Mis saludos, mademoiselle:
al celular del Tío del Saco
para que pase por su casa,
babeante, esta noche.
Tenga a bien, señorita,
dejar su ventana abierta,
que el Monstruo no cobra
por servicios de cerrajería.
Tenga a bien, signorina,
dormir desnuda en su cama,
que al Engendro no he pagado
por saber de lencería.