¿Y dónde irá el humo de todas las hogueras a descansar?
En algún lugar entre la tinta y el papel
se estremece un continuo palpitar de sueños.
Palpito así, soñando, riendo; y es solo cuando miro
a lo lejos que vuelvo a saber, como siempre, de mi.
Perdido en esta jungla de alabastro, el sálvese
quien pueda en las entrañas...
y los parpadeos de las prostitutas del parque
suman tanto como los pétalos del Edén.
Bruseku