29/11/11
28/11/11
odium
obsequium amicos, veritas odium parit
. La complacencia genera amigos, la verdad, odio.Terencio
27/11/11
sniff IX
Las transiciones entre retención y exhalación, y entre exhalación e inhalación, deben ser siempre lentas, suaves y deliberadas, no bruscas, repentinas e incontroladas. La duración real de cada fase no es tan importante como la duración relativa y la suavidad de la transición. Al principio, los pulmones, diafragma, abdomen y aparato circulatorio ofrecerán resistencia a los rigores de la respiración diafragmática pro¬funda, por falta de costumbre, pero con paciencia y perseverancia pronto se adaptarán a ella y funcionarán mejor que nunca.
Al empezar, lo más importante es concentrarse en la regularidad rítmica de las cuatro fases del control respiratorio, antes que tratar de prolongar cada una de las fases.
El universo entero y todas sus partes funcionan rítmicamente, y los organismos prosperan en la medida en que armonizan sus propios rit¬mos internos con las grandes pautas de la naturaleza. El ciclo sueño/ vigilia se ajusta al ritmo del día y la noche, los ciclos menstruales si¬guen los ritmos de la luna y los latidos del corazón siguen los ritmos de la respiración. La mente tiende naturalmente al ritmo y, por consi¬guiente, la respiración rítmica favorece muchísimo la capacidad de la mente para concentrarse hacia el interior y absorberse por completo en el proceso respiratorio.
Ir contando mentalmente los segundos es una forma de medir la duración relativa de las diversas fases del control respiratorio, pero puede distraer la atención. Resulta más aconsejable contar los latidos del corazón, para lo que hace falta bloquear la información sensorial externa, interrumpir el «diálogo interior» y concentrar la atención en los latidos y el aliento. Una de las mejores maneras de cultivar esta conciencia interior consiste en concentrar la atención en la región del ombligo Y tratar de visualizarla como expandiéndose y contrayéndose a cada respiración. Como un maestro taoísta solía decir a sus discípu¬los, «concentrad la atención en el abdomen inferior y acabaréis sa¬biendo todo lo que se puede saber sobre vuestro cuerpo».
En cuanto la mente se aparta de la respiración, la respiración pierde inmediatamente su ritmo, así que, al practicar ejercicios respi¬ratorios, hay que estar muy atento a lo que se está haciendo. Tras una larga práctica, llegará a familiarizarse tanto con los diversos ritmos in¬volucrados en la respiración que podrá juzgar la duración relativa de cada fase sin necesidad de contar los segundos y ni siquiera de pensar en ello.
Existen varias pautas rítmicas básicas que pueden utilizarse en la respiración profunda. Una consiste en hacer durar la exhalación el doble que la inhalación, con una breve retención y una breve pausa entre cada fase. Esta pauta de exhalación prolongada proporciona un vigoroso estímulo a la circulación de la sangre y de la energía, expulsa las toxinas de pulmones y torrente sanguíneo y estimula el nervio neu¬mogástrico. Otra pauta respiratoria que suele utilizarse con frecuencia es la de dar la misma duración a las cuatro fases. Esta pauta favorece la asimilación de Qi, regulariza los latidos del corazón, disminuye la presión de la sangre y mejora el intercambio gaseoso en los pulmo¬nes.
