29/12/11

Púas de acero - capítulo II

2.

La ciudad ardía, el asfalto ardía, los cristales de coches y autobuses... todo bullía de actividad y movimiento. Sorenzo pegaba con guantes de plomo tras una cortina opaca y delgada de humedad mientras cruzábamos la gran avenida con nuestras bolsas de provisiones en dirección a la estación de autobuses. El camino fue espléndido, íbamos contentos como tres jazmincillos y nos hicimos la avenida en lo que dura una bolsa de patatas. Un poco antes de llegar a la estación de autobús, nos detuvimos en un semáforo y escudriñé a la gente de la acera de enfrente. Me dio por pensar que éramos dos grupos de manifestantes que esperaban luz verde para darse de mamporros, pero un rostro llamó mi atención. No podía ser. Iba a cruzarme con una compañera de clase. Un montón de pensamientos miedosos se agolparon en mi cabeza. Pues claro, idiota, claro que no es fin de semana. Ostias con vino, la verdad es que había perdido la costumbre de andar con el calendario a cuestas. Hacía más de dos meses que no aparecía por clase antes del mediodía y aquello no iba a ser una excepción. De hecho, viendo a dónde me dirigía, seguro que no aparecería en toda la semana. Es martes, tío, es martes. El muñequito verde apareció finalmente y provocó en todo el mundo un movimiento sincronizado que ya lo quisieran para sí lo mejores coreógrafos, y me vi avanzando sin quererlo, empujado contra mi voluntad hacia Candela por una masa difusa de peatones vivientes, y sin poder apartar la mirada de ella por un absurdo temor a ser visto. Sin saber cómo, hice una especie de paso de salón con girabuzón y me oculté tras un grueso señor que hacía como que leía el periódico.
Obstáculo superado ¿Qué clase tocaría a aquella hora? A ver... ¡ah sí! Termidiología. Nada serio, nada importante, nada interesante. Otro cantar será, pensé, recuperar los apuntes retrasados. Pero no era aquel el momento de preocuparse por eso.

En el andén de la estación comimos y fumamos. El día era espléndido, sí, seguía siendo espléndido. Al menos esa era mi sensación tras verme rescatado de un día que se preveía agobiantemente similar a otros de la misma semana y colocado allí, sin masticarlo ni beberlo, a punto de hacer un viaje. Ya se notaba el ambiente en la estación, pues cada vez iba llegando más gente que se dirigía al pequeño pueblo de la Alpujarra donde se celebraba ya la gran festividad del dragón, ese inmenso ser que llega sobrevolando las montañas con miles de flores en su boca.
Apuramos el momento sobremesa antes de la llamada megafónica con un café y una antorcha:
- Creo que echaré de menos todo esto cuando me vaya de aquí- dije.
- Te refieres a la ciudad, a la fiesta, a nosotros...- respondió Gregorio mientras hacía una rana con una servilleta de papel.
- ¿A vosotros? ¡Já! Bien sabéis que las más de las veces se trata de interés y no de amistad.
- Ya, pero a través de las situaciones que se van creando por nuestras relaciones de interés se va creando un vínculo. ¿Acaso crees que no te acordarás de nosotros con una sonrisa cuando recuerdes esos paseos al polígono en busca de rascapino?
- Te concedo que en las situaciones en las que existe un riesgo es cuando se sienten y se valoran más los vínculos...
- O esos momentos de reunión en torno a una guitarra y unos litros en la terraza cantando al amparo del atardecer...
- Puede ser cansino...
- Tenemo gusto en común y loh compartimoh, no he trata zolamente de interéh, eh tu mente retorcía y pehimihta la que habla por esa sucia lengua...
- Sí, mi idiosincracia se gesta directamente a partir de un sentimiento de misantropíaque...
- Pero pisha, ¿que te crees? Yo soy como tú...
- Pues no lo parece... con el descaro ese que caracteriza... será que tus estudios de psicología te hacen más fuerte por el hecho de conocer más la mente humana... por cierto, a ver cuando me haces ese test...
- Argún día...
- Las drogas, ellas mismas son un test, actúan directamente sobre el subconsciente y sacan a relucir nuestra parte más escondida, la que no mostramos en el día a día, porque para sobrevivir se requiere otra cosa, todos nos refugiamos en la convención y en la norma social... – intervino Jan con astucia.
- Salvo en eventos como este... que son como la excepción que reniega la regla...
- ¿Qué confirma la norma quieres decir?
- Hablando de reglas... ¿habéis visto la...?
- Acábate ezo pisha, que noh vamoh...

El autobús hizo una entrada providencial y majestuosa y después de soltar ese suspiro de aire tan propio de ellos, como de un mastodonte cansado, nos dispusimos a montar. Sentí una gran descarga de adrenalina. Jan y yo no teníamos mucha idea de qué iba aquel asunto... y eso no tenía precio.
Delante mío subía las escalerillas una chavala menuda, con una faldita roja a cuadros tipo escocesa y unas coletas que quitaban el sueño. Aquello tampoco tenía precio. Mi imaginación trotaba ya por esos muslos inmensos hasta llegar a dos grandes glúteos sonrosados y firmes, o eso suponía yo. Ya notaba los primeros efectos de la sustancia, pero decidí que era demasiado pronto para dar rienda suelta al macetero, aunque, bien pensado, eso era prácticamente imposible.
Una vez dentro, echamos un rápido vistazo a los pasajeros del autobús. Entre los cabezales mugrientos se divisaban crestas de colores, rastas, vestimentas desgarradas, posturas inconformistas... Comenzamos a andar por el pasillo hasta que el arranque del autobús nos engulló hasta los asientos de atrás entre conversaciones, risas, piernas y bolsas. Yo me sentía como pez fuera del agua, pero era cuestión de dejarse llevar por aquel ambiente distendido y optimista.
Tras media hora de viaje, el autobús empezó a inclinarse poco a poco, gradualmente, hasta que emprendió la verdadera pendiente que nos conduciría a nuestro destino. “¡Ya no hay vuelta atrás!”

De pequeño hice un viaje a través de la Alpujarra. Hasta este viaje no recordaba gran cosa, pero reconocí de inmediato las carreteras sinuosas que recorrían las montañas de Sierra Nevada entre pueblos de casas blancas y restaurantes al viejo estilo andaluz con especialidades de la región, aquellos misteriosos bosques que se perdían a ambos lados de la carretera, las hileras de chumberas que crecían desordenadas en las laderas...
Y de nuevo me impresionó la cualidad de la luz a aquellas alturas. Todo parecía nuevo y celestial. En la radio sonaba una canción sobre el tomate y el meneo que estropeó un poco aquel exuberante paisaje que pasaba a gran velocidad como un powerpoint acelerado de la infancia. En realidad, si tuviera que sonar algo que acompañara a aquella estampa con algo de gracia, no habría venido mal alguna tonalidad clásica, un clavicordio Bachiano supersónico, pongamos, encabezando esta sarabanda de huertos floridos y cortijos escondidos que se alternaban entre senderos, pinos, fuentes y las retorcidas callejuelas de los pueblos.
Volvió a mí la despreocupación, auspiciada por el bello pero efímero despertar que entraña viajar a otro lugar, lejos de donde la ciudad sedentaria, lejos de donde los humanos echamos el ancla hasta que encallamos casi sin quererlo. Me acomodé en el asiento y noté la resaca de la noche anterior evaporándose y convirtiéndose en un dulce apoltronamiento; y salivé como un jabalí ante la idea de un fin de semana prometedor.

