Mañana me llega el momento,
mañana me juego la vida.
En unas horas, unos minutos,
el tiempo se rehará a sí mismo.
Intento mantener la calma
y estar tan poco dispuesto
como abierto a la derrota;
Mañana me llega el momento,
mañana me juego la vida.
Escribo este poema
para declarar mi victoria,
para no tener que rehacerlo
de cero y poder
continuarlo con alegría.
Mañana me llega el momento,
mañana me juego la vida.
Mantengo la calma
porque sé que no importa,
no existe verdugo alguno
sino sólo un pobre suicida
y todo es fruta merecida.
Pretendo seguir este poema
cuando todo haya ocurrido,
mañana al mediodía
llegará el grito sin tregua
de vaga condena o algarabía;
Mañana, la pena o la gloria.
Mañana me juego la vida.
-
Hoy, que no es ya mediodía
sino la noche profunda,
cansado de estar despierto
tantas horas sin pausa,
Ahora, que ya no es ayer
ni es aún mañana,
he ganado la guerra:
guerra fría de emociones sin causa
sucia y violenta como ninguna.
Sigo herido por ser de carne
pero nunca fui herido sin cura;
pronto, y sólo de verlo
me lleno hasta arriba,
cruzaré la puerta para no volver.