Al comenzar cualquier programa de respiración profunda, los prin¬cipiantes deben estar preparados para la aparición de diversos signos. Suele haber cierta tendencia a transpirar y a notar flashes de calor en varios puntos del cuerpo, sobre todo tras la retención. Esto se debe al calor liberado por la respiración celular y a la aceleración de la ener¬gía vital en la red de meridianos. Es probable que eructe y suelte ven¬tosidades durante los primeros minutos de la sesión respiratoria. Esto se debe al profundo masaje que reciben los órganos abdominales con el descenso del diafragma y las diferencias de presión entre tórax y ab¬domen, e indica que la práctica es correcta; además, es una buena forma de expulsar gases nocivos por ambos extremos del tracto diges¬tivo. A veces sentirá hormigueos o corrientes que se desplazan a lo largo de la columna, o por brazos y piernas, o por encima de la coro¬nilla: es el Qi que circula por los meridianos, impulsado por la fuerza de la respiración. Entre los posibles signos que más suelen molestar a los principiantes figuran esporádicas sensaciones de mareo, el entume¬cimiento de las extremidades y temblores musculares, pero tampoco aquí hay motivo de preocupación: son consecuencias directas de la apertura de canales de energía hasta entonces descuidados y de la cir¬culación de Qi a través de ellos. Cuando se activan partes del cuerpo crónicamente privadas de sangre y energía, suele sentirse un hormi¬gueo, lo mismo que cuando un pie «se ha dormido» y lo apoya usted en el suelo. Con la práctica, todos los canales acabarán abriéndose y la energía circulará de forma suave y regular por todo el organismo, en cuyo momento ya no volverán a notarse estas sensaciones.
26/11/11
Aquest matí abans d'anar a dormir
m'he rentat la cara, m'he ben clanxinat
fora les lleganyes, la mala llet
mitja rialla i el nasset vermell
me'n vaig, ves, cap a la font del gat,
me'n vaig, cap a la font del gat.
Agafa una ampolla de vi, si tens set,
una bota de vodka i conyac.
Ja no raja aigua a la font del gat
ni ombres verres, ni aquell vell soldat
ni la marieta borda, la nena de l'ull viu
ja no raja aigua de la font del gat
ja no raja aigua de la font del gat
Agafa una ampolla de vi, si tens set,
una bota de vodka i conyac.
Beure cada dia, beure cada dia,
beure cada dia no és no
agafarem un gat
agafarem un gat
Sant Marc, Santa Creu, qui l'ha vist i qui la veu
Santa Bàrbara no em deixeu, que està eixuta
i jo tinc set.
Beure cada dia, beure cada dia,
beure cada dia no és no
agafarem un gat, meeuuu
un titiu, dos titius, tres titius...
Tretze, catorze, catorze
agafarem un gat, meeuuu
25/11/11
Radiografía
Gotas de sol entre mis manos,
Muriendo sin remedio.
Cada noche nace un delirio,
cada dia un turbio sueño.
Quiero despertar,
como el río sobre el cielo,
Ganarme mi pan,
Ser hombre de provecho.
Y purgar este desprecio
De quien no tiene dinero.
Pues esta vida hay que pagarla,
Moneda de sufrimiento,
Con sudores y tormentos.
¿Cuándo llegará la hora
Que me saluden los vientos?
¿Cuándo tendré mi caverna
Mi pan, mi flor, mi momento?
¿Cuándo andará con ropajes
Este bufón harapiento?
Siempre tuve mi dolor
Mis verdades y mis sueños.
Un talento insuficiente,
Para brillar en el cielo,
Para esconderme en las nubes, y crear un mundo nuevo…
S. PLatón
24/11/11
22/11/11
carta a un peluquero
con la situación presente, elegir a cualquiera me sería indiferente,
incluso me aventuraría con la tercera, por su semblante sonriente.
Fotografías de gran nitidez y expresividad en un salón de peluquería,
¿la madre de mis hijos? con cualquiera de ellas,
hermosas criaturas a este mundo vendrían.
Atiende a lo que dice la sabiduría, dicen algunos muertos
no te jode digo, tú, que ya tienes la picha fría.
Y es que está a la orden del día,
o te avispas y a buen polen cortejas
o te verás haciendo punto con las viejas.
En bikini se pasean con orgullo hembras de gran calibre
mientras sopla este levante a rachas y molesto,
si acaso bueno pues levanta faldas
y cuando alguno bien ubicado admira lo que llevan puesto
marcha pedaleando de buena gana afortunado,
sin saber que en la esquina morirá atropellado,
y libre ya del desecho sideral su biógrafo escribe.
