28/4/12


Había una vez unos individuos que se llamaban Todo el mundo, Alguien, Cada uno y Nadie.

Surgió un importante trabajo que hacer, y se pidió a Todo el mundo hacerlo. Todo el mundo estaba seguro de que Alguien lo iba a hacer. Cada uno podría haberlo hecho, pero al final resultó que Nadie lo hizo. Alguien se enojó porque, claro, el trabajo era de Todo el mundo. Todo el mundo pensó que Cada uno podía hacerlo y Nadie, por su parte, no dudaba de que Alguien lo haría.  Al final, Todo el mundo hizo reproches a Cada uno porque Nadie había hecho lo que Alguien debía hacer.