18/10/11
Cuentan las malas lenguas que en los años veinte el presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge, estaba de visita oficial con su esposa en una granja. A cada uno se le asignó un itinerario distinto, de manera que cuando el guía le estaba explicando al presidente los secretos de un gallinero, le dijo: "Su esposa me ha recalcado que le recordara que el gallo que vive en el corral rodeado de gallinas hace el amor todos los días". A lo que el presidente Coolidge contestó con una pregunta: "¿Con una sola de ellas?". "No, no, no", fue la respuesta inmediata del guía. "Pues dígaselo así a mi esposa", fue la réplica presidencial.