30/7/11
28/7/11
Abandonad toda esperanza,
la genética del mono no asume otro riesgo.
Como el astronauta a la deriva que espera
la llegada de un meteorito
que acabe con la incertidumbre,
devenir sufrimiento, cerrar los ojos.
Unificarse,
equilibrarse,
fornicar,
el dinero,
la estima,
palmadita o braguetazo,
el mono y su arma de paz,
la autodestructiva arma de paz,
la mona moda del “yo primero”,
pesar y guerra, la cotidiana rutina
de ocupar tu puesto,
saciar tu hambre,
invertir en la escala,
herir la humanidad,
morder la humanidad.
A los que sueñan otra vida,
a los hombres buenos,
a los que luchan y sus armas
son palabras,
a los que aún sonríen,
a los que aún lloran,
a los que aún regalan besos,
los guerreros, los valientes,
los amantes.
¡La revolución!
¡La revolución!
Abandonad toda esperanza.
Hay que dejar que mueran los niños,
hay que seguir exportando el hambre,
hay que explotar a los pobres
y a las putas, hay que vender armas
y hacer la guerra,
patear estómagos y partir los cráneos,
porque vivimos en el dogma
del mono de moda.
Y es que esto de la evolución,
si no cotiza en bolsa,
es un menester poco rentable.
T
Somos caduca herramienta,
polen integrador del universo,
carne organizadora del caos primero,
mártires de las cosas
en simbiosis de existencia.
Y nuestro débito,
el enigma del contrato por ser
su anhelo,
barro con suerte, fruto de amor.
Se contemplan, se ordenan
y adquieren consciencia
en la transparencia de unos ojos.
Cada cual abraza su porción de nada,
y con una varita mágica
es chispa creadora.
Hilo, tobogán de la luz al mundo,
generosidad vital que trae cruces,
espigas y sonrisas de niños condenados.
¡Ah, libertad de celda inexplorada!
Aquí los días son montes de grano
en los que revolcarse desnudos,
mansiones de colores,
abismos amnióticos,
horizontes de esperanza
sin atisbo de muerte.
Todo confluye, conspira
y se alimenta en estas cuatro paredes;
piden, en su paciencia de labranza,
razón de ser, instante sacro,
el gozo de abarcarlas
con tacto de feto.
Nos pertenecen, pero nadie escapará
a su último reclamo más allá de la nada.
Mi corazón late, que ya es algo,
y reposo escuchando el rumor de ola
que embebe en su espuma a toda obra.
T
Letter to Ms. Death
Tú, mi amada, mi prometida,
no hallarás más que escombros
tras la fingida dignidad de los ataúdes.
Las lágrimas de los que se quedan,
aullando oquedad, le dan la despedida.
He de buscarte en vida y saldar
esta mirada de lagarto malherido,
viento de lluvia, haz errante,
carne y anhelo, líquido viscoso
desparramado en el mundo.
No me quieras en tu festín de desconsuelo,
pues nada has de encontrar más
que el sabor de la piedra y la ceniza,
nunca la belleza en unos ojos eternos.
Tu poder no abarca, en este momento,
el milagro insondable de ser vivo.
T
Árbol, aroma de mujer,
tu humo es aún más puro
que el primer perfume;
aquel que desde el mar
llenó los campos creando
vida después del fuego.
Oh metal, ansia de poder,
tu máquina ruge
el más oscuro aliento.
Eres para la burbuja
un rejón de muerte
que clava el jinete negro
a su viejo potro.
Rompe la mañana
un aullido de dolor,
arremete la máquina
con su pala de acero,
y la vida se estremece
al compás del ruido.
Duele el golpe,
otro y otro,
la robustez de los años
no quiebra, tampoco
el nido del jilguero,
ni el arroyo, la hierba,
la perdiz, la rana,
el jabato, el loco,
la flor vecina,
el niño que nace,
todos quieren la paz de un árbol;
todos menos el viejo hombre.
“Jóven, ¿es que tú no quieres
la paz de un árbol?”
Preguntan las voces
de la orquesta.
Pero el viejo hombre
no entiende otra música,
se arrastra borracho por
un sueño de dientes de oro.
Empuja el acero,
ahora puede más
que el tronco, la savia,
la orquesta,
se dobla el perenne,
cede al ansia, al metal,
muere el árbol;
pero la tierra ahora
sí ruge más que la máquina
con su hijo entre los brazos.
Parece que la orquesta
tocara su pentagrama
de silencio.
Silencio.
La furia del motor
para ya saciada.
Lento, muy lento,
el hombre baja de la máquina
y mira el árbol caído,
conoce su levedad,
y el viejo hombre
tiene ahora espejos
en los ojos de tanto llanto,
y la orquesta le toca
una canción de cuna,
y parece que el hombre
ya duerme junto al árbol,
y parece que está triste.
Parece que está triste.
T
Estimado candidato/a:
Secretaria
Usureros Sociedad Limitada
Dpto. de Altibajos
27/7/11
Guardamos silencio de nuevo. El viento del norte susurraba, soplando contra mi rostro. Don Juan me miró. Nunca había visto tanta bondad en sus ojos. Me dijo que un guerrero se despedía dando las gracias a todos los que habían tenido para él un gesto de bondad o de preocupación, y que yo debía expresar mi gratitud no sólo hacia ellos sino también hacia aquellos que me habían cuidado y ayudado en mi camino. Miré hacia el noroeste, hacia Los Ángeles, y todo el sentimentalismo de mi espíritu se vertió. ¡Qué descarga purificadora fue esa expresión de gracias! Me senté de nuevo. Nadie me miró.
