30/4/11

No soy católico: la llamada Iglesia Católica Romana es una organización que sustituyó y continuó el antiguo imperio romano pagano. Digamos que fue una especie de pacto entre Roma y la Iglesia para sostenerse mutuamente. Es una organización política fundamentada en un dogma.
No creo en eso, aunque sí creo en una comunidad (o hermandad, mejor) universal de personas vinculadas por la fe.


No soy cristiano: Una de las interpretaciones de la palabra cristiano es la siguiente. Cristiano significa "partidario de Cristo". "Cristo" significa "el Ungido" o "el Elegido". Palabra griega que ya indica la contaminación del mensaje de Jesús por parte de la cultura griega. Por otra parte, los discípulos de Jesús nunca se llamaron a sí mismos "cristianos", porque, según esta interpretación,
esta palabra la usaban sus enemigos, de manera despectiva, para burlarse de ellos.
Por tanto, no soy cristiano, pero sí creo en Jesús.


Y por último, no creo en Dios:
Dios proviene del latín Deus. Según una de las teorías, Deus proviene del griego Zeus. Por tanto, al nombrar a Dios, estaríamos nombrando a Zeus, el dios griego. Otra muestra de esa contaminación griega.
Y yo no creo en Zeus.
Aunque sí en el Padre, Jesús y el Espíritu Santo.

R

CSMP (conversation substraction made out of pieces)

Eso sí os lo puedo asegurar, ese portalámparas que me has puesto es lo de menos. Que el cable se corte y venga aquí y luego no te guste, lo pones a tu gusto. O cuando se vaya que diga sobre la mar. Desde la buena voluntad queréis un hotel de 5 estrellas, condicionar el contrato a que todo sea reformado y se convierta en el Pijjington palace. Estrictamente, tenemos la cuestión principal: teneis que tener el recinto (que tiene los servicios básicos) en plenas condiciones. Y la contraparte: que todos los meses me paguéis el Money, el dinero, pero… ustedes vais de señoritos. Que quereis vivir igual que habeis vivido en casa de mamá. ¡Así no puedo seguir! Porque veo que vamos a tener problemas. Los que no dicen nada vienen con quien tanto habla, y en efecto, el margen de arrendatario es la voluntad como usted dice. Hemos estimado como razonable en función de lo que esto valga, dejarlo claro en principio. Cuando papá y mamá vean el piso tienen que decir que es perfecto. Hay una alteración de confianza, digo, tienes que barnizar este modelo. Si yo he puesto un dinero, de acuerdo, el valor del trato se pierde en fianza. Ninguna duda y eso lo arriendo que teneis más sentido que Zapatero. ¿Que no cumplan el contrato y que se vayan? No me da la gana. Ese riesgo, el máximo problema es que se vaya sin pagar gastos y demasiado cachondeo. ¿Que quereis iros a otro piso y uno se vaya y otro se quede aquí con la vajilla? Pues a pagar otra cosa. Fallo tras fallo, no podemos con el fallo que hay aquí, nos ciñamos a la letra que el tema es el siguiente: los arrendatarios se comprometen, que hay además cuando tienes algún problema saber que la casa es tuya. Ese desagrado también cuenta la penalidad del año anterior que hubo un grifo que funcionaba mal. Si viene una factura de 500 € de mucho cuidado yo os digo que vigilad la puerta, lo normal es que cada día cuente uno y en una semana tres o cinco. Aparte de eso tal, el vino es buenísimo. Sobre todo, oye, lo del lavado de la lavadora es gratis, eso os digo que no lo consume una casa. El tema no es ese si es que me rasques, revisando cuentas o a la semana en diez días cinco metros cuadrados. Tema de limpieza, vosotros. Temas de sofá, vosotros, sí, u os pongo otro por el tema de enchufes. Llamo que eche un vistazo y se puede pensar que no.