Al otro lado del pasillo Jan y Gregorio hablaban y reían. Al principio les escuchaba mientras miraba por la ventana:

- Er truco der cashiruco ehtá en estudiar por la noshe con er flexo, cuando todo está en calma y todos duermen.
- Ya, pero eso no está bien-.
- Que no está bien er qué-.
- Hacer eso. No es bueno para el cuerpo picha. La vigilia nocturna es el principio del desequilibrio. La digestión se altera, el corazón se vuelve nocturno...
- Ezo eh farándula pisha. Tú orvídate de loh libroh... Centrarce, hacerse un café o un té, y luego vah poco a poco, párrafo por párrafo, concepto por concepto...
- ... pero es un hábito que te arrastra...
- y con tres zubrayadores dihtinto pa no canzarte la vihta...
- ... porque el otro día, en una fiesta el Regis...
- ... y escushando ar Rancapino de fondo cantando un jondo...
- ... me senté encima de una bandeja donde habían preparado precisamente...

Poco a poco me dejé mecer por las caricias de la suspensión del autobús y los susurros de los compis, y no tardé en caer rendido y babeante a un sueño que, de alguna manera, no debió acabar del todo horas antes y reclamaba una oportunidad...

rey diamante




The spirit of the candle :

Theme: Mike

"My mother was obsessed by evil jealousy
She didn't want nobody to even look at Molly
She kept me locked up in this attic 'till I died
Only 4 years old, my story left untold"
Oh Molly...oh Molly

"Mother was struck by this infallible idea
If she could paint my portrait I would remain immortal
And I could hang downstairs above the fireplace
A little girl in lace, not a single trace of crime"

Solo: Andy

"Each day and night she worked and autumn turned to spring
For every stroke she painted a little life was ended
At last I felt so weak I could not even speak
But in that fatal portrait my spirit came to life again"

Oh Molly

Solo: Mike - theme: Mike

"That night I made the portrait speak in evil tongue:
You're gonna go beyond too, may pain and death bestow you
She grabbed a book and spoke aloud an ancient rhyme
While she burned the portrait in the candle of fate"
Oh Molly

"I've gotta see ma"

28/12/11

Adrián: Hace unas semanas empecé una relación con una chica. El problema es que soy de Barcelona y ella de Sevilla, ninguno de los dos tenemos dinero para desplazarnos. ¿Qué puedo hacer por la relación?

Querido Adrián:

¿Cómo demonios comenzó esta relación con cada uno en una ciudad, si no tenéis dinero para ir a la del otro? Por internet, seguro. Pues ya vas mal, porque seguro que la chica es un señor mayor, que lo sepas. Pero bueno, en cualquier caso, si quieres salvar esta pareja aún podrías tener una oportunidad. Es remota, y no estoy seguro de que aún funcione, pero puedes intentar un método no demasiado conocido.

Como recordarás, en el año 1992 se celebraron simultáneamente dos eventos importantes de carácter internacional en las dos ciudades, las Olimpiadas en Barcelona y la Exposición Universal en Sevilla. Cuando ocurre esto en un mismo país, a veces se crean puentes espacio-temporales que unen los dos sitios. En el caso que nos ocupa, los dos vórtices están situados en dos puntos concretos. En Barcelona, el nodo está ubicado en el pebetero del Estadio Olímpico, y en Sevilla, en el centro de la bola climática. En teoría, es posible unir los dos puntos para usarlos como polos cuánticos a través de los cuales teletransportar materia. Se cuenta que en aquellos días se usaba para trasladar a la familia real de Barcelona a Sevilla y viceversa. Ellos son la prueba viviente de que el sistema funciona perfectamente y que su uso no deja ningún tipo de secuela psíquica o física.

¿Cómo activar el puente? Bien, funciona un poco como el de la película Terminator. Os debéis situar a la vez en cada uno de estos puntos. Os debéis colocar en los nodos siempre desnudos, con los brazos en cruz, las piernas abiertas y sujetando una reproducción de la mascota de cada evento, Cobi en Barcelona y Curro en Sevilla. No podéis sujetarlo con las manos, que deben estar extendidas, ni con la boca, ya que es necesario que pronunciéis un conjuro de activación. Sujetar a Curro es más fácil, como ya intuirás. Una vez en esta posición gritad la siguiente frase: “Guardia Urbana, no tenéis cojones de venir a por mí”. Hacedlo las veces que haga falta, hasta que se active el puente cuántico y uno de los dos se desplace a la posición del otro. No puedo asegurar cuál de los dos será el que salte a la posición del otro, creo que depende de quien tenga el peluche mejor metido en el culo.

Suerte y ya me dirás cómo ha ido. Bueno, no hace falta, ya lo leeré en el diario.

__________________________________


Juan Poveda: Tengo que ir a trabajar con camisa y corbata, y no tengo ni idea de cómo se hace eso que llaman “ir conjuntado”. ¿Qué puedo hacer al respecto?

Querido Juan:

Vaya putadón lo de tener que ir vestido con traje al trabajo. Es bastante incómodo, aunque si lo piensas también tiene sus ventajas, como por ejemplo, la facilidad que ofrece para ahorcarse de forma rápida. A mí la gente con traje no me gusta. Siempre me ha dado bastante miedo. El traje uniformiza a las personas y les da un barniz de respetabilidad, sin importar cómo sean en realidad. Con un traje siempre cuesta más saber si son buena gente o no. El traje es el blanqueo de dinero de los seres humanos. Por esta razón, la cantidad de ladrones, incompetentes e hijos de puta es mayor bajo los trajes.

Mi padre siempre me dijo: “Desconfía de un hombre con corbata. No es un hombre, es una rata”. No es un consejo popular, pues sólo se lo he oído decir a mi padre, y es cierto que siempre ha sido una persona muy creativa inventándose dichos. Otros dichos absurdos suyos son: “Al torero y al picador, les huele la boca a flor”, “Cuando te pones moreno, en el sexo no tienes freno” y “Las lentejas con chorizo te ponen el pelo cobrizo”. Como sea, el traje es una prenda que da miedo. Piensa que en muchos países de Latinoamérica le llaman “saco”, así que no te extrañe que alguien vestido con saco te dé por él. En Latinoamérica saben de qué hablan, tienen una larga tradición de que gente con traje les joda la vida.

Y lo de “ir conjuntado” es imposible, así que olvídate de ello. En el mundo de la moda no hay reglas firmes. Piensa que es un sector industrial en el que cada diseñador pretende revolucionar su mundo cada temporada y poner del revés todo lo que se tenía por seguro. Además, no se descarta que estas personas consuman algún tipo de drogas en el ejercicio de su trabajo, de modo que no hay suelo bajo sus pies. Todo en la vestimenta tiene justificación. Dos estilistas distintos podrían pasar horas defendiendo y atacando tu estilo en el vestir (al que se refieren a veces con la palabra que más rabia da del mundo: “look”) con total vehemencia. Te puedes vestir como un payaso del Cirque du Soleil o con el traje con el que acudiste a la boda de tu prima en el año 85 (que en este caso es más o menos lo mismo) y justificarlo perfectamente con criterios estéticos dispares. En tu caso, al único a quien tienes que tener contento es a tu jefe, el mayor cabronazo con traje que encontrarás cerca, y el único que te puede despedir si cree que no “vas conjuntado”. Si a él le parece bien como vas, perfecto. Fíjate como se viste e imítalo. Ya está.

Un cordial saludo (como ves me despido con frialdad, porque desconfío de ti, hombre del saco)



Berto Romero

24/12/11

en Navidad.... Ciorán

- Si j´étais Dieu, je me ferais n`importe quoi, sauf homme. Comme Jésus serait grand s´il était un peu plus misanthrope!