-Un guerrero reconoce su dolor pero no se entrega a él -dijo don Juan-. Por eso el sentimiento de un guerrero que entra en lo desconocido no es de tristeza; al contrario, está alegre porque se siente humilde ante su gran fortuna, confiado en la impecabilidad de su espíritu, y sobre todo, completamente al tanto de su eficiencia. La alegría del guerrero le viene de haber aceptado su destino, y de haber calculado de verdad lo que le espera.
-Ya es casi la hora de que nos desbandemos como los guerreros de la historia -dijo-. Pero antes de que nos vayamos cada uno por su lado, debo decirles una última cosa a ustedes dos. Voy a revelarles un secreto de guerrero. Quizás podrían llamarlo la predilección de un guerrero.
Centrando en mi su atención particular, dijo que en una ocasión yo había opinado que la vida de un guerrero era fría y solitaria y carente de sentimientos. Añadió que incluso en aquel preciso instante yo me había convencido de que así era.
-La vida de un guerrero no puede en modo alguno ser fría y solitaria y sin sentimientos -dijo-, porque se basa en su afecto, su devoción, su dedicación a su ser amado. ¿Y quién, podrían ustedes preguntar, es ese ser amado? Yo se los voy a mostrar ahora mismo.
Don Genaro se puso en pie y caminó despacio hasta un área perfectamente llana, justamente frente a nosotros, a unos tres metros de distancia. Allí hizo un curioso gesto. Movió las manos como si barriera el polvo de su pecho y su estómago. Entonces ocurrió algo extraño. Un destello de luz casi imperceptible lo atravesó; salió del suelo y pareció encender todo su cuerpo. Don Genaro ejecutó una especie de pirueta hacia atrás; un clavado de espaldas, dicho con mayor propiedad, y aterrizó sobre el pecho y los brazos. La precisión y habilidad de su movimiento lo hicieron parecer un ser sin peso, una criatura vermiforme que diera la vuelta
sobre sí misma. Ya en el suelo, realizó una serie de movimientos inconcebibles. Se deslizaba a unos cuantos centímetros de la tierra, o rodaba sobre ella como si yaciera sobre balines, o nadaba describiendo círculos y vueltas con la rapidez y la agilidad de una anguila en el océano.
Empecé a bizquear, y en cierto momento, sin transición alguna, me hallé observando una bola de luminosidad que se deslizaba de un lado a otro sobre lo que parecía ser una pista de hielo con mil luces brillando sobre ella. El espectáculo era sublime. Luego la bola de fuego se detuvo y permaneció inmóvil. Una voz me sacudió disipando mi atención. Era don Juan que hablaba. No entendí al principio lo que decía. Miré de nuevo la bola de fuego; todo lo que pude discernir fue a don Genaro tirado en el suelo, con los brazos y las piernas extendidos.
La voz de don Juan era muy clara. Pareció desatar algo en mi interior, y me puse a escribir.
-El amor de Genaro es el mundo -decía-. Ahora mismo estaba abrazando esta enorme tierra, pero siendo tan pequeño, no puede sino nadar en ella. Pero la tierra sabe que Genaro la ama y por eso lo cuida. Por eso la vida de Genaro está llena hasta el borde y su estado, dondequiera que él se encuentre, siempre será la abundancia. Genaro recorre las sendas de su ser amado, y en cualquier sitio que esté, está completo.
Don Juan se acuclilló frente a nosotros. Acarició el suelo con gentileza.
-Ésta es la predilección de dos guerreros -erijo-. Esta tierra, este mundo. Para un guerrero no puede haber un amor más grande. Don Genaro se levantó y vino a acuclillarse junto a don Juan; por un momento ambos nos escrutaron con fijeza, luego tomaron asiento al unísono, cruzando las piernas.
-Solamente si uno ama a esta tierra con pasión inflexible puede uno librarse de la tristeza -dijo don Juan-. Un guerrero siempre está alegre porque su amor es inalterable y su ser amado, la tierra, lo abraza y le regala cosas inconcebibles. La tristeza pertenece sólo a esos que odian al mismo ser que les da asilo.
Don Juan volvió a acariciar el suelo con ternura.
-Este ser hermoso, que está vivo hasta sus últimos resquicios y comprende cada sentimiento, me dio cariño, me curó de mis dolores, y finalmente, cuando entendí todo mi cariño por él, me enseñó lo que es la libertad.
Hizo una pausa. El silencio en torno era atemorizante. El viento silbaba suavemente, y luego oí el ladrido lejano de un perro solitario.
-Escuchen ese ladrido -prosiguió don Juan-. Ése es el modo en que mi amada tierra me ayuda a darles esta última lección. Ese ladrido es la cosa más triste que uno puede oír.
Guardamos silencio un rato. El ladrar de aquel perro solitario era tan triste, y la quietud en torno tan intensa, que experimenté una angustia adormecedora. Pensaba en mi propia vida, mi tristeza, el no saber dónde ir, qué hacer.
-El ladrido de ese perro es la voz nocturna de un hombre -dijo don Juan-. Viene de una casa en ese valle hacia el sur. Un hombre grita a través de su perro, pues ambos son esclavos compañeros de por vida, su tristeza, su aburrimiento. Está rogando a su muerte que venga y lo libre de las torpes y sombrías cadenas de su vida.
Las palabras de don Juan habían entroncado en forma inquietante con mi línea de pensamiento. Sentí que me hablaba directamente.
