14/8/11

Esta misma mañana,

y de hecho dentro de un rato,

una parte de futuro me juego

en una prueba.

Es cierto que parece

que el caos nos rodea,

Y es cierto que parece

por los signos que así sea.

Pero intento leer los signos

que me cuentan la verdad

y sólo veo mundos internos

que en el mío hoy no entran.

Hay jóvenes entrando

en la empresa de rutina,

hay personas aquí sentadas

que se dejan la retina

pensando lo mismo que yo:

esperando una llamada.

Sé que nada tengo ahora

y sé que puedo hacerlo todo

y en un rato, y a mi modo,

daré lo que demandan.

Hoy he vuelto al mismo lugar,

esta vez ya no estoy tan afuera,

y en un soplo en la mañana

auguro el futuro que quiera.

Una firma, cabezas que asienten,

y el futuro deviene en ahora;

y así espero por siempre

que la esperanza no se vaya.

Hay edificios que se alzan

de ventanales luminosos:

por ellos veo lo de afuera.

Y tanto me fascina el mundo

que a veces marea la distancia,

mi alma se encoge y se ensancha

cayendo hacia el horizonte.

Y ahora, aquí, tras mi correría,

he llegado donde otros;

ya sólo me ocupa la obra maestra

de mi papel de amable lobo.