- Il est des régards feminins qui ont quelque chose de la perfection triste d´un sonnet.


- Un homme ennuyeux est un homme incapable de s`ennuyer.


- Dieu pardonnerai-t-il à l´homme d´avoir poussé si loin son humanité? Comprenda-t-il que ne plus être homme est le phénomène central de l´expérience humaine?


- Personne ne peut savoir s´il est croyant ou non.



Cioran



- ¿Todo va bien? Entonces, algo va mal.



Panadero de la calle Bernabé





Feliz Navidad (.....)

21/12/11

HARF (Herramienta de Abertura Rústica de la Faringe)


Saludos. Hoy presentamos ante ustedes un utensilio que revolucionará el mundo de la medicina: el Depresor Lingual o Herramienta de Abertura Rústica de la Faringe (HARF).

HARF ha sido diseñado para cubrir la creciente necesidad de exploración faríngea que existe en nuestras sociedades modernas. El tabaquismo, el abuso de bebidas frías, el actual cambio climático y el aumento del precio de las bufandas han disparado el número de personas que, cada día, acuden a su médico de cabecera con problemas de garganta. Como bien es sabido, la exploración faríngea consiste en abrir la boca ostensiblemente, permitiendo así que el profesional examine la zona afectada. Hasta ahora, la técnica empleada por los médicos consistía en sentar al paciente y hacerle ver una película entera de Isabel Coixet; el consecuente bostezo servía para lograr una abertura de la boca total, haciendo posible el examen y posterior diagnóstico. Esta técnica, conocida en la comunidad médica como TIC (Tedio por Isabel Coixet), pronto será cosa del pasado.

HARF es una herramienta de sencillo manejo y muy versátil. No requiere conexión a la toma eléctrica, es extremadamente ligero y permite un uso directo y efectivo. Al tratarse de una herramienta aplicada a la cavidad bucal, cada HARF será personal e intransferible; en otras palabras, se utilizará uno por cada paciente. Por eso, su presentación en el mercado será en forma de cajitas de 40 unidades a un precio muy razonable, lo que lo convierte en uno de los mejores instrumentos médicos desechables que existen a día de hoy. En los próximos meses anunciaremos también una versión en acero inoxidable: cada profesional podrá emplear uno por cada 30 pacientes, solucionando así esos engorrosos problemas de espacio que puede crear una cajita en la consulta del médico.

HARF tiene forma de espátula y mide 15 cm de largo y 2 cm de ancho. Está hecho enteramente de madera natural (sin barnizar, así evitamos el riesgo de envenenamiento) y sus bordes son redondeados. Debido a esto, puede ser empleado con facilidad para deprimir la lengua del paciente mientras este abre la boca. Así ahorramos esfuerzo a la persona atendida y hacemos de la exploración faríngea una práctica activa, en la que el médico tiene el control. HARF debe manejarse con gran cuidado: una presión excesiva en la lengua, o una excesiva inserción del instrumento, puede hacer que el paciente presente arcadas. En principio, este hecho hace que HARF y TIC sean indiferenciables; no obstante, esta reacción tan poco deseada puede evitarse retirando la herramienta de la cavidad bucal y volviendo a empezar el proceso. Además, como veremos a continuación, incluso esta reacción por mal uso es aprovechable.

La versatilidad de HARF va mucho más allá de la exploración en trastornos de garganta: también puede utilizarse como inductor del vómito (si fuera necesario), para examen de párpados, para aplicar medicamentos a modo de espátula, para manejar muestras de laboratorio e incluso para inmovilizar fracturas o luxaciones de los dedos de las manos.
También proponemos su uso en odontología pediátrica, como instrumento para ejercicios con el fin de corregir la mordida cruzada anterior de la dentición inicial. Su aplicación no se limita a un uso en humanos: también pasará a ser una herramienta de primera necesidad en las clínicas veterinarias. Para los más golosos, es importante mencionar que puede usarse también para hacer helados caseros en el congelador de nuestra propia casa; la forma de hacer esto es completamente libre, aunque nosotros recomendamos hacerlo antes de usarlo como instrumento de exploración faríngea.
HARF es una herramienta creada para responder a una necesidad, por eso tendrá éxito. Muy pronto formará parte de la práctica de todo profesional sanitario y acabará siendo, incluso, un elemento imprescindible en el botiquín de todas las casas”, asegura Hans E. Stafanov, especialista de la faringe y otros conductos del hospital universitario Universitätsklinikum de Erlangen, Alemania.

Por todo esto, creemos que HARF es un invento sin duda necesario, que hará de la relación médico-paciente una experiencia mucho más positiva.

20/12/11

clamo

Silente está el coloso
en permanente bruma,
tras un manto de nubles insondables.

Merluzo poderoso,
fiera tranquila, un puma
portentoso de profundas
y formidables invenciones,
breves como rayos a veces,
pero certeras como flechas
de oro.

Quebrando el horizonte,
con ardiente fervor
infundes el horror
tú, en esta convención,
que sin ti renquea.

Vómitos de ceniza limpia
despiertan serenas sonrisas
en el hombre esperanzado.
Bello y terrible, en suma,
¿tus entradas se antojan terminadas?.

Si despiertas furioso,
vuelve a coger la pluma
y corteja a las almas impresionables.
Las formas espectables
de tu pétrea sintaxis
y efecto demoledor,
en luz del albor
dan aspecto de un laxo mastodonte.

Nuestro asombro entrará de nuevo en liza
con sensata cautela y sana risa...esto te pido:

¡Mece la niebla que te cubre por ahora,
escucha mi clamor y acaricia este pez
que muere sin la lava
que tu corazón bombeaba!
¡Al menos una vez, una vez cada eternidad...!
¡Que crujan tus paredes y laderas
al menos una vez, te ruego, cada mil milenios,
una sola vez cada cientos de eras!

Cet impensable que tu appelles Dieu



You can be all you desire
An honest man - a vicious liar
Seek out the Light or seek the Dark

You can honor or desecrate
Sympathize or manipulate
Carved in your flesh - embrace the Mark

Enslaved and hypnotized -
Chained to artificial lives
You are the Bastards of the Machine
The Bastards of the Machine

Be a saint for those in need
Or spin them webs of lust and greed,
Yeah, you've restored my dying faith

With a kiss of death - a last farewell
Hand in hand, through the Gates of Hell
You'll pay the price for the choice you make

I see your demons rise -
Deep within your burning eyes
You are the Bastards of the Machine
The Bastards of the Machine

