24/8/11

XXIII.

Has querido hundir en la tierra

en esta noche que se presenta

tus manos que sueñan,

temblorosas cuando pueblan

un mundo de verdes y azules.

No ha dejado de ser el tiempo

el que te pierde,

el que te ubica,

y no es tan extraña

la razón que te está

acercando a mi suerte.

Los años me atravesaron

y me han henchido de vida,

me laten y me sonríen

mientras quito las cenizas

de otro cuerpo que ya no soy.