Hilario's nightmare night

En la calle, la luna vigila con su luminosa mirada. En mi dormitorio, legiones de espectros despliegan una huracanada danza alrededor de mi cuerpo inmóvil tapado por las mantas. Casi puedo sentir su frío tacto en mi tembloroso rostro. Escucho en el pasillo unos pasos. Ya se acerca. Es el hombre de los ojos permanentemente en blanco, que contrastan con su atuendo siempre negro. Mi mujer duerme inquieta a mi lado, tal vez viviendo en pesadillas lo que yo estoy soñando despierto. Mientras tanto, el eco de las pesadas botas golpeando contundentemente las baldosas se aproxima. ¡Que no se la lleve! A ella no. A través de los visillos de la puerta de la habitación, no puedo ver su enorme y amenazante sombra… todavía.
Y saber que se aproxima, sentir esa presencia acechando todo por lo que he luchado durante años, me resulta fríamente terrorífico… mucho más que encontrarme en frente de mi una sombra violenta, como un animal rabioso que está a punto de alimentarse. Y es entonces cuando siento lo ensordecedor del terror; es ese silencio escalofriante que hace que un sollozo desesperado no sea más que un susurro. Es entonces cuando ella me toca el hombro, suavemente, como quien no sabe lo que acontece, y me pregunta:
- ¿Ha llegado la hora ya? Vamos a tener que irnos?
- No podemos irnos, ya no. Es demasiado tarde. Ese ser viene a llevarte… y a acabar con mi vida. No sé qué destino es peor, y no dejaré que pase.
Corro hacia la ventana, y sé que debo hacerlo en silencio; esa sombra no nos persigue, nos acosa discretamente esperando el momento… así que decido no hacer ruido mientras abro la ventana corrediza; hace meses que no la abría por las bajas temperaturas. Y ella, a mi lado, me observa con fe mientras busco nuestra huida. La veo girar la cabeza hacia la puerta, y entonces comprendo que no hay tiempo que perder. Ese ser, esa presencia que aún no comprendo, respira contra las maderas de la puerta del dormitorio. Me gustaría haber reaccionado antes… pero un escalofrío me paraliza.
- "Hilario..." - ella me habla, la oigo - "¿qué te pasa?"
De repente la miro, no lo puedo creer. Introduce una mano por debajo de su blusa y saca su pecho izquierdo. Con la otra agarra la única luz de la estancia, una Velita Casi Agotada. Se quema con ella el pezón.
- "Sé que me hará el amor" - su pezón crepita pero ella no se mueve- "me hará el amor y mi hijo se alimentará de mi sangre con leche"
A ella también le patinaba la mandarina, lo supe en aquel momento. Abro al fin la ventana y, asiéndola por la cintura, la arrojo al oscuro acantilado de cemento.
Ojalá hubiera tenido otra alternativa; pero ante la imagen de mi amada diciendo algo que mis oídos se negaban a escuchar, mi realidad acaba de cambiar por completo. Mi realidad y mis calzoncillos, teñidos ya de marrón barniz. Y sé que he hecho lo correcto lanzándola al foso del jardín con abandono. De alguna manera, el mundo ha adquirido una atmósfera neblina, onírica… pero sé que estoy despierto. Lo sé, más que nunca, cuando miro a mis espaldas y veo que la puerta del dormitorio está abierta. Bajo su marco, delante de mi, me encuentro al ser mirándome fijamente, avanzando lento y en silencio. No puedo describir su rostro; un solo segundo de contemplar al acechador ha inundado mis ojos de lágrimas. Cegado, con el pánico invadiendo mis venas, desapegado de todos y del mundo, salto por la ventana para unirme a mi amada en la muerte. Mi amada; esa criatura dulce que hace sólo unos minutos era todo mi mundo… convertida en algo que no era ella. Convertida en algo mejor (pechos de “quita y pon”, qué lujo), quizá… pero algo inesperado. Caigo lento, lento y en silencio… y temo que de alguna manera, ese ser de ojos vacíos y macabros ha envenenado mi espíritu con algo que ningún hombre en este mundo desearía llevar consigo; ni en vida, ni hacia la muerte.
Y, de repente, el gran océano blanco. Como tantas y tantas veces, no hay más que luz. Esa luz que es la esencia de todo cuanto existe parece sólida ante mis ojos. Es un todo fluorescente, sólido y etéreo, más allá de la nada tangible que se llama realidad. Un canto de sirena parece venir de todas partes, succionando el veneno con tiernos labios que enmarcan la placentera punzada de un éxtasis no místico.
Mi cuerpo ya no cae en el vacío. Ahora, el abismo me envuelve y me hace flotar como una medusa que, cadenciosamente, se mece en el fluido de la desidia. Ya no temo el veneno, porque yo soy el veneno. Frente a mí, la parca alarga sus huesudas manos y me cede su guadaña, cuyo opaca tonalidad escarlata contrasta con el blanco circundante del mar de las esencias. Revestido de muerte, miro al cielo, que no es más que la nívea extensión de un infinito homogéneo, y veo una bandada de horrendas arpías, que, volando en círculos, graznan el mismo canto que antes entonaban con voces de sirenas. Sé que me llaman por mi nombre en un lenguaje de gritos que hielan la sangre. He de seguirlas. ¿O no? Una voz familiar, a mi espalda, parece no estar de acuerdo. Todo a mi alrededor gira con estrépito, gira tan rápido que parezco estar dentro de un plano cinematográfico donde se suceden miles de flashback, miles de recuerdos anteriores que inciden sobre mi maltrecho corazón. ¿Qué me está pasando? ¿Acaso esa voz está guiando mi camino hacia un final preestablecido? Por más que mi mente luche, tengo que aceptar que no hay vuelta atrás? Yo no quiero seguir a nadie. No quiero ser uno más de esos mercenarios que van detrás de aquel al que creen su superior. No quiero seguir unas voces que no sé de quien provienen. Pero ¿quién me garantiza que esos sonidos que tanto me martirizan, no sean mi propia voz?
"¿Qué hora es? lo llevo claro, ya no importa. Todo es tiniebla aquí fuera". Una sensación lasciva le invade el espinazo, las purulentas lenguas de la sombra lamen su piel.. "mi estómago, tengo acidez, la boca me sabe dulce..." ( en su mano un paquete de Kinston lleno de hierba)
"YA NO ERES TÚ". Un reptil bífidus activus, de la tribu de las kefiroides, se descuelga de la rama de un árbol.
Hilario detiene su paso, hipnotizado por su infinita mirada. "YA NO".