The Bastards of the Machine
The Bastards of the Machine


je savais bien bébé que c'était pas simple
que j'étais couard c'est vrai et plein d'absinthe
qu'il était tard je sais quand vint ta plainte
mais qu'à moi comparée t'étais une sainte
je savais bien bébé que t'étais trop belle
lorsque tu t'effeuillais dans la nuit pale
jaloux du moindre pd, du moindre cheval
que tu montais bébé j'avais trop mal
kétamine et cachets de gardénal
je te mens pas bébé je te trouvais sale
j'étais noue, j'avais un goût de sel
le bonheur s'use c'est vrai des qu'on l'appelle
je savais bien bébé que tu étais d'équerre
et de la tête aux pieds black et decker
tu avais la flamme sacrée et des converses
tu étais ma femme rêvée, ma fille de perse

j'avais sans doute trop d'amour en moi
tu étais sans doute beaucoup trop belle pour moi
j'étais jaloux de tout
jaloux de tout

je savais bien bébé que tu étais fatale
que tu allais déclencher l'assaut final
j'aurais du m'épancher passer à table
mais j'étais dépassé et lamentable
j'ai rien compris bébé, j'ai vu le mal
partout de tous cotés, lu ton journal
partout j'avais des points de côtés, des sueurs froides
sitôt qu'un étranger semblait affable
je me sentais laid, ouais, et incurable
que je sois sobre, grisé, cuit comme un râble
et j'étais comme froisse et comme maussade
sitôt que tu parlais aux autres à table
je savais bien bébé que c'était la guerre
tu.devais moins m'aimer, moins que naguère
tu étais la plus belle des filles de la terre
tu oublieras mes baisers, mais pas l'enfer

j'avais sans doute trop d'amour en moi
tu étais sans doute beaucoup trop belle pour moi
j'étais jaloux de tout
jaloux de tout
jaloux de tout
j'étais jaloux de tout
jaloux de tout

tu disais souvent
je vais te perdre un jour
je répondais tout le temps
tu dis n'importe quoi comme toujours
tu disais parfois
tu dis que du vent
je répondais toujours
tu dis n'importe quoi comme souvent
avant
avant
tu disais aussi
tu vas t'en aller
je répondais jamais
toi, tu ne m'en voulais jamais
puis tu disais mon grand
refais-moi l'amour
je répondais jamais vraiment
mais on refaisait l'amour souvent
avant

je savais bien bébé que c'était morose
qu'on avait sous le pied comme une rose
qu'on faisait moins c'est vrai la chose
que j'avais tant laissé, dés ecchymoses
tu auras compris bébé que je m'en veux
qu'en plus de tout gâcher, j'ai donné peu
j'avais un pull rayé hedi slimane
tu étais ma vie rêvée, ma première dame

18/12/11

frutis

Púas de Acero (capítulo 1)




1.
Aquella mañana desperté, como no podía ser de otro modo, y permanecí tumbado con las manos en la nuca durante un buen rato saboreando los breves minutos en que tarda la sangre en repartirse. En esos momentos somos realmente de lo más vulnerables, pensé, casi no vemos ni escuchamos, no sentimos ni pensamos, todo nuestro ser es un saco lleno de hormigas que nos impiden movernos. Sentí la boca pastosa y el cerebro palpitando y golpeándome el cráneo. Me esforcé en recordar qué habíamos estado haciendo la noche anterior. CONSOLA, GUSANITOS, BEBIDA FRÍA. Vale, estupendo. Observé con detenimiento la perfecta rectitud de los ángulos de las cuatro esquinas del techo, por mirar algo, ya que estaba panza arriba, hasta que bajé la vista y me topé con la imagen de la virgen ciega.
Algo de susto me dio, aunque ya estaba acostumbrado a verla cada mañana. Sin embargo, a veces descubría cosas nuevas en ella. Sus colores suaves le daban un aire y un candor de devoción a aquella escena en la que una señora con una túnica negra miraba a ese bebé con cara de piraña, preguntándose cómo hubo de ocurrir aquella materialización por medio del espíritu santo, pues ella no parecía acordarse de nada.
Ese cuadro, mi abuela siempre lo había guardado en su armario y nunca entendí por qué razón lo tenía allí olvidado junto a esos cachivaches tan típicos de las abuelas como perfumes y colonias, una cajita de latón con los enseres del coser, estampitas, fotos, joyas... y justo el día antes de comenzar mi nuevo periplo en la universidad, se me ocurrió pasarme por su habitación. Obviamente, no era el cuadro lo que iba buscando sino un bolsito donde ella guardaba solamente monedas de cincuenta céntimos. Yo a mi abuela siempre le he tenido mucho cariño, no se vaya a creer usted, pero era cuestión de hacerse con una paga anticipada, era un ahora o un nunca, y a mí eso del nunca, es una palabra que nunca me ha gustado usar.

Así pues, el plan consistía en agarrar unas pocas monedas del bolsito en cuestión, el cual guardaba con mimo la abuela en el último cajón a la derecha. Aproveché que no había moros en la costa y, cual tejón hambriento, llegué al monedero objeto de mi deseo. Nunca llegué a abrirlo. Su peso hablaba por sí solo. Digamos que no valía precisamente en oro. Nada, no había nada, solo pelusa. Y entonces vi el cuadro apoyado en el fondo del armario, escondido entre batas y chaquetillas de punto. Debí pensar que no quedaría nada mal en mi nuevo piso, tan vulnerables y desnudas estaban sus paredes en cuestión de decoración... y me lo llevé.

La primera semana ya me aburrí de él. Se me ocurrió que la culpa era del niño. Para ser el nuevo salvador, su aspecto dejaba mucho que desear. Tenía el pelo rizado y bastante crecido, y unos mofletes que daban susto. Su mirada parecía decir algo así como “¿comorl?” Además, alguien debió derramar sobre él algo de café o un líquido similar, porque todo el rostro del niño estaba difuminado con una mancha negruzca como si hubieran restregado a fondo para limpiarlo a toda prisa, provocando justamente lo contrario. Entonces, un día supe que la mirada turbada de la virgen podía deberse también al hecho de haber concebido a esa cosa tan fea que sostenía entre sus brazos. Recuerdo que agarré las tijeras de cortar las uñas y, en un acto de iconoclastia y buen gusto, le recorté lo ojos a esa señora que tanta lástima me inspiraba. Aunque, ahora que lo pienso, también podía haberle cortado la cabeza al niño...
No en vano, la cosa mejoró bastante. A mí me gustaba más, desde luego. Y es que, desde aquel momento empezamos a recibir más visitas de lo normal en el piso. A menudo se formaban verdaderos círculos de debate en mi oscura habitación comentando la apariencia que había adquirido aquella pintura. Unos decían que si barroca, otros que si sucubismo, que si neorrealismo... Visto el éxito de tal representación inquietante, se me ocurrió decorar el marco con unas alas de cuervo que había recogido hacía tiempo en uno de mis paseos por el desierto de Palmería, así, para darle más efecto.

Terminé de centrifugar un poco más estos recuerdos y dejé de mirar el cuadro. Suspiré y continué paseando mis ojos por la habitación en penumbra. Sí, estaba oscuro, pero sabía que no era temprano. En realidad no hacían mucha falta las persianas en aquella cueva incrustada en lo más recóndito del piso.
El ordenador seguía encendido desde la noche anterior. Sonaba una pieza de Coltrane. Una entrada caótica de saxofón al principio de la canción dio paso al piano juguetón y replicante de Elvin Jones al que John complementaba con una desenfadada melodía a contrapunto... Mis cosas favoritas. Imaginé a Coltrane ligeramente corvado y casi estático, apenas inflando los mofletes y sin sudar una gota, extrayendo de su saxo tenor un alegre jugo de notas mientras Steve Davis movía desenfrenadamente los dedos hasta que se hacía un nudo con ellos.
Miré en dirección a la puerta y calculé que podía llegar hasta ella sin pisar el suelo, saltando por los bultos fantasmales que formaban mantas, ropa, calzado y desechos de comida rápida. Pero no iba a moverme todavía. Había aprendido a disfrutar del no hacer nada. Todavía me estaba haciendo a aquel habitáculo, no había razón para la prisa, no había razón para adelantar el irremediable momento en el que, una vez lavado y vestido, tendría que decidir en qué gastar el tiempo.
Volví al techo. Pensé en cómo demonios había acabado viviendo en aquella conejera con más polvo que aire, pero bueno, hacía ya casi cinco meses que salí del nido para emprender mi osadía universitaria y aún me agradaba observar las esquinas del techo, no estaba nada mal.
Al final logré levantarme con un esfuerzo acompañado de un crujido: los muelles del somier o mis huesos, era difícil de distinguir.
Pensé en cuándo fue mi último desayuno verdadero, ese que se toma siempre medio atontado aún a la hora en que pasa por debajo de la ventana el primer motor malhumorado del día. Ese tipo de desayunos dejaron de formar parte de mi dieta justo cuando terminé el instituto. No sabría decir muy bien qué debí hacer aquel verano para celebrar el fin de estudios, pero esa debió ser la época en la que empezaría a nacer esta propensión a la nocturnidad y la alevosía. Con esto no quiero insinuar, querido lector, que sea el sistema el que nos envilezca, no por favor, no lo crea ni por un segundo.