Me agradecerás en un futuro no haber apostado un duro
por tu aventura en el extranjero
pues Alemania ya se lleva dentro,
aunque en salones de belleza no sería yo propicio
si rodeado de mujeres tan hermosas me aseguro
de no armar exagerado estropicio,
fuera ser que en el fondo no hubiera mejor por conocer;
y así, se esconde la sombra en el bolsillo y a otro menester,
pelillos a la mar, no hay mal que por bien...
Me notarás ausente, desengañado, y no es para menos;
en un mundo saturado de gente en la cola del paro,
en mi madriguera me rasco e hiberno en verano
mientras me pregunto cuando terminarán por darme el palo
18/11/11
Infernus viventem in Terra
Había sido un buen día. Ya de noche, satisfecho tras una jugosa cena, disfrutaba yo del buen placer de una pipa apoyado en la ventana de mi dormitorio. La noche se sentía en toda su serenidad mientras miraba los árboles meciéndose con el viento; las nubes, mucho más altas que la ciudad nocturna, cambiaban de forma a cada nuevo vistazo. En el bloque de enfrente, a unos 30 metros de donde estaba, cada ventana dejaba pasar de dentro una luz particular. Y me esforzaba por escuchar los sonidos que salían del interior de cada morada. Un edificio de noche puede ser muy discreto, sutil en sus señales. A la derecha, en la calle principal que cruza con la mía, se escuchaba una conversación medio lejana; sonaba a voces de muchachas adolescentes. Las oía acercarse, aunque nunca aparecían por la esquina. Me vino a la mente una idea que leí hace poco: “el cerebro elije sólo percibir la realidad que le es útil”, y un pensamiento maldiciente me cruzó la mente. Decidí sentarme entonces para continuar con mi trabajo. Pero antes de sentarme, y para mi sorpresa, volví a escuchar las voces femeninas.
Miré hacia la ventana, preguntándome por su insonoridad. Al momento me di cuenta de que no se trataba de eso, porque las voces se oían dentro de mi habitación. ¿O no era así? Porque al cabo de unos segundos estaba seguro de oírlas en el pasillo de mi apartamento, viniendo del salón y, creía yo, acercándose a mi dormitorio. Yo, al darme cuenta de lo que estaba escuchando, sentí un escalofrío por semejante sucesión de percepciones en apariencia inconexas. Supe en ese momento que por nada del mundo debía acercarme al pomo de la puerta… ni para abrirla ni para bloquearla desde dentro. Tuve también la certeza de que, a pesar de no atreverme a abrir la puerta para saciar mi inquietud angustiosa, tenía que vigilar sin distracción que el pomo no se moviera. Entonces escuché que llamaban a la puerta de mi dormitorio. Había perdido el control sobre mis piernas y mi cabeza palpitaba al ritmo de mis latidos, que se aceleraban conforme me acercaba a la puerta. Vivía yo solo en esa casa, pero intenté convencerme a mí mismo de la posibilidad de una presencia humana en el pasillo; quizás el propietario, haciendo una comprobación inusualmente nocturna. Sin más consideración, giré el pomo de la puerta y la abrí con un tirón repentino. Tras ella se encontraba algo que nunca habría podido imaginar: un ser alado, de estatura media y ojos penetrantes, que irradiaba luz de su cuerpo y su cabello. Por un momento, me perdí en la absurda incongruencia de que el resto de la casa estuviera a oscuras a pesar de su presencia. Con una voz tranquila, apaciguadora, se dirigió a mí con esta frase: “No tengas miedo. Soy Israfil, el ángel del último juicio. Tu salvación ha sido escrita: ven conmigo a dar un paseo”. En ese momento yo, en un profundo acto de incredulidad y terror, agarré la lámpara de mi mesita de noche y le di tremendo golpe seco en la frente con la base de aluminio hueco. La criatura cayó desplomada al suelo del pasillo, en una postura de lo más ridícula. Dejé