2/6/12

valor y precio

El pescador preparaba su caña por enésima vez. Llevaba una cesta, pero nunca la llenaba. Yo siempre que pasaba con la bicicleta le veía allí los fines de semana. Un día decidí detenerme y satisfacer de una vez por todas una curiosidad que ya empezaba a pedir una respuesta. Me acerqué a él y comprobé cómo su cesta seguía vacía.

- Oiga, todo esto... poco fructífero me parece, ¿a santo de qué suelta usted estos peces que pesca?¿Acaso no pesca para comer?

- Amo demasiado a estos merluzos- dijo mientras dejaba escurrirse entre sus dedos otro magnífico ejemplar de trucha