Este año habían abierto el Bar Baroja justo en la esquina del bloque, y eso es de agradecer en un piso de estudiantes típico como el nuestro, cuya cocina habíamos rehabilitado como invernadero para plantas diversas. “Desayunar a la hora de la comida también es un buen método para ahorrar, claro que sí”.
Me rasqué la espalda y me asaltaron pensamientos de culpa justo cuando alcancé a ver la hora en la pantalla del pc ¿Cuántas veces me había dicho que no volvería a ocurrir, que no volvería a concurrir en la oferta nocturna que aporta la noche de la ciudad? Luego pasa lo que pasa. Era un delito contra la naturaleza, pero mancillar nuestros jóvenes cuerpos seguía siendo una sabrosa novedad. Me rasqué de nuevo, esta vez el cuero cabelludo. Gesto habitual, pero no sabría decir si es que me picaba de verdad el cuerpo o lo hacía para comprobar que aún podía sentirlo como mío.

Por la ventanilla con marco de hierro que da al patio interior se oían algunas conversaciones y chirriaban cuerdas de tender, entraba olor a estofado. "Deben ser alrededor de mediodía, una hora más, una hora menos...". Una pesadez inhumana me requirió de nuevo en la cama y me tumbé boca abajo empotrando la varilla en un pliegue de sábana, preparándome para un nuevo desvanecimiento. Reincidir en la procrastinación era una demostración fehaciente de que en mí residía aún un espíritu rebelde. Todo era válido para no ser descubierto por la luz de un cegador y agobiante día de mayo.

Cuando ya me dejaba llevar por un sueñecito que parecía interesante y sin esfuerzo alguno por mi parte, sonó el timbre. Cosa rara. Y qué forma de llamar tan peculiar. Era un timbrazo alegre, sin miramientos. Entonces presentí que algo poco común estaba a punto de ocurrir. Pensé en Jan. Seguramente se habría quedado seco en algún rincón de la casa. Cuando me fui a dormir a altas horas de la madrugada me topé con él saliendo del cuarto de baño. Sea como fuere, puesto que mi cuarto estaba al final del pasillo, seguro que él estaría más cerca del contestador que yo. Esperé en silencio para escuchar su peculiar arrastre de pantufla. Nada. Contuve la respiración para escuchar mejor. El timbre volvió a sonar aún con más ímpetu, emulando la cadencia de una contraseña. Al momento, escuché una voz hosca y apática que respondía: era Jan, que había conseguido llegar al contestador. Admirable, de verdad. Después, silencio de nuevo, y creo que volví a quedarme dormido, aunque por poco tiempo: unos pasos atronadores se dirigieron a la puerta y el picaporte descendió de golpe dejando entrar una luz cegadora.

- ¡¡Levanta morza, que noh vamoh de fiehta!!- una voz grave y sospechosamente conocida me asaltó en mi guarida-.

Yo me hice la estatua, quise desaparecer, pero las sábanas salieron volando por el aire descubriendo mi cuerpo indefenso embutido en un raído pijama. Era Gregorio. No paraba de moverse de aquí para allá con una bolsa de plástico llena de tintineantes litros de cerveza. Me di media vuelta y me apretujé contra la pared haciéndome el longui. Jan, ya despierto, interrogaba de soslayo a nuestro inesperado visitante.

- Quién lo diría, hace unas horas estabas aquí con nosotros de juerga y héte fresco como una berza.
- Es que picha, este pizo tazorbe la enerhía. Ir preparándoce que noh vamoh a una rave.
- ¿Ah sí? No puedo creerlo...¿Y qué hay que llevar?- pregunté inocente.
- Tú mihmo, no hé cuánto tiempo ehtaremoh. Venga, ale brío ar zaco huezo. Noh vamoh en autobú. Pillá pahta y hacerce un bocata.
- Pero, pero, hay que ver, lo tuyo no tiene fin ¿y quiénes vamos a ir?- dijo Jan desde la cocina mientras hacía café-.

A mí siempre me gustaba regodearme en la duda, pero la pereza empezaba a desaparecer. A Jan casi se le caen las tazas en la cocina, cuya ventana daba también al patio interior:
- Ya te han llamado tus colegas del fiestorro y no has podido decir que no.
- Pero pisha, que es la fiehta de la primavera, plena naturaleza con una antorsha y hay un río y tó. ¿No te apetece pazár día en er campo y con lah shavalita? Ni penzarlo. Ir preparándohe rápido que perdemoh el autobú. Yo mientras me voy eshando un partidito ar Pro.
Algunos vecinos se asomaron al patio para ver a qué se debía semejante estruendo. Muchas veces tenía que bajar del todo la persiana para que no me vieran tumbado en la cama hecho un harapo.
“Ahora sí”, me dije, bajando de la cama con una voltereta, “es la hora de entrar en acción”.

sniff X

La Respiración del Guerrero y la Respiración del Letrado

En el Qigong hay dos formas básicas de respirar: la Respiración del Guerrero (wu hsi) y la Respiración del Letrado (wen hsi). La Respira¬ción del Guerrero es forzada, potente, audible e inducida por podero¬sas y deliberadas contracciones del diafragma y la pared abdominal. La Respiración del Letrado es natural, suave, silenciosa y relativa¬mente libre de esfuerzos.

La Respiración del Guerrero resulta mejor para los ejercicios de respiración terapéutica que pretenden fortalecer el cuerpo, absorber y acumular Qi, estimular la circulación de la sangre y favorecer la vita¬lidad y la salud física en general. La atención mental debe centrarse exclusivamente en el proceso respiratorio.

La Respiración del Letrado se utiliza sobre todo para la medita¬ción y para practicar la respiración rítmica durante las actividades or¬dinarias, tales como leer, caminar, trabajar y demás. La Respiración del Letrado no exige una atención tan exclusiva como la del Gue¬rrero, ya que es más natural, pero la mente debe permanecer alerta en un segundo plano para verificar que las cuatro fases de la respira¬ción se ejecuten rítmicamente. La fuerza impulsora en la Respiración del Letrado sigue siendo el diafragma, pero aquí no se expande ni se contrae en tan gran medida como en la Respiración del Guerrero.

La Respiración del Guerrero y la del Letrado son en realidad dos métodos distintos para practicar cualquier ejercicio respiratorio, más que ejercicios respiratorios en sí mismas. La diferencia fundamental es que la Respiración del Guerrero resulta básicamente estimulante para el organismo y prepara para el «combate», es decir, para la acción. La Respiración del Letrado, en cambio, es sedante para el organismo y resulta apropiada para la contemplación, la concentración, la medita¬ción y demás. La principal diferencia técnica está en la fuerza que hay tras el aliento.