caer la lámpara y me senté en la cama, pensando en lo que acababa de pasar. A mi sensación de haber hecho bien, de haberme defendido, le siguió toda una sucesión de pensamientos de condenación. En un segundo, toda mi educación religiosa se apoderó de mí en forma de tormento insoportable. Supe entonces que había matado a un ángel. Supe que no sólo se había acabado mi vida tal como la conocía, sino también la eternidad ulterior. Entonces lloré. Lloré como no había llorado nunca, ante la visión de un ser de luz ensangrentado, inmóvil, exánime. Su sangre, que bañaba su cara y manchaba parte de la pared, cambiaba ligeramente de color cada vez que la miraba. De mi garganta salió un grito de desgarro, una súplica a Dios sin precedentes en mi vida. Pero no hubo respuesta alguna, y es que Dios no tiene por costumbre hablar a las personas. Pero, ¿no me había enviado a un ángel? ¿No había sido yo elegido para la salvación? ¿No podía entonces Dios, aunque sólo por una vez fuera, darme una señal por haber matado a uno de sus hijos? Un ángel no es un hijo de Dios cualquiera. Es un siervo, un mensajero, un ser en un estado superior de existencia. Y la respuesta del Padre ante mi reciente atrocidad fue el silencio. No era silencio, sin embargo, lo que en ese momento reinaba en mi apartamento. Un par de vecinos aporreaban la puerta, preguntando qué estaba pasando. Me acerqué a la entrada para examinar el grado de curiosidad de esa gente. Debí de haberlos atraído al empezar a gritar. Lamentablemente, no era buen momento para abrir la puerta: de abrirla habría descubierto mi crimen divino, ya que el ángel yacía a pocos metros de la entrada. En aquel momento ocurrió lo que yo temía: escuché a uno de los vecinos hablar por teléfono, avisando a la policía de que algo extraño sucedía en el sexto segunda. Volví entonces a la puerta de mi dormitorio y tuve un pensamiento: no era posible que mi acto no tuviera consecuencias. No era posible que yo siguiera ahí, vivo y de pié. Merecía la fulminación, la aniquilación eterna. Merecía el Infierno. Pero la realidad era otra. O Dios me había perdonado, o no le importaba lo que acababa de hacer. Aunque la opción más plausible era que Dios no se había dado cuenta… de modo que me agarré a esa posibilidad. Del altillo de mi armario saqué un edredón y me dispuse a cubrir a la criatura con él. Mis manos temblaban y mi respiración acelerada no me dejaba pensar. “Tengo que sacarlo de aquí”, pensé. En un cobarde acto de valentía, extendí el edredón en el suelo y me dispuse a colocarlo sobre él para poder liarlo de la forma más eficiente posible. Fue entonces cuando me di cuenta de que la envergadura de sus alas era mucho mayor de lo que creía, sobresaliendo estas del edredón y rozando el suelo mientras lo arrastraba en mi camino hacia la puerta de entrada. Miré por la mirilla y vi que los vecinos ya no estaban; posiblemente estaban en sus casas, esperando que la policía llegara. Aproveché ese momento para abrir la puerta silenciosamente. Supe que coger el ascensor me restaría libertad de huída, así que decidí bajar por las escaleras. Cogiendo a pulso a la criatura envuelta, empecé a bajar. Recé para que no hubiera ningún otro vecino en las plantas inferiores, aunque rezar era un recurso inapropiado en aquel momento. Por desgracia, mis piernas no respondían como es debido y dos pisos más abajo decidí coger el ascensor. Mientras descendía, en un viaje que me pareció eterno, me vi a mi mismo reflejado en el espejo: mi rostro estaba pálido y torcido, mis ojos aterrados y mi camisa manchada de una sangre cuyo color no podía definir. En mis brazos, un cadáver angélico. Jamás había visto yo en mi vida una estampa más patética, más dolorosa y turbadora.
