15/10/11

AH PP

El cerebro cuenta con una serie de sistemas de enzimas que sirven para coordinar sus
operaciones. Algunas de estas enzimas regulan el suministro de glucosa a las células
cerebrales. La mescalina impide la producción de estas enzimas determinadas y disminuye así
la cantidad de glucosa a disposición de un órgano que tiene una constante necesidad de azúcar. 

¿Qué sucede cuando la mescalina reduce la normal ración de azúcar en el cerebro?
Son muy pocos lo casos que han sido observados y esto impide que se pueda dar una
contestación concluyente.
Pues lo que sucede a la mayoría de los pocos que han tomado mescalina bajo fiscalización
como sigue:
 

La capacidad de recordar y de "pensar bien" queda poco o nada disminuida. Cuando
escucho las grabaciones de mi conversación bajo la  influencia de la droga no advierto que
haya sido más estúpido que en el tiempo ordinario.
2o
Las impresiones visuales se intensifican mucho y  el ojo recobra parte de esa inocencia
perceptiva de la infancia, cuando el sentido no está inmediata y automáticamente subordinado
al concepto. El interés por el espacio disminuye y  el interés por el tiempo casi se reduce a
cero.
3o
. Y Aunque el intelecto no padece y aunque la percepción mejora muchísimo, la voluntad
experimenta un cambio profundo y no paranormal. Quien toma mescalina no ve razón alguna
para hacer nada determinado y juzga carentes de todo interés la mayoría de las causas por las
que en tiempos ordinarios estaría dispuesto a actuar y sufrir. No puede molestarse por ellas,
por la sencilla razón de que tiene cosas mejores en que pensar.
4o
. Estas cosas mejores pueden ser experimentadas -como yo las experimenté- "ahí afuera" o
"aquí adentro", o en ambos mundos, el interior y el exterior, simultánea o sucesivamente. Que
son cosas mejores resulta evidente para todo tomador de mescalina que acuda a la droga con
un hígado sano y un ánimo sereno. 

Estos efectos de la mescalina son de la clase de los que cabría esperar que siguieran a la
administración de una droga capaz de menoscabar la eficiencia de la válvula reducidora del
cerebro. Cuando el cerebro se queda sin azúcar, el desnutrido ego se siente débil, se resiste a
emprender los necesarios quehaceres y pierde todo su interés en las relaciones espaciales y
temporales que tanto significan para un organismo deseoso de ir tirando en este mundo.
 
Cuando la Inteligencia Libre se cuela por la válvula que ya no es hermética, comienzan a
suceder toda clase de cosas biológicamente inútiles. En algunos casos, se puede tener
percepciones extrasensoriales. Otras personas descubren un mundo de belleza visionaria. A
otras más se les revelan la gloria, el infinito valor y la plenitud de sentido de la existencia
desnuda, del acontecimiento tal cual, al margen del concepto. En la fase final de la
desaparición del ego -y no puedo decir si la ha alcanzado alguna vez algún tomador de
mescalina-, hay un "oscuro conocimiento" de que Todo está en todo, de que Todo es
realmente cada cosa. Yo supongo que esto es lo más  que una inteligencia finita puede
acercarse a "percibir cuanto esté sucediendo en todas las partes del universo".
 
En relación con esto, ¡qué significativo es el enorme mejoramiento que tiene bajo la influencia
de la mescalina la percepción del color! Para ciertos animales, es biológicamente muy
importante la capacidad de distinguir ciertos matices. Pero, más allá de los límites de su
espectro utilitario, la mayoría de los seres son completamente ciegos para los colores. Las
abejas, por ejemplo, pasan la mayor parte de su tiempo "desflorando a las lozanas vírgenes
de la primavera", pero, como von Frisch lo ha mostrado, sólo pueden reconocer unos cuantos
colores. El muy desarrollado sentido del color que  tiene el hombre es un lujo biológico,
precioso para él como ser intelectual y espiritual, pero innecesario para su supervivencia como
animal. A juzgar por los adjetivos que Homero pone en sus labios, los héroes de la Guerra de
Troya apenas superaban a las abejas en la capacidad para distinguir los colores. En este
aspecto por lo menos, el avance de la humanidad ha sido prodigioso. 


Aldous Huxley  Las puertas de la percepción