Estas dos clases de respiración pueden combinarse en una misma sesión de ejercicios. Por ejemplo, antes de comenzar una sesión de meditación es buena idea estimular los centros de energía y poner la circulación en movimiento con unos cuantos minutos de la forzada Respiración del Guerrero, para luego pasar suavemente a la más pa¬siva Respiración del Letrado. Puede utilizar la Respiración del Le¬trado para relajar y enfriar el organismo tras realizar una serie pro¬longada de ejercicios con la Respiración del Guerrero. Utilice la Respiración del Letrado a lo largo del día, en el curso de sus activida¬des normales, pero estimule de vez en cuando la energía y la circulación con unos minutos de Respiración del Guerrero. Con el tiempo, llegará a familiarizarse con las sutilezas de ambas clases de respiración v sabrá intuitivamente cuándo hay que aplicar cada una.

2 - 3 - 4 - 5 - 6

15/12/11













Que un perro te ladre es normal, pero ladrarle a un perro… no tanto, mucho menos a un perro policía, pero ¿es demasiado delito? Al parecer los perros policías también tienen derechos, como leemos en la siguiente que recoge el sitio RT.

Resulta que un buen día (quizá malo para él) Ryan James Stevens, de 25 años, comenzó a ladrar a un perro que se encontraba en un coche policial, cuando su amo, un oficial de policía, se alejó para examinar un accidente de tráfico en la calle vecina. Al volver hacia su coche, el policía vio como Stevens ladraba a su perro. Luego, explicando su comportamiento, el joven aseguró que “empezó el propio perro”.

De esta manera el ciudadano estadounidense llegó a parar ante el tribunal por haber ladrado a un perro policial en el Estado de Ohio. El abogado del acusado aseguró que de este modo el hombre hizo uso de su derecho a la libertad de expresión.
La legislación del Estado prevé el castigo de una multa o dos meses en la cárcel por insultar a un perro policía. Pero, según el abogado de Stevens, el joven sólo hizo uso de su derecho constitucional a la libertad de expresión de una manera muy peculiar.

No obstante, el amo del perro insistió en la protección de los derechos de su “colega”. Señaló que el joven estaba borracho y sus acciones constituyeron un insulto al perro e incluso pudieron provocar que el animal rompiese la ventana y saliese del automóvil para atacar a su ofensor. Aunque es de suponer que el perro estaba callado, ya que le estaban hablando y callar es de buena educación en estos casos. El veredicto sobre el asunto será anunciado en los próximos días, informa el sitio RT.

BOOK (Bio-Optical Organized Knowledge device)

14/12/11

la txalaparta txalada

Carmencita: Hola, mi problema es que tengo un pecho un poco más grande que otro, ¿creéis que esto importa a los chicos?


Querida Carmencita:

Para nada. Es más, a los hombres nos gusta muchísimo que un pecho sea más grande. Si puede ser, entre tres y seis veces mayor que el otro. No sé por qué, nos encanta esa desproporción. Y te digo más, ojalá tuviérais uno de ellos de otro color, negro o morado, eso sería un sueño. Si supieras la cantidad de veces que nos masturbamos imaginando chicas con tetas dispares… Como sabrás, internet está llena de fotomontajes de chicas con una teta de cada clase. Es una locura: fotos de muchachas con una teta suya y la otra de vieja, pellejosa y caída. O de cabra. Oh, eso sí que nos pone realmente a cien. Híbridos de mujer con animal. Yo ahora mismo me estoy masturbando mientras escribo esto.

Pero bueno, no te preocupes, esto es normal. Ya deberías saber que todas las mujeres tienen siempre un pecho mayor que el otro. Del mismo modo que los hombres tenemos un testículo más grande que su gemelo. Yo mismo tengo mi huevo izquierdo mucho más colgandero que el derecho. De hecho, y perdóname la confianza, el izquierdo lo tengo como un poquito desdibujado. Mientras que el derecho siempre se mantiene prieto y, por qué no decirlo, incólume y desafiante ante el mundo, el siniestro presenta una textura como más acuosa, está como menos definido. Cuando me exploro los huevos, tarea que llevo a cabo muy a menudo, siempre me sorprende su textura. Contiene incluso como unos grumos junto a la bola tipo cojinete (o cojonete, jaja, qué afortunado juego de palabras, ¿no crees?). Llevo ahí algunos filamentos semi-gelatinosos. Llegué incluso a preocuparme, imaginando que tal vez pudiera tener algún tipo de tumor y acudí a la consulta del médico de cabecera. Él hombre me masajeó un poco los huevos (tarea ingrata pero necesaria, que alguien tenía que hacer) y me tranquilizó, diciéndome que aquello era normal. Nos pusimos muy contentos ambos y nos besamos en la boca y fue aquella, sin duda, una de las mejores sesiones de sexo sodomita que he vivido jamás.

De todas maneras, si te sientes incómoda por tu diferencia de tamaño entre senos, puedes recurrir a un sencillo truco. Preséntate siempre a tus amados en escorzo, de lado, ofreciendo siempre a la vista el pecho pequeño en primer lugar. Una vida de canto es un precio muy menor que pagar a cambio de la completa seguridad en ti misma.

Bueno, Carmencita. Espero que mi respuesta te haya quitado miedos y te haya servido de ayuda. A mí me ha gustado mucho responderte, tenía muchas ganas de hablarle un rato a una chica desconocida sobre mis cojones.



Berto Romero

13/12/11

La nuit

J'aime la nuit avec passion. Je l'aime comme on aime son pays ou sa maîtresse, d'un amour instinctif, profond, invincible. Je l'aime avec tous mes sens, avec mes yeux qui la voient, avec mon odorat qui la respire, avec mes oreilles qui en écoutent le silence, avec toute ma chair que les ténèbres caressent. Les alouettes chantent dans le soleil, dans l'air bleu, dans l'air chaud, dans l'air léger des matinées claires. Le hibou fuit dans la nuit, tache noire qui passe à travers l'espace noir, et, réjoui, grisé par la noire immensité, il pousse son cri vibrant et sinistre.

Le jour me fatigue et m'ennuie. Il est brutal et bruyant. Je me lève avec peine, je m'habille avec lassitude, je sors avec regret, et chaque pas, chaque mouvement, chaque geste, chaque parole, chaque pensée me fatigue comme si je soulevais un écrasant fardeau.

Mais quand le soleil baisse, une joie confuse, une joie de tout mon corps m'envahit. Je m'éveille, je m'anime. A mesure que l'ombre grandit, je me sens tout autre, plus jeune, plus fort, plus alerte, plus heureux. Je la regarde s'épaissir, la grande ombre douce tombée du ciel : elle noie la ville, comme une onde insaisissable et impénétrable, elle cache, efface, détruit les couleurs, les formes, étreint les maisons, les êtres, les monuments de son imperceptible toucher.

Alors j'ai envie de crier de plaisir comme les chouettes, de courir sur les toits comme les chats; et un impétueux, un invincible désir d'aimer s'allume dans mes veines.

Je vais, je marche, tantôt dans les faubourgs assombris, tantôt dans les bois voisins de Paris, où j'entends rôder mes soeurs les bêtes et mes frères les braconniers.

Ce qu'on aime avec violence finit toujours par vous tuer. Mais comment expliquer ce qui m'arrive ? Comment même faire comprendre que je puisse le raconter? Je ne sais pas, je ne sais plus, je sais seulement que cela est. -- Voilà.

Donc hier -- était-ce hier ? -- oui, sans doute, à moins que ce soit auparavant, un autre jour, un autre mois, une autre année -- je ne sais pas. Ce doit être hier pourtant, puisque le jour ne s'est plus levé, puisque le soleil n'a pas reparu. Mais depuis quand la nuit dure-t-elle ? Depuis quand ?... Qui le dira ? Qui le saura jamais ?