Cadáver exquisito. Los autores nunca aparecieron

29/4/11

Menos la cama, todo ha mejorado en este mundo, todo lo que nos importa ha evolucionado; menos la cama, la cama no.
Dormir sigue siendo la misma mierda desde el siglo XI.
Cuando llega la noche prefiero quedarme dormido en el sofá... o en el suelo, antes que en la cama.
Sólo pensar en la cantidad de cosas que hay que hacer para acostarse... me desmorona.
No hay nada automático, todo es manual y torpe, todo es antiguo. Observo la vida del hombre moderno y todo parece estar bien, me siento satisfecho.
Un aparato nos alerta sobre la hora de despertar... en seguida una máquina nos prepara el café, después un vehículo nos conduce al trabajo, allí un dispositivo piensa por nosotros y nos corrige, por la tarde extraemos dinero de una estructura automática para insertarla en otra que nos ofrece alimentos o cigarros... por la noche otro artefacto móvil nos devuelve al hogar y, ya en casa, una invención nos entretiene con música, dramaturgia o deportes. Y otra maquinaria nos indica que ya es la hora de descansar.
Hasta ahí, todo es perfecto.
Pero justo entonces, cuando más necesitados estamos de lo automático, sobreviene el fallo.
Antes de acostarnos, nosotros, los hombres modernos, los que ya hemos conseguido no realizar ni un sólo esfuerzo físico, tenemos que hacernos la cama.
No existe un artificio mecánico que nos libre de esa desdicha.

Odio el colchón actual, lo odio con todas las fuerzas de mi alma. El colchón y el comunismo son las dos creaciones más equivocadas de la historia del hombre: ambos son inventos que jamás funcionaron bien del todo, pero nunca nadie se ha atrevido a decir en voz alta: "hemos fallado señores, hagamos esto otra vez desde el principio".
Al contrario, al comunismo y al colchón seguimos incorporándoles modificaciones y mejoras falsas para disimular nuestro error de haber inventado algo tan incómodo.
Colchón ergonómico, comunismo libertario
canapé abatible, izquierda moderada
somier articulado, socialismo utópico
colchón de espuma viscoelástica, partido obrero español.
No es posible que a estas alturas del progreso todavía haya algo en nuestro hogares que debamos limpiar pegándole con una escoba en el patio, no tiene lógica.
Si comparamos una cama del año 1308 con otra de este año, nos va a costar mucho encontrar un mínimo progreso.
Siete siglos muertos a la deriva de la ciencia, en donde únicamente hemos logrado construir el mismo armatoste horizontal con tres lienzos de tela encima.
En 700 años sólo hemos conseguido ponerle elástico a la puntas de la sábana de abajo, para que no se salga cuando damos pataditas...
En 700 años un elástico... ¡Qué carajo nos está pasando!
Me enoja mucho que hayamos olvidado erradicar lo más importante: nos pasamos 8 horas al día durmiendo, un tercio de la vida. Dormimos más que comemos, más que viajamos, más que reímos y amamos...
Cómo es posible entonces que todavía nadie haya inventado una almohada que se enfríe sola en medio de la noche?
Estamos en el nuevo milenoi y tenemos que despertarnos para dar la vuelta a la almohada... Somos una raza de imbéciles.

Mínimos avances en la cama, Hernan Casciari
Envejecemos,
nos alejamos irremediablemente
del vientre de nuestras madres
en un pentagrama que la inercia
escribe hacia lo indecible
del tiempo desbocado
del estúpido Prometeo;
Es la cruz donde conspiran
el todo y la nada:
vivo, fugaz, frágil y leve.
La negación conduce al silencio
y así lloramos más la incertidumbre
que al exhalar el aliento certero que nos lleva;
¿Dónde está el camino que nos prometieron?
En esta encrucijada,
ningún poder salvará tu calavera.
Ladrones de tiempo y esfuerzo
asaltaron nuestro templo,
y mancillaron la memoria de los caídos.
Nos contaminaron,
nos llenaron las venas de plomo vacuo,
hijos de la tierra condenados al yugo de lo innecesario,
hijos del sol y sólo son
manadas de figurantes adictos al placebo
en la ruleta trucada de sí mismos.
¡Nos contaminaron las venas!
La dictadura del bienestar decapita el cambio,
la dictadura del bienestar decapita el cambio.
Tanto callamos,
que las palabras huyeron desbocadas
a un lecho de hojas secas.
Tanto permitimos,
que nos vedaron la entrada
al bosque de la fruta fresca.
Tanto resignamos,
que nos gusta ya el sabor
de la comida rápida
como pitanza diaria de mentira.
Los hombres sienten luz y calma tras el denso relámpago
que anuncia el final de una batalla perdida.
Hablo de aquellos que guardan impacientes una espada
mientras agachan la luna triste de sus ojos,
aquellos que conocen del león maldito
que siempre acecha el curso de la historia.
Un corazón inquieto,
que bailando entre las redes
aguarda el momento de las manos abiertas.


