Du Poy: Supongo que los adventistas son los que esperan "la venida".
Ou Bao: Cada "rama" de los seguidores de Jesús hace hincapié en algún aspecto de su mensaje. Estos hacen hincapié en la llegada del Reino de Dios en el fin de los días. Y el libro del que te hablo va de eso, precisamente. Pretende ser un mensaje de esperanza, en estos tiempos de crisis. Tiene casi 100 años desde su primera edición, lo que demuestra que en este mundo la crisis es permanente. Afortunadamente, la esperanza también.
Du Poy: Puede ser interesante. Aunque yo pensaba que más bien hacían hincapié en una nueva venida de Cristo.
Ou Bao: Bueno, el anuncio del inminente fin de los tiempos (la instauración de un sistema gobernado directamente por Dios) implica, según ellos, la segunda venida de Cristo, efectivamente. Los adventistas tienen similitudes con los Testigos de Jehová, pero estos, por lo menos, sí aceptan las transfusiones de sangre. Los adventistas, digo.
Du Poy: Dios no es un gobernador que podamos entender.
Ou Bao: Yo, como ellos, creo que solo un sistema gobernado por Dios puede ser un sistema justo, pero eso no implica que tengamos que entenderlo. Es cuestión de aceptarlo. Y al decir Dios, te recuerdo lo escrito en la Biblia: "Dios es amor". De hecho, sería mejor llamarlo Amor. Incluso esa palabra tan trillada provoca menos confusion que la palabra Dios.
Du Poy: En efecto. El amor, como Dios, no es algo con lo que haya que estar de acuerdo, sino algo que aceptar.
Ou Bao: Exactamente. Para entender a Dios, dentro de lo posible, pensemos en el Amor con mayúscula. Ese Amor sin límites del que hablaba Pablo. Ese amor que ama a los enemigos, como hacía Jesús. Un amor bastante raro, desde luego.