Tuve la increíble suerte de poder alcanzar la calle sin ser visto por nadie. Sin embargo, la discreción no estaba de mi lado. En el ascensor me había dado cuenta de que mi imagen causaría espanto y hostilidad a cualquiera que se cruzara en mi camino. Decidí entonces llegar al parque más cercano. El camino consistía en cruzar tres patios de urbanizaciones en penumbra y una calle no muy concurrida. Sentí un impulso adrenalínico de supervivencia que me llevó a acelerar el paso, a sostener a la criatura de forma más enérgica. Pero de poco servía mi arranque: el cuerpo de Israfil se hacía cada vez más pesado en mis brazos. No me faltaban las fuerzas, más bien sentí su peso como una condición de aquel ser que se escapaba a la naturaleza. Seguí mi camino a duras penas. Mi cuerpo se tambaleaba de un lado a otro con cada paso y mi respiración estaba al límite, en una reacción casi asmática que amenazaba con pararme los pies allí mismo. Una sensación de irrealidad me envolvía y deseé estar soñando. Por desgracia, la experiencia era espantosamente real. Conseguí alcanzar y cruzar la calle. Al otro lado, a la entrada del parque, ocurrió lo que temía: me encontré a una persona. Una chica adolescente, con un collar de perlas y botas altas, apuraba un pitillo sentada en uno de los bancos del lugar. Entonces su mirada se cruzó con la mía. En menos de un segundo, la chica había examinado la situación y soltó un grito agudo en extremo, mientras se incorporaba de un salto y retrocedía. “¿Qué estás haciendo, eh? ¡Voy a llamar a la policía ahora mismo!”, vociferó con voz temerosa. En ese momento mi mente funcionaba a toda máquina, pensando en una forma de no ser delatado por esa chica. Entonces mis piernas, a pesar de su flaqueza inminente, empezaron a tener volición propia y me hicieron acercarme a ella a pasos lentos y erráticos. Parecía yo un muerto viviente que perseguía, lenta pero tenazmente, a una inocente víctima. La reacción de la chica fue del más absoluto terror, y en su intento de huída se cayó al suelo. Dejé caer a la criatura de mis brazos: en parte porque el peso se había hecho insoportable, y en parte porque una entidad extraña se había apoderado de mí y me hacía acercarme a aquella joven. A medio metro de ella, una voz salió de mi: “no digas nada angelito mío, o tú serás la siguiente”. Mi boca endemoniada pronunciaba estas palabras con una voz serena; mis ojos, en oposición, derramaban lágrimas de sufrimiento. Tal debió haber sido el impacto de la imagen que yo ofrecía, que la chica se desmayó allí mismo con un aullido apagado.
Me di entonces la vuelta; el cuerpo de la criatura seguía ahí, inmóvil. Haciendo uso de mis últimas fuerzas lo volví a levantar y, echándomelo al hombro, retomé mis pasos hacia el parque. Conseguí llegar a una zona libre de árboles en la que sólo había un columpio, una serie de tubos de aluminio con una rueda de caucho colgando de una cadena. Fue ahí donde me desplomé, al borde de la locura, y me tumbé en el suelo junto a la criatura. De mi mente ya no salían pensamientos. Sólo contemplaba el cielo nocturno. Sobre mi se distinguía la constelación de Casiopea, que resaltaba en el firmamento como si aquel fuera el final de mi vida y el lugar de mi muerte. Me quedé dormido, o así es como lo recuerdo. En mi sueño me habló una voz: una voz que nunca seré capaz de describir.
- ¿Qué has hecho, hijo mío?
- Padre, aceptaré con gusto los tormentos del Infierno si esa es tu decisión.
- Hijo mío, el Infierno no existe; ni tampoco existe el Cielo. El único infierno posible en el Cosmos es el que acabas de vivir. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.”
Me desperté en mi apartamento. La cama estaba deshecha y la ventana seguía abierta, tal y como la dejé. Mi ordenador seguía encendido: el cursor del editor de textos parpadeaba. Me incorporé de un salto al oír que, una vez más, llamaban a la puerta de mi dormitorio. Agarrando la lámpara de mi mesita de noche me dispuse a abrir la puerta.
17/11/11
amargus amarkus
confucio
"Si nos volvemos hacia una realidad más grande, es una mujer quien nos tendrá que enseñar el camino. La hegemonía del macho ha llegado a su fin. Ha perdido contacto con la tierra."
henry miller
"si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes"
confucio
"Nuestro tiempo es tan excitante que a las personas sólo puede chocarnos el aburrimiento."
samuel beckett
"Podemos estar orgullosos de lo que hemos hecho, pero deberíamos estarlo mucho más de lo que no hemos hecho. Ese orgullo está por inventar."