-Ese ladrido, y la soledad que crea, hablan de los sentimientos de los hombres -prosiguió-. Hombres para los que toda una vida fue como una tarde de domingo, una tarde que no fue del todo mala, pero sí calurosa, y aburrida, y pesada. Sudaron y se fastidiaron más de la medida. No sabían a dónde ir ni qué hacer. Esa tarde les dejó solamente el recuerdo del tedio y de pequeñas molestias, y de pronto se acabó; de pronto ya era noche.
Volvió a narrar una historia que yo le conté alguna vez acerca de un hombre de setenta y dos años, quejoso de que su vida había sido tan breve que su niñez parecía haber ocurrido apenas el día anterior. Ese hombre me había dicho: "Recuerdo los piyamas que solía ponerme a los diez años. Parece que sólo ha pasado un día. ¿A dónde se fue el tiempo?"
-El contraveneno de eso está aquí -dijo don Juan, acariciando la tierra-. La explicación de los brujos no puede en modo alguno liberar el espíritu. Ahí están ustedes dos. Han llegado a la explicación de los brujos, pero no tiene ninguna importancia el que la sepan. Están más solos que nunca, porque sin un cariño constante por el ser que les da asilo, la soledad es desolación.
"Solamente amando a este ser espléndido se puede dar libertad al espíritu del guerrero; y la libertad es alegría, eficiencia, y abandono frente a cualquier embate del destino. Ésa es la última lección. Siempre se deja para el último momento, para el momento de desolación suprema en el que un hombre se enfrenta a su muerte y a su soledad. Sólo entonces tiene sentido."
Don Juan y don Genaro se pusieron de pie; estiraron los brazos y arquearon la espalda, como si el estar sentados hubiera entiesado sus cuerpos. Mi corazón empezó a golpetear con rapidez. Los dos hicieron que Pablito y yo nos levantáramos.
-El crepúsculo es la raja entre los mundos -dijo don Juan-. Es la puerta a lo desconocido.
Indicó con un amplio ademán la meseta donde nos hallábamos.
-Ésta es la planicie frente a esa puerta.
Señaló entonces el filo norte de la meseta.
-Allí está la puerta. Más allá hay un abismo, y más allá de ese abismo está lo desconocido.
Después don Juan y don Genaro se volvieron hacia Pablito y le dijeron adiós. Los ojos de Pablito estaban dilatados y fijos; por sus mejillas rodaban abundantes lágrimas. Oí la voz de don Genaro diciéndome adiós, pero no oí la de don Juan. Don Juan y don Genaro se acercaron a Pablito y susurraron brevemente en sus oídos. Luego vinieron hacia
mí. Pero antes de que susurraran nada, yo ya tenla la peculiar sensación de estar partido.
-Ahora nosotros seremos otra vez polvo en el camino -dijo don Genaro-. Tal vez algún día otra vez vuelva a entrar en tus ojos.
Don Juan y don Genaro retrocedieron y parecieron perderse en la oscuridad. Pablito me tomó del antebrazo y nos dijimos adiós. Entonces un extraño impulso, una fuerza, me hizo correr con él hacia el filo norte de la meseta. Sentí que su brazo me sostenía cuando saltamos, y luego quedé solo.
Final de Relatos de poder, de C.C.
26/7/11
FP 113
F. Pessoa. Libro del Desasosiego , 113
23/7/11
I fight for my meals
I get my back into my living.
I don't need to fight
To prove I'm right
I don't need to be forgiven.
yeah,yeah,yeah,yeah,yeah
Don't cry
Don't raise your eye
It's only teenage wasteland
Sally, take my hand
We'll travel south cross land
Put out the fire
And don't look past my shoulder.
The exodus is here
The happy ones are near
Let's get together
Before we get much older.
Teenage wasteland
It's only teenage wasteland.
Teenage wasteland
Oh, yeah
Its only teenage wasteland
They're all wasted!
22/7/11
zumo de zanahoria
pululo
o teñida en tonos metálico guadaña.
una ejecución arbitraria
sin despensa.
en el tambor de tu sangre,
en la tarea de dirimir
entre verdad o apatía.
cependant, l´ombre oblongue rigole...
16/7/11
viene del mar, que sus sones
elementales contagian
el silencio de la noche.
Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales
tocar, llorando y llamando
como perdido sin nadie.
Mas no es él quien en desvelo
te tiene, sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.
L'amour
12/7/11
Pegaso
y tembloroso, dije: «La vida es pura y bella.»
Entre sus cejas vivas vi brillar una estrella.
El cielo estaba azul, y yo estaba desnudo.
Sobre mi frente Apolo hizo brillar su escudo
y de Belerofonte logré seguir la huella.
Toda cima es ilustre si Pegaso la sella,
y yo, fuerte, he subido donde Pegaso pudo.
Yo soy el caballero de la humana energía,
yo soy el que presenta su cabeza triunfante
coronada con el laurel del Rey del día;
domador del corcel de cascos de diamante,
voy en un gran volar, con la aurora por guía,
adelante en el vasto azur, ¡siempre adelante!