T

27/4/11

Están hechos de carne

“Están hechos de carne.”

“¿De carne?”

“De carne, están hechos de carne.”

“¿De carne?”

“No hay ninguna duda. Cogimos a varios de distintas partes del planeta, los subimos a nuestras naves de reconocimiento y los sondeamos completamente. Son enteramente carne.”

“Eso es imposible. ¿Qué hay de las señales de radio? ¿Los mensajes a las estrellas?”

“Usan señales de radio para hablar, pero las señales no provienen de ellos. Las señales vienen de máquinas.”

“Pero, ¿quién hizo las máquinas? Con esos queremos contactar.”

“Ellos mismos hicieron las máquinas. Es lo que estoy intentando decirte. La carne hizo las máquinas.”

“Es ridículo. ¿Cómo puede la carne fabricar una máquina? Me estás pidiendo que crea en carne inteligente.”

“No te lo estoy pidiendo, te lo estoy diciendo. Estas criaturas son la única raza inteligente en ese sector, y están hechas de carne.”

“Puede que sean como los Orlofei. Ya sabes, una inteligencia basada en el carbono que pasa por una estadio de carne.”

“No. Estos nacen como carne y mueren como carne. Los hemos estudiado durante varias de sus vidas, lo cual no llevó mucho tiempo. ¿Tienes idea de cuál es la esperanza de vida de la carne?”

“Ahórrame el dato. De acuerdo, quizás solo sean parcialmente de carne. Como los Weddilei, ya sabes. Una cabeza de carne con un cerebro de electrones de plasma dentro.”

“No, ya pensamos en eso al ver que tienen cabezas de carne, como los Weddilei. Pero como te he dicho, los hemos sondeado. Son carne de principio a fin.”

“¿Sin cerebro?”

“Oh, hay un cerebro por supuesto… ¡sólo que está hecho de carne! Esto es lo que he estado intentando decirte.”

“Entonces… qué realiza el pensamiento?”

“No estás comprendiendo, ¿verdad? Te niegas a atender a lo que te estoy diciendo. El cerebro realiza el pensamiento. La carne misma.”

“¡Carne pensante! ¡Me estás pidiendo que crea en carne que piensa!”

“¡Sí, carne que piensa! ¡Carne consciente! Carne que ama, carne que sueña. ¡Todo se basa en la carne! ¿Empiezas a entender el asunto o tengo que empezar desde el principio?”

“Ohdios. Entonces me hablas en serio. Están hechos de carne.”

“Gracias… por fin. Sí. Están, en efecto, hechos de carne. Y han estado intentando ponerse en contacto con nosotros durante casi cien de sus años.”

“Ohdios. Entonces, ¿qué tiene en mente esa carne?”

“Primero quiere hablar con nosotros. Después imagino que quiere explorar el Universo, contactar con otras inteligencias, intercambiar ideas e información. Lo habitual.”

“Se supone que tenemos que hablar con la carne.”

“Esa es la idea. Ese es el mensaje que nos están enviando por radio. “Hola. ¿Hay alguien ahí fuera? ¿Hay alguien en casa?" Ese tipo de cosas.”

“En verdad son capaces de hablar, entonces. ¿Usan palabras, ideas, conceptos?”

“Oh, sí. Sólo que lo hacen con carne.”

“Creía que habías dicho que usaban la radio.”

“La usan pero, ¿qué crees que hay en la radio? Sonidos de carne. ¿Sabes cuando atizas o agitas la carne, que hace un ruido? Ellos se hablan entre ellos agitando la carne. Incluso pueden cantar echando chorros de aire a través de su carne.”

“Ohdios. Carne que canta. Esto se está volviendo demasiado. Entonces, ¿qué aconsejas tú?”

“¿Oficialmente o extraoficialmente?

“Ambos.”

“Oficialmente se nos pide que contactemos, demos la bienvenida y registremos toda raza inteligente o multi-seres en este cuadrante del Universo; sin prejuicio, miedo o favoritismo. Extraoficialmente, mi consejo es que borremos los registros y olvidemos todo el asunto.”

“Estaba esperando que dijeras eso.”

“Puede parecer severo, pero es que hay un límite. ¿De verdad queremos contactar con carne?”

“Estoy de acuerdo al 100%. ¿Qué habría que decir? “Hola, carne. ¿Cómo va la cosa?” ¿Acaso funcionaría? ¿De cuántos planetas estamos hablando?”

“Solamente uno. Pueden viajar a otros planetas en recipientes especiales para carne, pero no pueden vivir en ellos. Y al ser carne, sólo pueden viajar en el espacio C. Esto los limita a la velocidad de la luz y hace que la posibilidad de un contacto fructífero sea bastante escasa. De hecho, infinitesimal.”

“Entonces, simplemente fingimos que no hay nadie en el Universo.”