"Sé que mi nacimiento es una casualidad, un accidente risible, y, no obstante, apenas me descuido me comporta como si se tratara de un acontecimiento capital, indispensable para la marcha y el equilibrio del mundo."
"Mientras más se alejan los hombres de Dios, más avanzan en el conocimiento de las religiones. "
cioran
"una frase tuya bastará para sanarme..."
cristiano (no ronaldo)
15/11/11
skypy
Autant j'aime bien être proche de mes collègues masculins (on boit des bières on se tape dans le dos, etc.) autant la je trouve que le degré d'intimité envers la personne est trop élevé d'un coup :)
you're right my dear
[11:32:51] *** caracteresPhilippe has left ***
[11:33:51] CaractèresRyan: (puke)
[11:33:53] CaracteresAlejandro: c'est claire comme l'eau!
[11:34:25] caracteresemmanuel: pour le coup l'eau en question était troublée
[11:34:38] CaracteresVincent: Ne dites jamais fontaine je ne boirais pas de ton eau....J'y vais de ce pas...
[11:34:50 | Edited 11:35:43] CaracteresMarcos: je soutiens ta thèse, Ryan
13/11/11
under the living mother´s wing we print our trace
Time lapse sequences of photographs taken with a special low-light 4K-camera
by the crew of expedition 28 & 29 onboard the International Space Station from
August to October, 2011.
HD, refurbished, smoothed, retimed, denoised, deflickered, cut, etc.
Music: Jan Jelinek - Do Dekor (Loop-Finding-Jazz-Records) | ~scape 007 cd
http://www.janjelinek.com | http://www.scape-music.de
Editing: Michael König | http://www.koenigm.com
Image Courtesy of the Image Science & Analysis Laboratory,
NASA Johnson Space Center, The Gateway to Astronaut Photography of Earth
http://eol.jsc.nasa.gov
Shooting locations in order of appearance:
1. Aurora Borealis Pass over the United States at Night
2. Aurora Borealis and eastern United States at Night
3. Aurora Australis from Madagascar to southwest of Australia
4. Aurora Australis south of Australia
5. Northwest coast of United States to Central South America at Night
6. Aurora Australis from the Southern to the Northern Pacific Ocean
7. Halfway around the World
8. Night Pass over Central Africa and the Middle East
9. Evening Pass over the Sahara Desert and the Middle East
10. Pass over Canada and Central United States at Night
11. Pass over Southern California to Hudson Bay
12. Islands in the Philippine Sea at Night
13. Pass over Eastern Asia to Philippine Sea and Guam
14. Views of the Mideast at Night
15. Night Pass over Mediterranean Sea
16. Aurora Borealis and the United States at Night
17. Aurora Australis over Indian Ocean
18. Eastern Europe to Southeastern Asia at Night
Anda Lucía!
Personalidades inquisitivas, expectativa ajena,
Caerse por costumbre, planes sólo amigos de quien
para otros planea; estado mental
de feto andaluz, cannabis:
el fracaso de la voluntad. Viva uno, mueran otros;
Larga vida al egoísmo, abajo la mente que toca el mundo.
Arriba, abajo, aquí, nunca:
Granada, que aguantas mi triste mirada,
Lo bastante o suficiente iluminada hasta que llegue mi exilio.
Así corre y ocurre, una y otra vez, sin pausa,
Un ciclo que nunca acaba.
¡Ay! ¡Dulce caída voluntaria, amarga, al abismo!
Qué absurdo este deslizarse cabeza abajo, qué autocompasión
y masoquismo, cuánto amo caer para erguirme
de nuevo, tan cuerdo, tan loco, tan esperanzado como siempre.
¡Oh, cultura andaluza!
Aún por cocerse, verde como manzana enrocada,
Inmadura en sentimientos como un niño que no crece.