Donc hier, je sortis comme je fais tous les soirs, après mon dîner. Il faisait très beau, très doux, très chaud. En descendant vers les boulevards, je regardais au-dessus de ma tête le fleuve noir et plein d'étoiles découpé dans le ciel par les toits de la rue qui tournait et faisait onduler comme une vraie rivière ce ruisseau roulant des astres.

Tout était clair dans l'air léger, depuis les planètes jusqu'aux becs de gaz. Tant de feux brillaient là-haut et dans la ville que les ténèbres en semblaient lumineuses. Les nuits luisantes sont plus joyeuses que les grands jours de soleil.

Sur le boulevard, les cafés flamboyaient ; on riait, on passait, on buvait. J'entrai au théâtre, quelques instants, dans quel théâtre, je ne sais plus. Il y faisait si clair que cela m'attrista et je ressortis le coeur un peu assombri par ce choc de lumière brutale sur les ors du balcon, par le scintillement factice du lustre énorme de cristal, par la barrière de feu de la rampe, par la mélancolie de cette clarté fausse et crue. Je gagnai les Champs-Élysées où les cafés-concerts semblaient des foyers d'incendie dans les feuillages. Les marronniers frottés de lumière jaune avaient l'air peints, un air d'arbres phosphorescents. Et les globes électriques, pareils à des lunes éclatantes et pâles, à des oeufs de lune tombés du ciel, à des perles monstrueuses, vivantes, faisaient pâlir sous leur clarté nacrée, mystérieuse et royale les filets de gaz, de vilain gaz sale, et les guirlandes de verres de couleur.

Je m'arrêtai sous l'Arc de Triomphe pour regarder l'avenue, la longue et admirable avenue étoilée, allant vers Paris entre deux lignes de feux, et les astres! Les astres, là-haut, les astres inconnus jetés au hasard dans l'immensité où ils dessinent ces figures bizarres, qui font tant rêver, qui font tant songer.

J'entrai dans le Bois de Boulogne et j'y restai longtemps, longtemps. Un frisson singulier m'avait saisi, une émotion imprévue et puissante, une exaltation de ma pensée qui touchait à la folie.

Je marchai longtemps, longtemps. Puis je revins.

Quelle heure était-il quand je repassais sous l'Arc de Triomphe? Je ne sais pas. La ville s'endormait, et des nuages, de gros nuages noirs s'étendaient lentement sur le ciel.

Pour la première fois je sentis qu'il allait arriver quelque chose d'étrange, de nouveau. Il me sembla qu'il faisait froid, que l'air s'épaississait, que la nuit, ma nuit bien-aimée, devenait lourde sur mon coeur. L'avenue était déserte maintenant. Seuls, deux sergents de ville se promenaient auprès de la station des fiacres, et sur la chaussée à peine éclairée par les becs de gaz qui paraissaient mourants, une file de voitures de légumes allait aux Halles. Elles allaient lentement, chargées de carottes, de navets et de choux. Les conducteurs dormaient, invisibles, les chevaux marchaient d'un pas égal, suivant la voiture précédente, sans bruit, sur le pavé de bois. Devant chaque lumière du trottoir, les carottes s'éclairaient en rouge, les navets s'éclairaient en blanc, les choux s'éclairaient en vert; et elles passaient l'une derrière l'autre, ces voitures rouges, d'un rouge de feu, blanches d'un blanc d'argent, vertes d'un vert d'émeraude. Je les suivis, puis je tournai par la rue Royale et revins sur les boulevards. Plus personne, plus de cafés éclairés, quelques attardés seulement qui se hâtaient. Je n'avais jamais vu Paris aussi mort, aussi désert. Je tirai ma montre. Il était deux heures.

Une force me poussait, un besoin de marcher. J'allai donc jusqu'à la Bastille. Là je m'aperçus que je n'avais jamais vu une nuit si sombre, car je ne distinguais pas même la colonne de Juillet, dont le Génie d'or était perdu dans l'impénétrable obscurité. Une voûte de nuages, épaisse comme l'immensité avait noyé les étoiles, et semblait s'abaisser sur la terre pour l'anéantir.

Je revins. Il n'y avait plus personne autour de moi. Place du Château-d'Eau, pourtant, un ivrogne faillit me heurter, puis il disparut. J'entendis quelque temps son pas inégal et sonore. J'allais. A la hauteur du faubourg Montmartre un fiacre passa, descendant vers la Seine. Je l'appelai. Le cocher ne répondit pas. Une femme rôdait près de la rue Drouot : " Monsieur, écoutez donc. " Je hâtai le pas pour éviter sa main tendue. Puis plus rien. Devant le Vaudeville un chiffonnier fouillait le ruisseau. Sa petite lanterne flottait au ras du sol. Je lui demandai : " Quelle heure est-il, mon brave? "

Il grogna : " Est-ce que je sais. J'ai pas de montre. "

Alors je m'aperçus tout à coup que les becs de gaz étaient éteints. Je sais qu'on les supprime de bonne heure, avant le jour, en cette saison, par économie; mais le jour était encore loin, si loin de paraître.

" Allons aux Halles, pensai-je, là au moins je trouverai de la vie. "

Je me mis en route, mais je n'y voyais pas même pour me conduire. J'avançais lentement, comme on fait dans un bois, reconnaissant les rues en les comptant.

Devant le Crédit Lyonnais, un chien grogna. Je tournai par la rue de Grammont, je me perdis; j'errai, puis je reconnus la Bourse aux grilles de fer qui l'entourent. Paris entier dormait, d'un sommeil profond, effrayant. Au loin pourtant un fiacre roulait, un seul fiacre, celui peut-être qui avait passé devant moi tout à l'heure. Je cherchais à le joindre, allant vers le bruit de ses roues, à travers les rues solitaires et noires, noires, noires comme la mort.

Je me perdis encore. Où étais-je ? Quelle folie d'éteindre si tôt le gaz ! Pas un passant, pas un attardé, pas un rôdeur, pas un miaulement de chat amoureux. Rien.

Où donc étaient les sergents de ville ? Je me dis : " Je vais crier, ils viendront. " Je criai. Personne ne me répondit.

J'appelai plus fort. Ma voix s'envola, sans écho, faible, étouffée, écrasée par la nuit, par cette nuit impénétrable.

Je hurlai : " Au secours ! au secours ! au secours ! "

Mon appel désespéré resta sans réponse. Quelle heure était-il donc ? Je tirai ma montre, mais je n'avais point d'allumettes. J'écoutai le tic-tac léger de la petite mécanique avec une joie inconnue et bizarre. Elle semblait vivre. J'étais moins seul. Quel mystère ! Je me remis en marche comme un aveugle, en tâtant les murs de ma canne, et je levais à tout moment les yeux vers le ciel, espérant que le jour allait enfin paraître ; mais l'espace était noir, tout noir, plus profondément noir que la ville.

Quelle heure pouvait-il être ? Je marchais, me semblait-il, depuis un temps infini, car mes jambes fléchissaient sous moi, ma poitrine haletait, et je souffrais de la faim horriblement. Je me décidai à sonner à la première porte cochère. Je tirai le bouton de cuivre, et le timbre tinta dans la maison sonore; il tinta étrangement comme si ce bruit vibrant eût été seul dans cette maison.

J'attendis, on ne répondit pas, on n'ouvrit point la porte. Je sonnai de nouveau ; j'attendis encore, - rien !

J'eus peur ! je courus à la demeure suivante, et vingt fois de suite je fis résonner la sonnerie dans le couloir obscur où devait dormir le concierge. Mais il ne s'éveilla pas - et j'allai plus loin, tirant de toutes mes forces les anneaux ou les boutons, heurtant de mes pieds, de ma canne et de mes mais les portes obstinément closes.