“Eso es.”

“Cruel. Pero tú mismo lo has dicho, ¿quién quiere conocer carne? Y qué hay de aquellos que han estado a bordo de nuestras naves, los que sondeasteis… ¿estás seguro de que no recordarán nada?”

“Serían tratados como perturbados si recordaran. Nos metimos en sus cabezas y pulimos su carne de modo que no seamos más que un sueño para ellos.”

“¡Un sueño para la carne! Qué extrañamente apropiado, que debamos ser sueño de la carne.”

“Y hemos marcado el sector entero como deshabitado.”

“Bien. Estamos de acuerdo, oficial y extraoficialmente. Caso cerrado. ¿Algún otro? ¿Alguien interesante en esa parte de la galaxia?”

“Sí, una muy tímida pero simpática inteligencia colectiva con núcleo de hidrógeno en una estrella de clase 9 en la zona G445. Se puso en contacto hace dos rotaciones galácticas y ahora quiere ser amistosa de nuevo.”

“Siempre vuelven.”

“¿Y por qué no? Imagina lo insoportable, lo indeciblemente frío que sería el Universo si uno estuviera completamente solo…”

They’re Made out of Meat, por Terry Bisson

Traducción: J.C.A

26/4/11

rené y litus

René: Buenas noches, querido amigo. ¿Qué se cuece por esos lares?

Litus: ¡Me temo que no mucho compañero! Cocer es un proceso verduril, habitual en gente sin alma que no conoce el valor de una buena chistorra a la parrilla;
más propio de una vaca, tal vez.

René: Me alegro mucho por ti. Por lo que veo, sigues interesado en los seres vivos.

Litus: Desde luego, y no sólo para comerlos. Me interesa profundamente este ser vivo que soy. Largas conversaciones hemos tenido tú y yo sobre la religión y,
aunque te suene extraño, ahora estoy ocupándome de la fe. ¿Acaso no incita esto en ti una pregunta/dilema/cuestión?

René: Pss,¡ la verdad es que no me matas, querido amigo! En mi opinión, hace mucho que estás con la fe. ¿Acaso no incita esto en ti desazón/alivio/sorpresa?

Litus: ¡Podría, si así lo considerara! Pero mi fe de antaño, aquella fe en lo que dicen otros, no es una fe que me sirviera de mucho. No, yo ahora prefiero tener
fe en mi mismo; en lo que puedo crear a mi alrededor. ¿Sabes de lo que te estoy hablando compañero?

René: ¡Cómo no podría saberlo! Hablamos de fe, al fin y al cabo. Y sé muy bien de ti que tu fe no existe en una religión dogmática y mucho menos en una secta de tipo
 integrista. De tipo integral, quizá; ya sabes, hay que cuidarse.

Litus: Tu fe tampoco bebe de sucias fuentes, por lo que veo. Dime una cosa, tú que ya estás crecidito, tú, cuyo cuerpo ya produjo todo el manto capilar que debía:
¿Acaso no pierdes una gran cantidad de valiosa energía en ocuparte de lo que piensan los demás?

René: Mi fe, querido amigo, es católica sólo en sus formas. Y en cuanto a tu pregunta, no, no gasto mucha energía. Como bien sabes, en los últimos años ha habido
enfrentamientos (o cruces de ideas) con mis padres, por mi relación y posterior matrimonio (y ahora por mi futuro viaje a México, este destierro voluntario que he elegido), pero esos
 enfrentamientos son muy esporádicos, breves y, déjame decirte, de poca intensidad. Podría decirse que no estoy hecho para el cuerpo a cuerpo. Unto mi alma en aceite
 y se escurre entre manos ajenas; ¡se hace lo que se puede! En cuanto a la eterna cuestión de la fe, nunca discuto con nadie por eso. Por lo que a mi respecta,
que cada uno piense y crea lo que mejor le sepa. O deje de pensar y creer, claro…

Litus: Mm, comprendo. A veces pienso que yo, en mi juventud, espero a tener dinero, maldito y sagrado dinero, para sentir completa autoridad moral ante ciertas
decisiones. ¿Ante papá y ante mamá, quizá?¡ Qué frase tan ridícula, tan aberrante, la que te acabo de decir! Reiría de ella si no temiese que es bien cierta, compañero.

René: No te precipites, en nada es ridículo o aberrante. Baste decir que en este sistema, es la independencia económica lo que te hace un hombre, del mismo
modo que en ciertas tribus es volver al poblado con una buena y jugosa pieza de caza.

Litus: Pues fíjate que últimamente he llevado a casa una licenciatura y algún que otro título. Es posible que mi querido clan todavía lo esté digiriendo,
porque se les ve tranquilos y en calma. A lo que voy, compañero, es: ¿y si la voracidad de un clan nunca se sacia? Ahí entro yo, no me cabe duda; entro
yo y mi capacidad de liberarme de las expectativas de otros.
René: Ah, ¡cuánto me recuerdan tus frases a los escritos de mi querido Castaneda! Pero mira por donde, me da la impresión de que lo que llevas mucho
tiempo intentando sin conseguirlo es liberarte de tus propias expectativas.