Oh, Andalucía;
No hablo de la belleza de saber ser un niño,
Hablo de la incoherencia de tu tez subjetiva
reflejada en impulsos, que barre como hacemos todos,
hacia su propia puerta.
Andalucía, prostituta de moral cristiana que sufre siempre,
pasada y presente incomprendida,
perdóname si te hablo directamente;
sólo hablo de lo que de ti poseo, de mi rencor y de mi muerte,
de mi dolor y cansancio.
en tus entrañas palpita el corazón de otras vidas;
desde tus cumbres heladas hasta la playa más fina,
desde tus torcales y bosques encintos
hasta tu bello horizonte infinito;
desde la sombra fresca del poniente que saborean tus pinos
hasta el palmeral de tus rotondas interminables;
tras las curvas de tus maltrechos caminos
esperan los animales de cuello torneado,
posan frutales y olivos sempiternos;
en las ventas reposan hombres de brazos blancos,
mientras buena cuenta dan de tus carnes a la parrilla.
Andalucía, cuna de impolutas villas,
antiguas paredes de cal y portales que dan a barrancos,
entramados laberintos de sal y arena,
por la noche aúllan todos tus animales clamando luceros,
esos que sobre tus cielos iluminan benefactoras noches de fiesta.
Sobre un solo dedo suena el acorde andaluz,
esa región donde va a parar la luz en su camino a los mares;
encrucijada de destinos y almas, ensalada suave de frescos manjares,
ser en ti, estar en ti, es sencillo, un aroma de flores.
10/11/11
la kahebé
killo
hoy
al salir de mi casa y me dijo la portera
que habian venio una pareja de tios con gafas
gabardina y con bigote
preguntando por mi
y ella, que se llama maria,
que es mas lista cada dia,
les dijo que no estaba
porque asi pensaba
que me protegia
porque aquello tios solo podian ser
o maderos o espias
La KaheBé, vino una vez
viene otra vez
viene detras de mi
otra vé
no puede sé
la KaheBé
pero La Kagebé
viene detrás de mí
otra vé
yo
con preocupacion y un enorme mohqueo
de no saber de que iba la movida
sali por pié
a ver a mi amiga la abogada
pero me dijo la secretaria que no estaba
y que no volveria,
porque habia ido a la armeria
y a comprar chucheria
ya que llame alli mismo por telefono
a mi jefe en la cia
a ver si sabia
que aquel rollo de que iria
pues se suponia
que nadie sabia
de que yo existia
despues del cambio de personalidá
La KaheBé,
viene otra vez
viene detras de mi
otra vé
lacahebé
no puede sé
pero vienen detrás de mí
otra vé
avisa corriendo, avisa por pies, avisa por patas
que te va a ligá también
que van a por ti también
ave, sar corriendo
ki ga tsu ku
P.---En el mundo, doce millones de personas practican el kendo, seis millones el judo, cinco millones el kárate, un millón el aikido, y doscientas mil personas el tiro con arco, el kyudo...
R.---En todas estas artes marciales, la unidad entre el espíritu, el cuerpo y la técnica es esencial.
Pensar y después golpear no es el gesto justo. Hay que atrapar suki, la ocasión, la oportunidad. Esto es muy importante. El pensamiento no puede hacerlo. Solamente la conciencia puede atrapar la oportunidad de la acción. El vació en el que hay que actuar.
P.--- El momento oportuno...
R.---La oportunidad para el acto. La ocasión de ataque. Aprovechar el defecto. Por intuición, y este es un punto muy importante, hay que aprovechar el momento en el que, en la inspiración, el adversario presenta un punto débil...
P.---¿La inspiración del adversario o la suya propia?
R.---La inspiración del adversario. Vosotros debéis expirar antes y durante el ataque. En kárate, un golpe recibido durante la inspiración puede ser peligroso. Pero no durante la expiración. Por consiguiente, hay que aprovechar la oportunidad cuando el adversario inspira, ya que entonces, presenta un fallo un vacío.
P.---¿Por qué?
