"Bueno amigos, pues esto ya está. Y antes de irme, quisiera decirles (creo que hay mucha confianza con ustedes) las tres cosas más importantes que he aprendido durante todo este tiempo. La primera es que ustedes, el público, son lo que da sentido a nuestro trabajo. Todo lo demás es secundario. Hemos intentado hacer un programa de televisión digno y honesto, sobre todo por respeto a nosotros mismos (no nos vamos a engañar), pero también a ustedes. Alguien definió la mala televisión como la tele ante la que te sientes incómodo o maltratado; Pues se trataba de hacer todo lo contrario. Y ¿por qué? Por ustedes. Porque ustedes son mucho más listos de lo que creen los programadores de televisión. Cuando ponen esas cosas malas, ¿a ustedes les gustan? ¿No? ¡Pues díganlo! Son buena gente. Son gente con ganas de divertirse, de ver, de escuchar cosas interesantes. Este año hemos traído a personas muy listas, que nos van a ayudar a salir de todo esto: economistas, sociólogos, psicólogos… ha sido increíble. Y a ustedes les ha gustado, eso es una herencia que nos llevamos. Segunda cosa: nuestro equipo, mi equipo. Quiero decir hoy que mi equipo me ha hecho mejor persona y mejor profesional. Un aplauso para ellos, por favor. Este programa lo ha hecho un colectivo: algunos los ven por aquí, otros no los pueden ver, pero yo creo que es el mejor equipo de la televisión de España. Dices "hombre, es que hay otros programas"; no son tan buenos. "Somos buenos”. ¡Sí, muy buenos! Pero tanto no. Es un equipo de gente comprometida, eficaz, cariñosa, sufrida. Cada vez han cobrado menos y lo han hecho mejor. ¿Tontos? No, buenos. No les va a faltar trabajo, se lo he dicho a todos. Si yo hago otra cosa, contactaré con ellos. Y he aprendido más de ellos que ellos de mí, y no lo digo por quedar bien porque no tengo necesidad. Lo digo de verdad. Y una tercera cosa, quizá la última, como cierre: y es que también hemos comprobado este año que la comedia, el mundo de la comedia, es el mejor trabajo del mundo. El mejor. Con la comedia puedes decirlo todo y encima te ríes y te sientes mejor. Un día cabreado te lo arregla una buena risa. Esto de irse a dormir reído es muy bueno. Lo otro también, ¿eh? Y sepáralo, ¡no lo juntes! Porque hay gente que dice "pues yo quiero darle mientras me río". ¡No! Primero una cosa y luego te ríes (que a veces esto lleva a engaño). En estos tiempos injustos que vivimos, cabrones, muy difíciles, de cambio (no sé a donde vamos a parar, pero a algún sitio llegaremos), nos hemos dado cuenta de la importancia de la ironía y de la parodia. Porque, o te ríes de este mundo, en su cara además, y de los que lo llevan, o este mundo acaba con tu paciencia. ¡Y eso no, eso no puede ser! No puede ser. Otra cosa: yo no sé qué pasará en el futuro… igual volvemos de vacaciones y España ya no existe y nos vemos todos en Andorra, no lo sé. Pero una cosa está clara: seguro que volveremos aquí, para plantarle cara a la vida y contarla, siempre con nuestra nariz de payaso y su impagable complicidad y este equipo que sabe que esto es algo más que un programa de televisión: esto es una manera de vivir. No olviden que un cómico debe hacer siempre lo contrario de lo que se espera de él, porque en la sorpresa está la gracia. ¡A lo mejor todo lo que he dicho no es verdad! Me voy por donde he venido. Cada día entro por aquí, pero nunca he salido. Y eso sí, como buen catalán y cómico, voy a apagar la luz que esto gasta mucho. Una cosa: mañana se despertarán y no recordarán nada. Felices sueños desde Barcelona. Adiós".
Andreu Buenafuente