Litus: ¡Ahora me perturbas, compañero! ¿Acaso crees que lo mío ya no tiene que ver con las expectativas de otros? Responde, ¡por dios y por la virgen!

René: Sí y no, piénsalo: de cierto modo, sería una liberación convencerte de que los demás están en lo cierto.

Litus: ¡Esclava liberación!

René: ¿Esclava? ¡Oh, desde luego! Pero nunca se sabe, ¿no es cierto? Hay quien prefiere librarse de sus expectativas propias y cumplir las de otros,
 sin más. Visto de este modo, podría decirse que creer que nada merece la pena es liberador. No creas, a mi me ocurre algo de esto con mi padre,
en el sentido de que soy el único de sus tres hijos que no es músico como él.

Litus: Si tu padre estuviera descontento porque sólo dos terceras partes de su descendencia son como él, ¡sería preocupante!
Ya ha tenido bastante el hombre, te lo digo yo, que más que eso es vicio.

                             


J

25/4/11

Mística antimística

- Amigo mio, no sé qué más decirte sobre el tiempo: sólo que, como Maestro, sé que tal cosa no existe. Como sabes, en mis incontables horas de meditación encuentro un vacío que está más allá de toda comprensión… más allá del tiempo. Es ahí donde comprendí que el tiempo no existe. Medita, practica con férrea disciplina y podrás comprobar lo que te estoy diciendo. Observa ese calendario que tienes en la pared. No es más que otra de las obsesiones del hombre por controlar el tiempo de manera incesante, nerviosa, agitada, intentando tener siempre a la vista, donde quiera que vaya, un marcador que le diga en qué momento de la vida se encuentra. Te aconsejo que te deshagas de él: igual te valdría tener sólo un pequeño calendario de bolsillo en toda la casa… y sólo por si te hace falta.

- ¿Quién eres tú, maestro, para hablar de mi relación con el calendario?. A tus ojos este calendario es símbolo y cómplice de la obsesión con el tiempo, causa de desconcierto y encierro. A mi me resulta muy útil poder verlo, apuntar notas. Inevitablemente lo veo a menudo y veo el paso de los días, cosa que acepto alegremente. No me produce ansiedad porque así ha de ser. Dices que el tiempo no existe; yo digo que bien podría un hombre aprender que el tiempo no existe mirando fijamente el segundero de un reloj. Eres un hombre sensato y razonable, pero no puedo ignorar esta convicción, ni tampoco la certeza de que un hombre puede hacer algo mejor que seguir directrices. Moverse por una fuerza externa es cuanto menos holgazanería, y tampoco lleva muy lejos. Déjame, más bien, seguir tal y como estoy: ni siquiera los maestros conocen el sentir de todos los hombres.

24/4/11

stories from the future (II)

Unas horas antes, un auto se detenía junto a la puerta de un colegio.

“Ponte a grabar sonido e imágenes y procura no interrumpir mucho”
“Sí… Inspector”

Tras la verja del recinto se encontraba el patio de recreo, sacudido por un viento molesto que arrastraba el polvo, plásticos, y si uno se descuidaba, el propio sombrero. Sólo se veían algunos niños de semblante triste por aquí y por allá, esperando a alguien quizás, casi siempre solos.
Dentro, en un despacho amplio y sobrio, nos esperaba la directora. Parecía tremendamente afectada, no paraba de colocar los papeles que había a su lado sin orden ni sentido y no movía ni un músculo de su rostro cuando hablaba. La ventana de la sala estaba abierta y el viento se colaba para juguetear con nuestros cabellos y volver a marcharse.

“Están a punto de salir. Cuando hayamos cerrado el colegio tienen una hora para inspeccionar los comedores y si quieren volver otra vez tendrán que ponerse en contacto con la hermana Hiridia”
 “Señora, un Bot de la agencia nacional de información me acompaña para grabar la conversación. Supongo que sabrá que tiene derecho a rechazar el uso del detector de mentiras ya que no forma parte del cuerpo de sospechosos”
“Lo sé…”, miró en dirección al robot con indiferencia, “no me importa” 
“¿Puede contarme cómo ocurrió todo?”
“Bueno… a mí me llamaron un poco más tarde, al parecer las hermanas estuvieron reunidas… para deliberar sobre qué hacer, supongo…”, se apartó un mechón de pelo de la cara, miró al techo y suspiró. Daba la sensación de que se sentía más ofendida que compungida por lo que había ocurrido. “…dicen que estuvieron consultando a Gueida y pidiéndole consejo”.
Mientras tanto, la cámara del robot giraba de izquierda a derecha, de arriba abajo, captándolo todo, incluso lo que transcurría más allá de la ventana, en el patio y en la calle.