R.---Siempre hay una oportunidad en la inspiración porque el cuerpo se vuelve más ligero, menos concentrado. La inspiración es una excelente oportunidad que el espíritu- cuerpo debe saber aprovechar. Atacar durante la inspiración del adversario, cuando este presenta un lado débil, un defecto en su defensa, en su actitud, he aquí un gran secreto.
La inspiración es un gran suki, una gran oportunidad. Un exceso de tensión también: de esta manera, en un torneo, no se puede mantener la atención al mismo nivel de intensidad. En un momento dado nuestra atención se debilita: entonces presentamos un fallo, un suki, una ocasión, que el adversario debe saber aprovechar.
Pero esta cuestión de la oportunidad se encuentra en todos los combates, no-solo en las artes marciales, sino también en las discusiones, en los negocios... No debéis mostrar fallos: ni en las artes marciales ni en la vida cotidiana. ¡La vida es un combate! Hay que permanecer concentrado. No descubráis vuestros puntos débiles, y por consiguiente reducirlos por un entrenamiento continuo al dominio de sí. Toda la educación japonesa tradicional se fundamenta sobre esta vigilancia: no manifestar los puntos débiles para que otro no se aproveche de ello. El juego del torneo es descubrir los puntos débiles del adversario: hasta ahí se llega con la voluntad, con la atención, con la concentración. Y cuando la oportunidad se presenta, aprovecharla valientemente, sin pensar.
Y tanto en los torneos como en los combates de la vida cotidiana, el struggle for life, la observación de los ojos es muy importante: ya que cuando los ojos del adversario se mueven, sé turban, dudan, se debilitan, hay un suki, una oportunidad, un fallo. En todos los momentos críticos de nuestra vida, no hay que manifestar los puntos débiles, si no es el error, la derrota, el fracaso. Esta vigilancia no viene de una tensión excesiva del cuerpo que se fatigaría rápidamente, sino de la atención de la conciencia. De aquí la importancia de shin, el espíritu. El cuerpo manifiesta puntos débiles, la conciencia puede corregir, canalizar, dirigir todo esto.
Come on hold my hand
I wanna contact the living.
Not sure I understand
This role I’ve been given.
I sit and talk to god
And he just laughs at my plans.
My head speaks a language I don’t understand.
I just wanna feel real love
Feel the home that I live in.
'cause I got too much life
Running through my veins,
going to waste.
9/11/11
el pantano de las penurias
Muchos reniegan rencorosos así de ser humanos, pues en ellos siguen, muy a su pesar, siendo y estando; sin justificar por ello el más mínimo amago de pesimismo.
5/11/11
4/11/11
Un asteroide del tamaño de un portaviones pasará cerca de la Tierra la próxima semana
"Los impactos de asteroides de este tamaño son muy poco frecuentes", explica Melosh en un comunicado de su Universidad. "Ocurren una vez cada 100.000 año, así que la probabilidad de una colisión de un objeto como 2005 YU55 es aproximadamente de un 1% en los próximos mil años". Aphophis, un asteroide ligeramente más grande (casi 500 metros de diámetro) es la mayor amenaza en nuestro futuro próximo: hay una minúscula probabilidad de choque con la Tierra en 2036".
La NASA explica que se ha planeado un seguimiento de 2005 YU55 en los próximos días. Los científicos utilizarán las antenas de Goldstone (California) y del radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) para emitir ondas radio y captar su rebote en el asteroide y conocer así detalles de su superficie (con una resolución de dos metros por pixel en el caso de la antena de Godstone), forma, tamaño y otras propiedades físicas. Las observaciones con esta antena de 70 metros de diámetro comenzarán el próximo viernes y durarán varias horas al día hasta el 10 de noviembre.
Las observaciones realizadas desde Arecibo en 2010 indicaron que 2005 YU55 es aproximadamente esférico y tiene una pequeña rotación (con período de unas 18 horas). Los astrónomos aficionados que quieran verlo ahora necesitarán un telescopio de apertura mínima de 15 centímetros, señala la NASA.
Diario El País, 4 de noviembre 2011