Lo fatal
y más la piedra dura, porque ésta ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...!
espaiks d3claration
estoy yo a las 9 de la mañana y oigo unos ruidos. Y de repente veo unos hierros que se levantan delante de la ventana. Estaban poniendo un andamio y me encuentro a cuatro tios en una plataforma delante mio. Voy a tener mi propia escalera de incendios como las de Nueva york para escapar de la Ertzaintza cuando descubran que vendo avecrem a los niños (haciendoles creer que es costo)
espaiks declaration2
hay una expresión que dice cagarse por la pata abajo, bueno, pues ahora he subido con un vecino mio y se ha cagado por la pata de abajo. Ha tenido un retorcijon de señor mayor y se le ha caido todo por la pernera del pantalon dejando un rastro hacia su casa. Hacerse mayor es cojonudo. |
10/7/11
tarde en Málaga
La vital e inasible, auténtica confluencia de energías que emana de entre las empedradas calles del casco antiguo de la ciudad, a veces en los umbrales de entradas a los comercios, se refresca en las rebosantes fuentes y sus constantes chorros clorados;
empedernidas colonias de palomas reposan sobre los tejados, señoras de alcurnia impiden el paso a transeúntes apresurados ocupando el ancho de la vía, entretejiendo sus charlas con la misma facilidad con la que ejercen el punto;
ocasionales oportunistas de esquina van de arriba abajo como diábolos manejando el business a golpe de susurro;
sandalias dan palmas de talón, maletas ruedan y rotan hasta encallar entre adoquines;
grupos de turistas alzan sus miradas a portalones, vetustos patios de interior, pórticos suntuosos que representan escenas piadosas de santos de piedra decapitados, vigilantes tallas, bustos perennes que sostienen laureles, coronas o báculos celestiales, alzados en sus altares formidables;
algunos jubilados enjutos sosegados entablan debates en bancos y sillas de mimbre, juntos a plazas de jardines adecentados con flores flameantes, otros concursan en desafiantes juegos de fichas mientras sostienen puros mustios y ensalivados entre charlas sobre la jornada liguera;
trabajadores municipales, del correo o de la escoba, se concentran en sus menajes de oficio, su rabillo del ojo en la tasca;
jóvenes encamisados deambulan desorientados, carpetas en mano con currículums de vidas a medias buscan furtivos la chispa oportuna del azar en forma de empleo serio;
fachadas soberanas de colores llamativos, propiedades de la nobleza, balcones señoriales restaurados sirven de pasarela improvisada para damas de la moda, distinguidas fuman y sostienen monólogos banales al móvil;
joviales niños con carretillas, balones y otros juguetes, persiguen como hipnotizados desconfiadas palomas.
Músicas actuales, ritmos machacantes escapan desde ventanales en forma de misivas atravesando soberbios y engalanados marcos, edificios bajos de techos amplios, donde los jóvenes estudiantes se rinden al ocio, contempladores y lectores, cuyo art déco ocupa espacios vacíos de amplios salones;
Portentosas motocicletas aparcadas en callejuelas peatonales que serpentean entre bazares y cafeterías... lianas, enredaderas y ramas de macetas se deslizan desde las fachadas al rescate de los chorlitos...
El aire se encañona, esa una brisa insistente, día de niebla que difumina y enturbia el majestuoso perfil del campanario, postal de camposanto.
Ancianas arrugadas asoman de reojo, recelosas como gatas, tras diminutas ventanas enclaustradas entre rejas, fogosos fogones de gas y oscuros cuartos de aseo, cazando con dificultad conversaciones con acento que se entremezclan con los aromas de las cocinas, cabalgando en el aire y jugueteando unas con otras, colándose en hangares bucales, pabellones auditivos y fosas nasales.
Rubias vacilantes asoman dubitativas por bocacalles estrechas, sus novios atados de la mano, mirando a todos lados, bolso bien agarrado, pensando si con esta crisis de Isis no mereciera la pena dejarse caer por todos los saldos por haber en busca de gangas tras repostar el estómago con una tapita de habas y morcilla con vistas a la catedral, volver al hostal sin demora y adecentarse para una noche que se presenta alcohóloca. Contenidas, autoridades del oficio espiritual, rango representando por galones de hábito, pasean en petit comité con la curia alrededor del asciterio, cabeza gacha y manos enlazadas en la espalda, detallando los últimos retoques del próximo sermón de las siete palabras, a sabiendas, cómo no, de una asistencia de mayoría pensionista.
Tras el alborozo, este patoso ciudadano saca ticket tras una breve estancia en la capital, un veloz vehículo dotado de un asesino aire acondicionado me devuelve a mi respectivo hogar.