Para llegar a la sala de comedores, seguimos a la directora a través de unas escaleras que nos llevaban al subsuelo del edificio. Por todos sitios reinaba una quietud alarmante: en las clases, en los pasillos… era como si todos los niños hubieran desaparecido en unos segundos, como si todo hubiera sido un espejismo que terminaba a mediodía.
“Mira Nadia, ya ha llegado el Inspector”, se dirigió a una muchacha que aguardaba en la puerta. Era muy joven y vestía el hábito verde oscuro que caracterizaba a las monjas de aquel centro. Tenía el rostro hundido y sus ojos miraban al suelo. Todo su cuerpo se agitaba para intentar contener el profundo llanto que la invadía. La directora intentó consolarla con un tímido abrazo, luego se dirigió a nosotros.
“Por favor, adelante, esto tiene que pasar cuanto antes, simplemente no me gusta verlo ahí…”, comenzó ligeramente a sollozar y se puso una mano en la cara.

Antes de abrir la puerta ya pude divisar, a través de los cristales superiores, una figura que se hallaba en una silla, al fondo del comedor. La sala estaba completamente iluminada, ante mis ojos se hallaba el caos, el desorden absoluto. Nos llevó tiempo sortear el laberinto de sillas y mesas que se interponía entre nosotros y el cadáver. Antes de llegar a él, miré hacia atrás para constatar que la directora y la chica seguían al otro lado de la puerta. El muchacho yacía apoyado en el respaldo de la silla y sus ojos apuntaban directamente al techo. En el centro del pecho un cuchillo enorme de cocina y su mano izquierda aún asía el mango.

8/4/11

dicha del casado primero


DICHA DEL CASADO PRIMERO, LA MAYOR: SIN SUEGRA

 Padre Adán, no lloréis duelos;
dejad, buen viejo, el llorar,
pues que fuistes en la tierra
el más dichoso mortal...
Costoos la mujer que os dieron
una costilla, y acá
todos los güesos nos cuestan,
aunque ellas nos ponen más.
Un higo sólo os vedaron,
sea manzana si gustáis,
que yo para comer una,
Dios me lo había de mandar.
Tuviste mujer sin madre,
¡grande suerte, y de invidiar!;
gozaste mundo sin viejas,
                                                                  ni suegrecita inmortal... 


"Versos burlsecos" Fco. de Quevedo

7/4/11

volver a la manada

Escribir sobre las miserias de cada uno,
menudo aburrimiento.

¿por qué escribes pues? pregunta el inocente
querubín de las capas inferiores,
no nos hace falta luz para ver en la oscuridad,
replica la campana oficiosa,
 no pretendemos sino con los actos
plantar semillas,
evolucionar en coactividad,
repudiar todo juicio usual.

El primer inquisidor no fue
el primero de los filósofos
sino la suma cuestión encarnizada,
cuando la fe ciega su ciencia produjo
a través del raciocinio,
se modularon las concepciones
y nuevas discordias surgieron,
alimentadas por el orador de turno.

Los textos de la lógica pura invitan,
invitan mas no postulan,
porque postular es animo de convencer,
y la postura individual
es agravio de negligentes.

La costumbre de la natura,
la irreductibilidad del sano terruño
sin mediar proscribe 
la visión particular,
callando como buen monje
al tiempo otorga su maravilla,
también particular,
pero de sobrada valía.

No hay pues lugar cerrado
de cuyo cobijo no surjan,
propicias,
fructíferas intenciones,
vivencias compartidas,
un positivismo que del raso
se crea a sí mismo
rugiendo, y perpetrando
lo creado
tras aquellas paredes,
en la habitacion matriarcal.
Ese es el lugar,
desde el que toda potencialidad,
arranca lider desde la pole.

Luego ya es otra cosa,
tras la espesa cortina, condensada neblina
que obliga a romper la rutina umbilical,
desgajar la tesitura, y escudriñar con talante,
aunque apenas sin vislumbrar ni con arrebato,
las campanas violetas y las bióticas formas,
infinidad de cantos y bailes 
de músicas del mundo,
la piscina de los sucintos enfoques
con sus teclas reconocidas,
¿no te suena? en efecto,
no vamos a ser menos:
crear en la debacle
no requiere mucha acción,
solo que, cruenta, saborea
al compás que va marcando
tánatos el amigo,
en cada paso una declaración.

Y confirma el tiempo pasando,
siempre al borde de un despropósito inédito,
en el lugar donde los síntomas de la visión
materializan, verlo en contraportada,
algún paisaje deslucido y anecdótico.

Cuando toca masticar algo amargo
quejarse a viva voz,
esto es amargo,
y al paladear el gris hielo que corta,
apartarse, cobijarse en lo conocido,
y qué raro, qué extraño, qué incómodo,
qué cortante.
Ya lo siento, ya me suena,
cuando ya casi no hay tristeza, 
sino miradas al cielo.
Y no quiero hablar de miedos,
que son cientos, por cierto,
ni de esos insectos
de repelente aspecto,
de hecho ni se huele ni se toca,
ni se puede ver, pues se pierde,
es solo emoción,
pura e intacta emoción,
rayo directo al pensamiento.

