se prolongaron
definitivamente a cinco días.
En las fiestas Saturnales se decoraban las casas con plantas y se
encendían velas para celebrar la nueva venida de la luz. Los amigos y
familiares se hacían regalos en un principio recordando a antiguos
rituales, velas o figurillas de barro, y luego otros objetos, algunas
veces de broma.
Sol Invicto, en forma completa "Deus Sol Invictus" (el invencible dios
Sol) fue un título religioso aplicado al menos a tres divinidades
distintas durante el imperio romano: El Gabal, Mitra y Sol, el Helios
griego.
El Festival del Nacimiento del Sol Invencible (Dies Natalis Solis
Invicti) se celebraba cuando la luz del día aumentaba después del
solsticio de invierno, en alusión al renacimiento del Sol.
Al final de la Saturnalia se celebraba el nacimiento del Sol
invencible, personificado en el dios Mitra, el 25 de diciembre. Aunque
el culto a Mitra tenía orígenes persas, se convirtió en la religión
dominante en Roma, especialmente entre los soldados.
El título de Sol Invicto ganó definitiva popularidad por primera vez
bajo el emperador romano Heliogábalo que impuso el culto de El Gabal,
dios Sol de su ciudad nativa de Emesa (Siria). A la muerte del emperador
en el 222, el nuevo culto cayó algo en desuso aunque los emperadores
posteriores siguieron acuñando moneda con la corona solar radiante
durante cerca de un siglo.
Aureliano fortaleció la posición del dios del Sol como la principal
divinidad del panteón romano. Su intención era dar a todos los pueblos
del imperio, civiles o soldados, occidentales u orientales, un solo dios
en quien ellos podrían creer sin traicionar a sus propios dioses. El
centro del culto fue un nuevo templo construido en 271 en Campus
Agrippae en Roma con grandes decoraciones que fueron financiadas con el
botín obtenido de Palmira (Siria). Aureliano no persiguió a otras
religiones; sin embargo, durante su breve reinado, parecía seguir el
principio de "un dios, un imperio", idea que más tarde adoptó
completamente el emperador Constantino el Grande. En algunas monedas
aparece con el título "deus et dominus natus" (dios y señor nato),
título que más tarde sería adoptado también por Diocleciano. Lactancio
argumenta que Aureliano habría prohibido adorar a todos los demás dioses
si hubiera tenido tiempo suficiente para hacerlo.
Los emperadores anteriores a Constantino grabaron al Sol Invicto en sus
monedas oficiales con la leyenda "Soli Invicto Comiti", para de este
modo invocar al Sol Invicto como compañero del emperador. Las
estatuillas del Sol Invicto, cargadas por portaestandartes, aparecen en
tres lugares en los relieves del Arco de Constantino. La moneda oficial
de Constantino continuó llevando la leyenda relativa al Sol Invicto
hasta el 323.
Juliano el Apóstata declararía a Helios como la única divinidad, siendo
las otras divinidades simples expresiones de este único dios. Durante el
tiempo de este emperador la religión del Sol se conviritió en la
religión oficial dentro del imperio.
La religión y fiesta del Sol Invictus continuó siendo parte de la religión estatal hasta que el paganismo fue abolido por decreto del emperador Teodosio I el 27 de febrero de 380 en el célebre edicto de Tesalónica, en el cual el emperador estableció que la única religión del estado era el cristianismo niceno, prohibiendo de facto todas las otras.
La religión y fiesta del Sol Invictus continuó siendo parte de la religión estatal hasta que el paganismo fue abolido por decreto del emperador Teodosio I el 27 de febrero de 380 en el célebre edicto de Tesalónica, en el cual el emperador estableció que la única religión del estado era el cristianismo niceno, prohibiendo de facto todas las otras.
Navidad proviene de la palabra latina "nativitas" (natividad) que
significa nacimiento y se refiere particularmente al nacimiento de Jesús
el Cristo que es celebrado cada 25 de diciembre, sin embargo, en
ninguna parte de la Biblia se menciona la fecha exacta del nacimiento de
Jesús. La fiesta de la Navidad fue reconocida 300 años después de su
muerte, cuando el emperador Constantino permitió el cristianismo en el
imperio romano, después de haber sido perseguido desde tiempos de Nerón,
porque la fecha había encontrado popularidad entre los romanos
cristianos al tratarse de la fecha del renacimiento del dios Sol. Existe
discrepancia entre si existieron o no celebraciones del nacimiento de
Jesús antes de esa fecha. La fecha del nacimiento de Jesús la calcularon
algunos de los primeros cristianos basándose en una tradición judía que
fijaba para los profetas su fecha de fallecimiento y de su concepción
en el mismo día; como creyeron que Jesús murió un 25 de marzo,
calcularon nueve meses después y fijaron el 25 de diciembre como su
nacimiento. Por eso los cristianos ortodoxos celebran la Navidad el 7 de
enero en el calendario gregoriano, porque según su calendario,
el juliano, el 25 de marzo cae en el 7 de abril gregoriano.
La fiesta cristiana de la Navidad parece haber sido trasladada hacia el
año 330, en tiempos de Constantino, al 25 de diciembre. Con ello se
quería significar a Cristo como el verdadero Sol Invicto. Es importante
observar que a partir del año 315 empiezan a aparecer en las monedas los
primeros símbolos cristianos.
El emperador Constantino había sido un seguidor fiel de las tradiciones
paganas y particularmente del dios Sol. Su conversión al cristianismo se
debe a una supuesta visión que tuvo, cuando iba con su ejército, en la
que vio una cruz frente al Sol y escuchó una voz que le dijo "con este
signo vencerás" (in hoc signo vinces). Esto fue motivo para llevar el
símbolo de una cruz en su estandarte y ganar la batalla del Puente
Milvio. Probablemente sea por estas fechas cuando tiene lugar el cambio
de la fiesta de la Navidad al 25 de diciembre. El mensaje recabado de la
célebre visión de Constantino fue en el sentido de la prevalencia de
Cristo sobre el Sol: Cristo es el verdadero Sol Invicto. Sólo faltaba
trasladar la fecha del nacimiento de Jesús al 25 de diciembre, día en
que se festejaba el nacimiento del Sol Invicto.
Y así se quedó la Navidad, la fiesta del nacimiento de Jesús,
sustituyendo a la del Sol Invicto y de camino a las Saturnalias, de las
que tantas tradiciones y costumbres recogió adaptándolas al
cristianismo. Para los cristianos, esta sustitución como otras
posteriores, por un lado puede considerarse como algo positivo pues se
sobrepuso al paganismo, pudiéndose considerar un triunfo de la nueva fe,
pero por otro no lo es tanto, porque la nueva religión oficial desde
entonces tuvo que ceder autenticidad sincretizándose con los antiguos
cultos. Este cristianismo se tuvo que adaptar, en definitiva, al
paganismo para ser la religión oficial del imperio romano, pudiéndose
considerar incluso que la Iglesia Cristiana oficial no es sino la
religión romana adaptada a las nuevas circunstancias e intereses
políticos, un lastre que continua hasta nuestros días claramente en la
Iglesia Católica Apostólica y Romana, y que ha servido para ser atacada y
cuestionada teológica y políticamente hasta nuestros días.
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