Programa 964
"Bueno amigos, pues esto ya está. Y antes de irme, quisiera decirles (creo que hay mucha confianza con ustedes) las tres cosas más importantes que he aprendido durante todo este tiempo. La primera es que ustedes, el público, son lo que da sentido a nuestro trabajo. Todo lo demás es secundario. Hemos intentado hacer un programa de televisión digno y honesto, sobre todo por respeto a nosotros mismos (no nos vamos a engañar), pero también a ustedes. Alguien definió la mala televisión como la tele ante la que te sientes incómodo o maltratado; Pues se trataba de hacer todo lo contrario. Y ¿por qué? Por ustedes. Porque ustedes son mucho más listos de lo que creen los programadores de televisión. Cuando ponen esas cosas malas, ¿a ustedes les gustan? ¿No? ¡Pues díganlo! Son buena gente. Son gente con ganas de divertirse, de ver, de escuchar cosas interesantes. Este año hemos traído a personas muy listas, que nos van a ayudar a salir de todo esto: economistas, sociólogos, psicólogos… ha sido increíble. Y a ustedes les ha gustado, eso es una herencia que nos llevamos. Segunda cosa: nuestro equipo, mi equipo. Quiero decir hoy que mi equipo me ha hecho mejor persona y mejor profesional. Un aplauso para ellos, por favor. Este programa lo ha hecho un colectivo: algunos los ven por aquí, otros no los pueden ver, pero yo creo que es el mejor equipo de la televisión de España. Dices "hombre, es que hay otros programas"; no son tan buenos. "Somos buenos”. ¡Sí, muy buenos! Pero tanto no. Es un equipo de gente comprometida, eficaz, cariñosa, sufrida. Cada vez han cobrado menos y lo han hecho mejor. ¿Tontos? No, buenos. No les va a faltar trabajo, se lo he dicho a todos. Si yo hago otra cosa, contactaré con ellos. Y he aprendido más de ellos que ellos de mí, y no lo digo por quedar bien porque no tengo necesidad. Lo digo de verdad. Y una tercera cosa, quizá la última, como cierre: y es que también hemos comprobado este año que la comedia, el mundo de la comedia, es el mejor trabajo del mundo. El mejor. Con la comedia puedes decirlo todo y encima te ríes y te sientes mejor. Un día cabreado te lo arregla una buena risa. Esto de irse a dormir reído es muy bueno. Lo otro también, ¿eh? Y sepáralo, ¡no lo juntes! Porque hay gente que dice "pues yo quiero darle mientras me río". ¡No! Primero una cosa y luego te ríes (que a veces esto lleva a engaño). En estos tiempos injustos que vivimos, cabrones, muy difíciles, de cambio (no sé a donde vamos a parar, pero a algún sitio llegaremos), nos hemos dado cuenta de la importancia de la ironía y de la parodia. Porque, o te ríes de este mundo, en su cara además, y de los que lo llevan, o este mundo acaba con tu paciencia. ¡Y eso no, eso no puede ser! No puede ser. Otra cosa: yo no sé qué pasará en el futuro… igual volvemos de vacaciones y España ya no existe y nos vemos todos en Andorra, no lo sé. Pero una cosa está clara: seguro que volveremos aquí, para plantarle cara a la vida y contarla, siempre con nuestra nariz de payaso y su impagable complicidad y este equipo que sabe que esto es algo más que un programa de televisión: esto es una manera de vivir. No olviden que un cómico debe hacer siempre lo contrario de lo que se espera de él, porque en la sorpresa está la gracia. ¡A lo mejor todo lo que he dicho no es verdad! Me voy por donde he venido. Cada día entro por aquí, pero nunca he salido. Y eso sí, como buen catalán y cómico, voy a apagar la luz que esto gasta mucho. Una cosa: mañana se despertarán y no recordarán nada. Felices sueños desde Barcelona. Adiós".
Andreu Buenafuente
Facebook – Chantaje emocional 2.0
He tomado la decisión de abandonar la red social facebook. Por nada en concreto, simplemente quiero hacerlo. No es definitivo, sólo pretendo descansar un tiempo de su run run virtual-social. La opción que me propone es “desactivar” mi cuenta. Tomo aire y hago clic. Es en ese momento cuando la web me muestra el siguiente mensaje “tus amigos ya no podrán mantenerse en contacto contigo”. Y a continuación una serie de fotografías de los mismos acompañadas de la siguiente frase en cada una de ellas: “Fulanito te echará de menos”, “Menganita te echará de menos”, etcétera (nombres inventados. No tengo ningún amigo, virtual o real, que se llame Fulanito o Menganita, por desgracia).
Trago saliva y sigo con la ruptura. La web me obliga a darle una razón para abandonarla. Si no se la doy, no puedo continuar con el proceso. Me está pidiendo explicaciones. Debo escoger una de entre una lista con varias opciones tales como: “paso aquí demasiado tiempo”, “no creo que sea útil”, “no me siento seguro”, etcétera. Al seleccionar cada opción se despliega automáticamente un texto con consejos para rebatir mi argumento: me explica cómo moderar su uso, cómo hacerlo más útil, cómo configurar mis opciones de seguridad. Estoy inmerso en una discusión de pareja en toda regla.
Y cuando se evidencian los grilletes es cuando odias estar encadenado. Ahora ya no es temporal, me voy para siempre. Logro desactivar la cuenta, pero facebook se revuelve. Me dice que no es definitivo. Permanecerá intacta para cuando quiera volver. Se quedará con mis cosas y dejará la puerta abierta. Busco en google y encuentro laberínticas instrucciones para hallar recónditos menús que me pueden proporcionar la apostasía definitiva. Lo intento, pero no lo consigo. Finalmente doy con un enlace que me lleva a la ruptura total. Alguien encontró la manera y la ha puesto a disposición de otros que, como yo, hemos tomado el tortuoso camino de la separación. Se producen algunos amargos reproches más, nuevos recordatorios de lo irreversible de mi decisión. Activo el proceso. Me concede 15 días durante los cuales aún podré volver, pero advierte que pasado este tiempo, si lo hago, tendremos que empezar de cero.
Cierro los ojos y hago clic.
