aRISTIDE bEMOL:
Andalucía, en ti me hablo a mí mismo:Personalidades inquisitivas, expectativa ajena,
Caerse por costumbre, planes sólo amigos de quien
para otros planea; estado mental
de feto andaluz, cannabis:
el fracaso de la voluntad. Viva uno, mueran otros;
Larga vida al egoísmo, abajo la mente que toca el mundo.
Arriba, abajo, aquí, nunca:
Granada, que aguantas mi triste mirada,
Lo bastante o suficiente iluminada hasta que llegue mi exilio.
Así corre y ocurre, una y otra vez, sin pausa,
Un ciclo que nunca acaba.
¡Ay! ¡Dulce caída voluntaria, amarga, al abismo!
Qué absurdo este deslizarse cabeza abajo, qué autocompasión
y masoquismo, cuánto amo caer para erguirme
de nuevo, tan cuerdo, tan loco, tan esperanzado como siempre.
¡Oh, cultura andaluza!
Aún por cocerse, verde como manzana enrocada,
Inmadura en sentimientos como un niño que no crece.
Oh, Andalucía;
No hablo de la belleza de saber ser un niño,
Hablo de la incoherencia de tu tez subjetiva
reflejada en impulsos, que barre como hacemos todos,
hacia su propia puerta.
Andalucía, prostituta de moral cristiana que sufre siempre,
pasada y presente incomprendida,
perdóname si te hablo directamente;
sólo hablo de lo que de ti poseo, de mi rencor y de mi muerte,
de mi dolor y cansancio.
dON aNTONIO:
Andalucía, tierra viva y a su vez marchita,en tus entrañas palpita el corazón de otras vidas;
desde tus cumbres heladas hasta la playa más fina,
desde tus torcales y bosques encintos
hasta tu bello horizonte infinito;
desde la sombra fresca del poniente que saborean tus pinos
hasta el palmeral de tus rotondas interminables;
tras las curvas de tus maltrechos caminos
esperan los animales de cuello torneado,
posan frutales y olivos sempiternos;
en las ventas reposan hombres de brazos blancos,
mientras buena cuenta dan de tus carnes a la parrilla.
Andalucía, cuna de impolutas villas,
antiguas paredes de cal y portales que dan a barrancos,
entramados laberintos de sal y arena,
por la noche aúllan todos tus animales clamando luceros,
esos que sobre tus cielos iluminan benefactoras noches de fiesta.
Sobre un solo dedo suena el acorde andaluz,
esa región donde va a parar la luz en su camino a los mares;
encrucijada de destinos y almas, ensalada suave de frescos manjares,
ser en ti, estar en ti, es sencillo, un aroma de flores.