28/12/11

Adrián: Hace unas semanas empecé una relación con una chica. El problema es que soy de Barcelona y ella de Sevilla, ninguno de los dos tenemos dinero para desplazarnos. ¿Qué puedo hacer por la relación?

Querido Adrián:

¿Cómo demonios comenzó esta relación con cada uno en una ciudad, si no tenéis dinero para ir a la del otro? Por internet, seguro. Pues ya vas mal, porque seguro que la chica es un señor mayor, que lo sepas. Pero bueno, en cualquier caso, si quieres salvar esta pareja aún podrías tener una oportunidad. Es remota, y no estoy seguro de que aún funcione, pero puedes intentar un método no demasiado conocido.

Como recordarás, en el año 1992 se celebraron simultáneamente dos eventos importantes de carácter internacional en las dos ciudades, las Olimpiadas en Barcelona y la Exposición Universal en Sevilla. Cuando ocurre esto en un mismo país, a veces se crean puentes espacio-temporales que unen los dos sitios. En el caso que nos ocupa, los dos vórtices están situados en dos puntos concretos. En Barcelona, el nodo está ubicado en el pebetero del Estadio Olímpico, y en Sevilla, en el centro de la bola climática. En teoría, es posible unir los dos puntos para usarlos como polos cuánticos a través de los cuales teletransportar materia. Se cuenta que en aquellos días se usaba para trasladar a la familia real de Barcelona a Sevilla y viceversa. Ellos son la prueba viviente de que el sistema funciona perfectamente y que su uso no deja ningún tipo de secuela psíquica o física.

¿Cómo activar el puente? Bien, funciona un poco como el de la película Terminator. Os debéis situar a la vez en cada uno de estos puntos. Os debéis colocar en los nodos siempre desnudos, con los brazos en cruz, las piernas abiertas y sujetando una reproducción de la mascota de cada evento, Cobi en Barcelona y Curro en Sevilla. No podéis sujetarlo con las manos, que deben estar extendidas, ni con la boca, ya que es necesario que pronunciéis un conjuro de activación. Sujetar a Curro es más fácil, como ya intuirás. Una vez en esta posición gritad la siguiente frase: “Guardia Urbana, no tenéis cojones de venir a por mí”. Hacedlo las veces que haga falta, hasta que se active el puente cuántico y uno de los dos se desplace a la posición del otro. No puedo asegurar cuál de los dos será el que salte a la posición del otro, creo que depende de quien tenga el peluche mejor metido en el culo.

Suerte y ya me dirás cómo ha ido. Bueno, no hace falta, ya lo leeré en el diario.

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Juan Poveda: Tengo que ir a trabajar con camisa y corbata, y no tengo ni idea de cómo se hace eso que llaman “ir conjuntado”. ¿Qué puedo hacer al respecto?

Querido Juan:

Vaya putadón lo de tener que ir vestido con traje al trabajo. Es bastante incómodo, aunque si lo piensas también tiene sus ventajas, como por ejemplo, la facilidad que ofrece para ahorcarse de forma rápida. A mí la gente con traje no me gusta. Siempre me ha dado bastante miedo. El traje uniformiza a las personas y les da un barniz de respetabilidad, sin importar cómo sean en realidad. Con un traje siempre cuesta más saber si son buena gente o no. El traje es el blanqueo de dinero de los seres humanos. Por esta razón, la cantidad de ladrones, incompetentes e hijos de puta es mayor bajo los trajes.

Mi padre siempre me dijo: “Desconfía de un hombre con corbata. No es un hombre, es una rata”. No es un consejo popular, pues sólo se lo he oído decir a mi padre, y es cierto que siempre ha sido una persona muy creativa inventándose dichos. Otros dichos absurdos suyos son: “Al torero y al picador, les huele la boca a flor”, “Cuando te pones moreno, en el sexo no tienes freno” y “Las lentejas con chorizo te ponen el pelo cobrizo”. Como sea, el traje es una prenda que da miedo. Piensa que en muchos países de Latinoamérica le llaman “saco”, así que no te extrañe que alguien vestido con saco te dé por él. En Latinoamérica saben de qué hablan, tienen una larga tradición de que gente con traje les joda la vida.

Y lo de “ir conjuntado” es imposible, así que olvídate de ello. En el mundo de la moda no hay reglas firmes. Piensa que es un sector industrial en el que cada diseñador pretende revolucionar su mundo cada temporada y poner del revés todo lo que se tenía por seguro. Además, no se descarta que estas personas consuman algún tipo de drogas en el ejercicio de su trabajo, de modo que no hay suelo bajo sus pies. Todo en la vestimenta tiene justificación. Dos estilistas distintos podrían pasar horas defendiendo y atacando tu estilo en el vestir (al que se refieren a veces con la palabra que más rabia da del mundo: “look”) con total vehemencia. Te puedes vestir como un payaso del Cirque du Soleil o con el traje con el que acudiste a la boda de tu prima en el año 85 (que en este caso es más o menos lo mismo) y justificarlo perfectamente con criterios estéticos dispares. En tu caso, al único a quien tienes que tener contento es a tu jefe, el mayor cabronazo con traje que encontrarás cerca, y el único que te puede despedir si cree que no “vas conjuntado”. Si a él le parece bien como vas, perfecto. Fíjate como se viste e imítalo. Ya está.

Un cordial saludo (como ves me despido con frialdad, porque desconfío de ti, hombre del saco)



Berto Romero