Berto Romero
8/7/11
De la Providencia
¿Por qué suceden muchas cosas adversas a los hombres buenos? "Ningún mal puede acaecer al hombre bueno, porque no se mezclan los contrarios. Así como tantos ríos, tantas lluvias caídas de lo alto, la fuerza de tantas fuente medicinales no cambian el sabor del mar, ni lo atenúan siquiera, del mismo modo el ímpetu de la adversidad no trastorna el ánimo del varón fuerte. Permanece en su estado y todo cuanto le sucede lo cambia en su color, porque es más fuerte que todas las cosas externas. No digo que no las sienta, sino que las vence y además se levanta sereno y apacible contra las cosas que le atacan. Piensa que todas las adversidades son un ejercicio. Porque ¿quién, que sea hombre e inclinado a lo honesto, no está ansioso de un trabajo justo y pronto a cumplir su deber, aun con peligro? ¿Para qué hombre activo no es una pena el descanso? Vemos a los atletas, que cuidan de sus fuerzas; consienten ser heridos y vejados y si no encuentran adversarios de igual fuerza, pugnan a la vez con varios. Se marchita la virtud sin oposición; conócese cuán grande es y las fuerzas que tiene cuando prueba en el sufrimiento lo que puede. Has de saber que esto mismo han de hacer los hombres buenos: no han de temer las cosas duras y difíciles, ni quejarse del hado; lo que les acaeciere ténganlo por bueno, conviértanlo en bien. Lo que importa, no es lo que te sucede, sino cómo lo lleves. ¿No ves de cuán diferente modo tratan los padres que las madres? Los padres mandan a sus hijos levantarse temprano para estudiar, no consienten que estén ociosos, ni siquiera los días de fiesta, y les hacen sudar y algunas veces llorar: en cambio, las madres quieren tenerlos en su regazo, mantenerlos en la sombra, que nunca estén tristes, que nunca lloren, que nunca trabajen. Dios tiene corazón de padre para con los buenos y los ama fuertemente: "que se ejerciten -dice- en trabajos, en dolores, en infortunios para que alcancen la verdadera fuerza". Están fláccidos los engordados en la inacción y desfallecerán no ya con el trabajo, sino con el movimiento y con su mismo peso. No resiste golpe alguno la felicidad que nunca fue herida, pero la que sostuvo constante pelea con las contrariedades, se encalleció con las injurias y no se rinde a ningún mal, sino que, aun caída de rodillas pelea. ¿Te maravillará que Dios, que tanto ama a los buenos, a los que quiere perfectos y nobles, les asigna la fortuna para que con ella se ejerciten? Yo por mi parte no me admiro si algunas veces los enardece el deseo de contemplar a los hombres grandes luchando con alguna calamidad. Es a veces para nosotros un placer que un muchacho de ánimo constante reciba con un venablo a la fiera que le acomete, que resista impávido la acometida del león, y el espectáculo es tanto más agradable cuando más noble es quien lo da. No son estas cosas, pueriles y entretenimientos de la liviandad humana, las que pueden atraer las miradas de los Dioses. He aquí el espectáculo digno de ser contemplado por Dios: el varón fuerte luchando con la mala fortuna, mucho más que si él mismo la provocó. No veo, afirmo, que haya nada más bello a los ojos de Júpiter, si se quiere fijar en ello, que contemplar a Catón, que derrotada ya varias veces su parcialidad, se mantenía, sin embargo, en pie y firme en medio de las ruinas de la República. "Aunque -dice- todos los poderes pasen a manos de uno, aunque el soldado de César sitie las puertas, Catón tiene por donde salir; con una mano hará un ancho camino a la libertad. Esta espada, limpia aún e inocente de guerra civil, hará por fin obras buenas y nobles: dará a Catón la libertad que no pudo dar a la patria. Acomete, ¡oh alma! la obra largamente pensada, líbrate de las cosas humanas. Ya Petreyo y Juba se acometieron y yacen muertos el uno por la mano del otro. Fuerte y egregia, esta convención del hado, pero no se aviene con mi grandeza: tan vergonzoso es para Catón recibir de otro la muerte como la vida". Para mí es claro que los Dioses contemplaron con gran gozo a aquel varón, vengador acérrimo de sí mismo, cuando atendía a la salvación de los demás y disponía la huida de los fugitivos, cuando se ocupaba de sus estudios hasta la última noche, cuando hundía la espada en el sagrado pecho, y cuando esparcía sus entrañas y sacaba con su propia mano aquella santísima alma, que no merecía ser manchada por el hierro. Por eso creo que, si la herida fue poca certera y eficaz, se debió a que los Dioses no se satisficieron con contemplar a Catón una sola vez. Se le retuvo y devolvió el vigor para que se mostrara en una prueba más difícil, porque no es de tan gran ánimo intentar matarse como volverlo a hacer. ¿Cómo no habían de contemplar con gusto a su discípulo evadirse con tan ilustre y memorable muerte? La muerte consagra a aquellos cuyo fin, aun los que le temen, han de alabarlo.
Séneca
7/7/11
El ingenioso hidalgo
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mismo, los días de entre semana se honraba con su vellori de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada (que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben), aunque por conjeturas verosímiles se deja entender que se llama Quijana; pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.
Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año) se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura, para comprar libros de caballerías en que leer; y así llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y de todos ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famoso Feliciano de Silva: porque la claridad de su prosa, y aquellas intrincadas razones suyas, le parecían de perlas; y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafío, donde en muchas partes hallaba escrito: la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura, y también cuando leía: los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas se fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza. Con estas y semejantes razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas, y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara, ni las entendiera el mismo Aristóteles, si resucitara para sólo ello.
6/7/11
Odă în metru antic
Pururi tânar, înfasurat în manta-mi,
Ochii mei naltam visatori la steaua
Suferinţă tu, dureros de dulce.
Pân-în fund băui voluptatea morţii
Nendurătoare.
Jalnic ard de viu chinuit ca Nessus,
Ori ca Hercul înveninat de haina-i;
Focul meu a-l stinge nu pot cu toate
Apele mării.