Qué será pues,
sino la desilusión del arquitecto,
la viva voz del desierto,
la desaparición de la sombra,
la catarsis de todas las derrotas,
que deja un piropo de perlas, 
un estanque
flanqueado de álamos,
a cuyo alrededor besan los pétalos 
la hierba que abunda
a la sombra de sus madres,
el pedacito de la parte
del pelo del miembro
de un cuerpo animal,
dejando atrás todo anhelo
de perpetua inmortalidad, ¡oh ebria sed!,
que ya ni ellas,
las despampanantes y fértiles 
hembras de museo del gen,
muestran lo que parecían ser.
La mirada se dirige a la propuesta vacía de la materia, 
es decir,
beber agua de risa, beber fresca y vacía brisa,
volver a la manada, diluidos.

stories from the future (I)

La ciudad se cubrió de paraguas a última hora de la tarde, aunque el cielo de algodón mostró un atardecer rosado a los pocos que disfrutaban de una bebida en las terrazas de los pisos más altos. Dentro de un apartamento cualquiera, tras una ventana rodeada de otras muchas ventanas, un reloj anunciaba una hora en punto. Cuando las sombras se hacían ya dueñas de la estancia, ¡flash!, un haz anaranjado proveniente del sistema Autoluz penetró por la rejilla. “Y aquí pueden ustedes contemplar el romántico atardecer de Huerto Cano”, se dijo Denkel con sarcasmo.
 Una silueta apareció repentinamente en el umbral de la puerta.
“No recuerdo haberte llamado…” -dijo Denkel sorprendido.
“Disculpe señor, pero tengo el deber de recordarle que no puedo retirarme sin antes…”
“No tenía que haberte comprado esas malditas Zeiser. Te comportas de manera extraña, el modo sigilo es demasiado sigiloso”
“Disculpe señor. Antes de retirarme señor, le recuerdo que ha de encomendarme las tareas para mañana, puesto que usted estará de viaje”.
Denkel se dejó caer en la cama y apoyó la cabeza sobre las manos. "maldito saco de circuitos... ahí puede quedarse, durante horas, en silencio, a la espera de una respuesta. Es algo siniestro. Aún recuerdo cómo me asustaban de pequeño, desde que los ví por primera vez, pero la fascinación no duró mucho y  se  desvaneció sin más... supongo que han llegado a formar parte de nuestras vidas casi sin darnos cuenta: en los sloks, en las tabernas, en los centros de rehabilitación y, por último, en nuestras casas... ¡ROBOTS DE ÚLTIMA GENERACIÓN!, recuerdo haber escuchado en la TV, amigables, obedientes, ¡EFICACES!  Incluso he llegado a encariñarme con Flaca, no sé si porque lleva ya muchos años con nosotros o porque simplemente es una Bot de segunda mano, lo cual me resulta todavía extraño. Nunca me he atrevido a preguntar por qué a los robots se les tiene que distinguir, cuando al final todos acaban en el desguace o, peor aún, en el mercado nocturno".

Tras unos minutos de espera, Denkel se levantó y abrió un cajón. Allí guardaba su nanoagenda y la abrió con cuidado, muy despacio, para tratar de impacientar a WO7. Se rascaba de vez en cuando la cabeza aparentando indiferencia y cansancio mientras tecleaba la fecha correspondiente, tratando de adivinar, a través del silencio, las ráfagas que atravesaban el procesador del Bot. "Esa especie de ronroneo, esa aparente quietud delatada por sus propias entrañas, el constante maquinar de una máquina…"
“Disculpe señor. Le recuerdo que mañana ha de estar de vuelta a tiempo para hacerme un chequeo. Le estaría muy agradecido por ello, señor”.
“Claro, haré lo posible por llegar cuanto antes… pero creía que los de tu serie tenían incorporado el sistema de análisis”.
Se acercó a WO7 y le introdujo la información de la nanoagenda en uno de los puertos de su cabeza. En ese momento se vio en el espejo, al lado del Bot. Sintió que se le nublaba la vista, que se debilitaba… era la imagen de aquella máquina, de perfil, junto a él, lo que le estremecía. Le asaltó la duda de si el Bot tendría la capacidad de captar de alguna manera las sensaciones que le invadían en aquel momento. No lo anunciaban por TV, tampoco era una característica propia de sus capacidades y funciones, pero...
“Bueno, ya está. ¿Todo correcto?”
El Bot asintió y, mientras se dirigía al ascensor, articuló algunas palabras de despedida que Denkel no se esforzó en escuchar, asomando sin embargo la cabeza, mirándolo mientras se alejaba poco a poco. De repente, WO7 se paró en seco y dio media vuelta:
“Disculpe señor. ¿A qué hora quiere que me active mañana?”
“Supongo que hasta que no arreglen a Flaca tendrás que despertarte antes”, Denkel miró su reloj con apremio, “de hecho como no te des prisa vas a descansar realmente poco”, dijo, y cerró la puerta. Pero no pudo evitar seguir observándo a través de la mirilla mientras WO7 esperaba al ascensor. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando le pareció verle mirando a su vez de reojo hacia la puerta.



en homenaje a "blade runner" y "un mundo feliz"