16/3/12

12 años

pasó trabajando como un mono chino para Exploiter Solutions S.L. Las venas de su frente, tensas, esponjosas, crecían a la misma velocidad que los beneficios empresariales.

Una templada mañana de octubre, a dos minutos de llegar al trabajo, se hipió. Dio media vuelta y se perdió entre las calles.

Ninguno de sus compañeros volvió a verlo. La jefa del departamento de Producción afirmó haberlo visto cuando estaba de vacaciones, vendiendo collares en la catedral de Estrasburgo.

La tomaron por loca.

A día de hoy, tanto la jefa como el sujeto viven juntos en un palacete veraniego abandonado a las afueras de Brescia, Italia.