11/1/13

el ciclo del agua

Amo el modo que tienes de licuarte
cuando, al aproximarme a tu presencia, 
me entregas a beber las aguas de tu sangre. 

Pero me quemas, 
antes de que me sacie del pecado
comienzas a bullir en tu delirio. 

Cierro los párpados, 
inmóvil, 
sintiendo entre mis poros tu estado gaseoso
y cuando a lo más alto se evaporan tus ansias
sobre mí te desprendes, 
   aguacero de dicha. 
 
 
 
 
 
Amaya Blanco