24/4/12

Sniff XII

Respiración para la compresión del Qi 


Se trata de un ejercicio fundamental de respiración diafragmática profunda para absorber y poner en circulación la energía vital del aire, y para inyectarla en los órganos, glándulas y músculos mediante una compresión interna. La mente debe concentrarse exclusivamente en las corrientes de aire que entran y salen del organismo, mientras visualiza la energía moviéndose por los meridianos a cada respiración.

Tras una larga práctica, su mente aprenderá a dirigir la energía eh vez de limitarse a seguirla por el cuerpo, cumpliendo así el precepto taoísta de que «la energía sigue a la mente allí dónde ésta la dirige».

Postura: En pie, sentado, tendido, caminando. Las mejores son de pie y sentado.
Técnica: Vacíe completamente los pulmones y en seguida comience una inhalación larga y lenta a través de las ventanas de la nariz, tan abiertas como le sea posible.

Visualice una corriente luminosa de energía pura que fluye hacia el interior de los pulmones mientras va inhalando. Cuando los pulmones estén llenos sin incomodidad, aplique los Tres Cerrojos y trague con fuerza. El acto de tragar ayuda a desplazar la «burbuja de energía» hacia el fondo del abdomen inferior. Durante la breve fase de retención, dirija su atención a la zona del ombligo e imagínese que la energía se acumula ahí eh forma de luz y calor.

Acto seguido, afloje con suavidad los Tres Cerrojos y comience una larga, lenta y controlada exhalación a través de la nariz, manteniendo la lengua firmemente pegada al paladar. Visualice la energía extendiéndose por todo el cuerpo a través de la red de meridianos a medida que va exhalando. Si alguna parte del cuerpo está enferma, trate de dirigir la energía hacia ella mediante la concentración de la atención mental en ese punto durante la exhalación.

Haga una breve pausa, relaje el abdomen y repita estos pasos. Al principio, limítese a hacer tres o cuatro respiraciones para la compresión del Qi consecutivamente, luego relaje los pulmones y los canales de energía con cinco ó seis respiraciones en Fuelle y repita otras tres ó cuatro compresiones de Qi. Vaya aumentando gradualmente hasta realizar seis ó siete compresiones seguidas, con dos ó tres series en cada sesión.

Beneficios: Este ejercicio carga el organismo con dosis concentradas de Qi, lo distribuye por toda la red de meridianos y lo inyecta en los órganos, glándulas y demás tejidos. También estimula el sistema nervioso central y ayuda a cultivar la conciencia interior de la armonía entre cuerpo, respiración y mente.