De-al meu propriu vis, mistuit mă vaiet,
Pe-al meu propriu rug, mă topesc în flăcări...
Pot să mai renviu luminos din el ca
Pasărea Phoenix?
Piară-mi ochii tulburători din cale,
Vino iar în sân, nepăsare trista;
Ca să pot muri liniştit, pe mine
Mie redă-mă!
No creía que algún día aprendería a morir;
Joven para siempre, envuelto en mi manto,
Alzaba mis ojos soñadores hacia la estrella
De la soledad.
Súbitamente llegaste en mi camino,
Tú, sufrimiento, dolorosamente dulce.
Hasta el fondo bebí la voluptuosidad de la muerte
Implacable.
Patéticamente ardo vivo, atormentado como Neso,
O como Hércules envenenado por sus ropas;
Mi fuego extinguirlo no puedo con todas
las Aguas del mar.
Por mi propio sueño, abrasado, me lamento,
Sobre mi propia hoguera me estoy derritiendo...
¿Puedo resucitar luminoso como
el Ave Fénix ?
Que desaparezcan los ojos inquietantes de mi camino,
Ven otra vez en mi seno, indiferencia triste;
Para poder morir en calma, ¡devuélveme
A Mi propio ser!
Mihai Eminescu
Traducción: JCA
un bramido quebrado
aunque se ahorque,
ata la burra
con la soga de los pobres.
Quieren iniciativa,
buscan parda sumisión,
plena dedicación
a su pérdida de tiempo.
Agradece tu salario
con derecho a pernada,
el dinero que tú has ganado
justifica sus miserias,
y a lo mejor mañana
ni para la nada valga.
"... y escarbo en un solar
un túnel de soledad
por la única salida a las dudas.
Necesito su quieta presencia
para templar mi agitación.
Me reconforta su silencio
cuando el viento de la realidad
golpea mi frágil sentido.
Y aunque siempre aprecie
el olvido de un cómplice,
sólo encuentro consuelo
en mis túneles bajo tierra."
Negligencia torpe,
soberbia violencia;
¿Por qué nos exigen
sus propias carencias?
Ata la burra
aunque se ahorque,
ata la burra
a un tronco de roble
con la soga de los pobres.
AyK
Yo soy
¿Por qué yo deberé gemir?
¿Por qué prohibido está poder
crear mi carnaval feliz?
Bailar, olvidar, renacer,
ir más allá del fin.
Hasta la eternidad huir,
viajar, todo dejar caer.
El mundo no me encerrará.
Quisiera ser lo que yo soy.
Cantar alegre mi verdad,
dar sin saber que es lo que doy.
Amar con toda libertad.
Se disolvió lo que sufrí.
Haber nacido perdoné.
Ahora sólo falta abrir
mi terco corazón cruel.
XXVI
Mañana me llega el momento,
mañana me juego la vida.
En unas horas, unos minutos,
el tiempo se rehará a sí mismo.
Intento mantener la calma
y estar tan poco dispuesto
como abierto a la derrota;
Mañana me llega el momento,
mañana me juego la vida.
Escribo este poema
para declarar mi victoria,
para no tener que rehacerlo
de cero y poder
continuarlo con alegría.
Mañana me llega el momento,
mañana me juego la vida.
Mantengo la calma
porque sé que no importa,
no existe verdugo alguno
sino sólo un pobre suicida
y todo es fruta merecida.
Pretendo seguir este poema
cuando todo haya ocurrido,
mañana al mediodía
llegará el grito sin tregua
de vaga condena o algarabía;
Mañana, la pena o la gloria.
Mañana me juego la vida.
-
Hoy, que no es ya mediodía
sino la noche profunda,
cansado de estar despierto
tantas horas sin pausa,
Ahora, que ya no es ayer
ni es aún mañana,
he ganado la guerra:
guerra fría de emociones sin causa
sucia y violenta como ninguna.
Sigo herido por ser de carne
pero nunca fui herido sin cura;
pronto, y sólo de verlo
me lleno hasta arriba,
cruzaré la puerta para no volver.
XIX
La tormenta, fuerza que nubes expande y encoje
en el vasto espacio sobre el jardín poblado
ha quemado esta noche en el cielo mi nombre.
Y es el sonido de la noche,
o el pueblo perdido,
o gotas, cristal, o viento,
o todo enlazado,
que han dado al silencio de nuevo sentido.
Fue mi ego prendido por ruidos callados,
o truenos sin nombre con calma gruñendo,
o mi pensar insistente
en el cansancio escondido;
mi ser se sonríe al verse sin verme.
5/7/11
we the people who are darker than blue
We people who are darker than blue
Are we gonna stand around this town
And let what others say come true?
We're just good for nothing they all figure
A boyish, grown up, shiftless jigger
Now we can't hardly stand for that
Or is that really where it's at?
We people who are darker than blue
This ain't no time for segregatin'
I'm talking 'bout brown and yellow two
High yellow girl, can't you tell
You're just the surface of our dark deep well
If your mind could really see
You'd know your color the same as me
Pardon me, brother, as you stand in your glory
I know you won't mind if I tell the whole story
Get yourself together, learn to know your side
Shall we commit our own genocide
Before you check out your mind?
I know we've all got problems
That's why I'm here to say
Keep peace with me and I with you
Let me love in my own way
Now I know we have great respect
For the sister, and mother it's even better yet
But there's the joker in the street
Loving one brother and killing the other
When the time comes and we are really free
There'll be no brothers left you see
We people who are darker than blue
Don't let us hang around this town
And let what others say come true
We're just good for nothing they all figure
A boyish, grown up, shiftless jigger
Now we can't hardly stand for that
Or is that really where it's at?
