23/5/12

retroceso

¿Por qué tras el estallido del efluvio comienza la decadencia?

La formidable hada de pétalos rosas no es de este planeta, por eso soñamos con ella y le damos forma con cuentos de fantasía.

En cada momento no dejamos de trabajar enlazando agujeros en una gran cadena que viaja entre las estrellas.

Pero algunos hablan del peligro de las autopistas.

De forma inesperada, dicen, te reclaman por teléfono y tienes que bajar al sótano. Aparecemos en una pasarela de muestras, con un abrigo nuevo último grito, no queda otra. Por delante, un paso estrecho flanqueado por fotógrafos hambrientos. Lucharemos por ser los más apuestos. El embuste de la colmena confirmará nuestro éxito premeditado.

¿Por qué tras la coronación del rey, éste anhela la apatía del súbdito?

Un patio de recreo eterno nos aguarda en los campos de centeno floridos, mucho antes del estallido y el efluvio. Nuestra motivación no es astilla de ningún palo, sino raíz centenaria. Somos mensajeros del correo aspado, víctimas de la inercia de los siglos y tenemos una misión. Nacer es retroceso, es despertar en una cuadra menguante llena de lazos en forma de horca que atrapan los tobillos. La vida certifica a la vida su crédito con bonos con valor de expectativa para pagar nuestras mochilas de cemento. El interés es alto, embarga la carne.

El formidable lobo gentil de mostachos afilados no es de este planeta, por eso soñamos con él y le damos forma con cuentos de fantasía.
 
Pero yo lo conozco, en su lomo viajamos todos hacia el sol agarrados de la mano...
hasta que suena el teléfono azul.

Es el sueño de un humano.