6/7/11

XIX

La tormenta, fuerza que nubes expande y encoje

en el vasto espacio sobre el jardín poblado

ha quemado esta noche en el cielo mi nombre.

Y es el sonido de la noche,

o el pueblo perdido,

o gotas, cristal, o viento,

o todo enlazado,

que han dado al silencio de nuevo sentido.

Fue mi ego prendido por ruidos callados,

o truenos sin nombre con calma gruñendo,

o mi pensar insistente

en el cansancio escondido;

mi ser se sonríe al verse sin verme.