Pardon me, brother, while you stand in your glory
I know you won't mind if I tell the whole story
Pardon me, brother, I know we've come a long, long way
But let us not be so satisfied for tomorrow can be an
An even brighter day
sueño
es la sonda del alma
en el misterio.
Nariz del corazón,
que explora en la tiniebla
del tiempo.
Ayer es lo marchito.
El sentimiento
y el campo funeral
del recuerdo.
Anteayer
es lo muerto.
Madriguera de ideas moribundas
de pegasos sin freno.
Malezas de memorias
y desiertos
perdidos en la niebla
de los sueños.
Nada turba los siglos
pasados.
No podemos
arrancar un suspiro
de lo viejo.
El pasado se pone
su coraza de hierro
y tapa sus oídos
con algodón del viento.
Nunca podrá arrancársele
un secreto.
Sus músculos de siglos
y su cerebro
de marchitas ideas
en feto
no darán el licor que necesita
el corazón sediento.
Pero el niño futuro
nos dirá algún secreto
cuando juegue en su cama
de luceros.
Y es fácil engañarle;
por eso,
démosle con dulzura
nuestro seno.
Que el topo silencioso
del presentimiento
nos traerá sus sonajas
cuando se esté durmiendo.
Fco. García Lorca, 1920
2/7/11
soy una no identidad
Masa es energía. Vivimos. Las cosas son. Aunque en realidad, si reuniéramos toda la materia no tendríamos nada, porque por cada unidad de materia hay una fuerza igual y opuesta, llamada antimateria. La antimateria se descubrió por primera vez en 1932 y se la llamó positrón, en contraste con el electrón, que tiene carga negativa. La antimateria se compone de antipartículas idénticas en masa y comportamiento a los componentes del átomo pero con carga eléctrica opuesta.
Imaginemos que tenemos una cantidad infinita. Si la dividimos por una cantidad infinita, el cociente obtenido es uno. Ahora, si a uno le restamos infinito, obtenemos nada. Y si restamos infinito a infinito, obtenemos de nuevo nada. Por tanto, nada es igual a uno y uno es igual a infinito. En otras palabras, nada, como concepto matemático, existe en más de una forma. Tener nada es como tener la misma cantidad de algo, pero en forma positiva y negativa.
Esto, en mi opinión, puede explicar la creación y la formación de la materia. El universo empezó desde nada y continuó expandiéndose, o lo que es lo mismo, si comparamos la nada con una cremallera cerrada y tiramos de ella, ésta se dividiría en dos partes, ambas con proyecciones intercaladas y ambas con la cualidad de reasociarse y fundirse con la opuesta. Por lo tanto, hay una sustancia material positiva por un lado y negativa por el otro; pero si cerramos de nuevo la cremallera, obtenemos la amalgama positivo-negativa, es decir, nada. De la nada vino el todo, lo cual, para mucha gente, significa creación divina.
La materia implica antimateria. Considerándolo bien, no somos nada porque nuestros cuerpos, aparte de por el hecho de que se descompondrán en el futuro, también porque su materia residual será absorbida por un agujero negro. La materia es indestructible a menos que se exponga a la antimateria. Cuando la nada se abrió por primera vez, lo cual causó la formación de nuestro universo reconocible y la formación de la materia y la antimateria en partes cuánticas equitativas y opuestas, ocurrió algo evidente, y es que nunca podremos saber nada sobre el antiuniverso que se formó en ese mismo momento. Para averiguarlo habría que unir las dos partes, y eso supondría la aniquilación de ambas. Estamos hablando del funcionamiento de una fuerza que no podemos comprender porque sólo podemos ver una cara del producto. De hecho, Dios es nada y aún así Dios es todo.
Con todo, no hay necesidad de invocar a una divinidad, ya que todo pudo haber ocurrido por casualidad. Provenimos de nada y volveremos a dicho concepto matemático. Toda materia se compone de energía y cuando llegue el fin de todo, esa energía será anulada, pues nada existirá tal y como lo conocemos. Puede ocurrir ahora o en cualquier momento, si las caras positiva y negativa de la cremallera coinciden (y eso es algo que nunca podremos saber).
Considero que esto puede servir de posible explicación del Big Bang. Se sabe que una cantidad tremenda de energía habría sido liberada pero dudo si era necesaria una cantidad tremenda de energía para crear el Big Bang. Pienso que la energía fue producida por la apertura, pues no había fuente de energía disponible en aquel momento, la cremallera se abrió cuando nada separó nada y produjo todo.
Todos los animales, humanos, plantas, etc. podemos afirmar que somos descendientes del uno y único todo. Al final, todo volverá a ser relegado a ser nada, cuando la cremallera se cierre y la antimateria anule a nuestra materia.
Se calcula que nuestro mundo tiene 4.600 millones de años, pero que los seres humanos aparecieron hace unos dos millones de años. Así pues, la escala de tiempo transcurrida desde la nada hasta el día de hoy es realmente larga, y el hombre está presente en tan sólo una pequeñísima parte de ella. Aún hoy siguen naciendo nuevas galaxias de la nada infinita que lo forma todo.
Es muy posible que su muerte se prolongue en el tiempo, así que disfrute de lo que tenga mientras pueda.
G. Angan, artículo del diario Sur in English, 10/06/2011
Traducción de K.