Et tout à coup, je m'aperçus que j'arrivais aux Halles. Les Halles étaient désertes, sans un bruit, sans un mouvement, sans une voiture, sans un homme, sans une botte de légumes ou de fleurs. - Elles étaient vides, immobiles, abandonnées, mortes!

Une épouvante me saisit - horrible. Que se passait-il ? Oh ! mon Dieu ! que se passait-il ?

Je repartis. Mais l'heure ? l'heure ? qui me dirait l'heure ? Aucune horloge ne sonnait dans les clochers ou dans les monuments. Je pensai : " Je vais ouvrir le verre de ma montre et tâter l'aiguille avec mes doigts. " Je tirai ma montre... elle ne battait plus... elle était arrêtée. Plus rien, plus rien, plus un frisson dans la ville, pas une lueur, pas un frôlement de son dans l'air. Rien ! plus rien ! plus même le roulement lointain du fiacre - plus rien !

J'étais aux quais, et une fraîcheur glaciale montait de la rivière.

La Seine coulait-elle encore ?

Je voulus savoir, je trouvai l'escalier, je descendis... Je n'entendais pas le courant bouillonner sous les arches du pont... Des marches encore... puis du sable... de la vase... puis de l'eau... j'y trempai mon bras... elle coulait... elle coulait... froide... froide... froide... presque gelée... presque tarie... presque morte.

Et je sentais bien que je n'aurais plus jamais la force de remonter... et que j'allais mourir là... moi aussi, de faim -- de fatigue -- et de froid.


Guy de Maupassant

10/12/11

poeman


Hoy aún estoy esperando
en este tirar de la noria
que sigue obligándome,
este mundo de asuntos prácticos
cuando la satisfacción y la utilidad
no es aún evidente.
Durante el día me llega el mundo de la academia,
del bien saber de las lenguas modernas
y el ruego silencioso, de rodillas, entre llantos,
de un ser desesperado en petición masiva
de reafirmar su inteligencia,
de un ser que por asuntos de risa
llegó a la clase al altar mayor,
a donde ser llamado ¡profesor!
es tres cuartas partes de su tarea.
Lleva a sus espaldas, en sus hombros
un sistema de mil toneladas,
tal peso que causa bostezo,
y desea la compra y venta de todos nosotros.
La comunicación, si así se llama, degrada;
es un  negocio fingido, sucio,
de intenciones de fachada,
de tanta o cuanta frecuencia
con que vea nuestra cara: boquiabierta
como atenta a su sapiencia;
es la visión de un alumno
perdiendo su tiempo a conciencia.
Maldito el mundo de las palabras,
sin padre, sin madre, bastardo, perdido;
¿Cuántas evidencias mal explicadas,
desviadas por la torpeza de un adulto
del continuo tiempo,
nos llevan una vida entera?
No vais a robar más siglos de tiempo a mi vida,
que como todas acaba de nacer y
como a todas poco tiempo le queda;
un mundo de mentirosos que hurtan el espíritu,
un mundo niño, confuso, torpe;
hay días que toco y no siento mi piel,
mi piel de camaleón que se hace basta, gruesa, ajena;
amanezco como amanecer pueden mis motivos,
y camino sin quererlo
porque al no hacerlo lo echo de menos,
y reposo sin quererlo
porque al andar me siento un esclavo;
esclavo ficticio de morales carentes de vida,
verdadero preso de papeles que pasan de manos,
 del deber de ganarse la vida,
del comer para ser, del hacer para sonreír,
de ganarse poder no morir
en un mundo que no sabe de la muerte
y nada sabe de las heridas.

Durante la noche, que vuelvo a ser yo,
los asuntos de la vida rebosan vacuidad.
Sonrío ante lo que pienso,
como quien tiene cuidado al pensar.
Es lucidez de dejar la vida
al desnudo, arma de doble filo,
de acero oxidado o diamante:
lucidez depresiva a veces,
otras veces de alegría exaltada;
algunas noches consigo que
ni lo uno ni lo otro ocurra,
es ahí donde encuentro la vida;
ya no la dejo en pañales grises
como vida que pare suciedad,
ni es pañal bordado en flores
inundado en litros de perfume,
y es sólo la vida desnuda,
que sabe de importar sin importancia,
que sabe lo que yo no sé,
que me dice de no ser
sastre torpe de emociones.
No tengo nada que decir
porque todo la vida lo dice,
porque sólo lo que no se expresa
se hace comprender como debe:
disensiones, rodeos y reflexiones
que sólo buscan ahorrarse a sí mismas.




J

7/12/11



(Scatting by Scatman John) I'm the Scatman (Scatting by Scatman John) I'm the Scatman (Scatting by Scatman John) Everybody stutters one way or the other So check out my message to you. As a matter of fact don't let nothin' hold you back. If the Scatman can do it so can you. Everybody's sayin' that the Scatman stutters But doesn't ever stutter when he sings. But what you don't know I'm gonna tell you right now That the stutter and the scat is the same thing. Yo I'm the Scatman. Where's the Scatman ? I'm the Scatman. Why should we be pleasin' all the politician heathens Who would try to change the seasons if they could? The state of the condition insults my intuitions And it only makes me crazy and my heart like wood. Everybody stutters one way or the other So check out my message to you. As a matter of fact don't let nothin' hold you back. If the Scatman can do it brother so can you. I'm the Scatman. (Scatting by Scatman John) Everybody stutters one way or the other So check out my message to you. As a matter of fact don't let nothin' hold you back. If the Scatman can do it brother so can you. I'm the Scatman. I hear you all ask 'bout the meaning of scat. Well I'm the professor and all I can tell you is While you're still sleepin' the saints are still weepin' cause Things you call dead haven't yet had the chance to be born. I'm the Scatman. (Scatting by Scatman John) I'm the Scatman....repeat after me It's a scoobie oobie doobie scoobie doobie melody I'm the Scatman....repeat after me

Cerebrando II (René y Litus)

René: Recuerda, amigo mío, que el lenguaje de programación del sistema es el dinero, no la solidaridad. Las vidas humanas son prescindibles y hasta estorban al buen funcionamiento del sistema. Recuerda las virtudes de un tsunami, según Jodorowsky.

Litus: ¡Atrevidas palabras, en un mundo que solo conoce la individualidad personal!

René: Mucho. Y déjame decirte más: existen muchas pruebas de que el Sida no lo causa el VIH, sino otros virus muy conocidos para los que hace mucho que existe cura, pero sería una debacle económica admitir que eso es así. El ser humano es prescindible para el universo y hasta perjudicial, no cabe duda.

Litus: Bueno, yo diría el universo en su conjunto está fuera de peligro por el momento.

René: Es cierto, pero lo que quiero decir es que si lo importante es el universo, el hombre viene sobrando.

Litus: Por eso no me gusta entrar en temas de política y similares. Son construcciones hechas por el hombre, como mansiones sin cimientos. Sin embargo, la moral tiene probablemente un carácter universal; hay quien cree que todo ser inteligente del Universo sabe distinguir lo que está bien de lo que está mal. Y para mí, el único problema del mundo es la falta de esa cualidad, que tan evidente nos parece a muchos; lo demás son detalles.

René: Que san Demetrio te oiga.

Litus: Antes has mencionado la importancia del Universo. A eso yo preguntaría: ¿importante para quién o para qué?

René: Para Jodorowsky, supongo. Un optimista (según la definición filosófica), opina que todo mal repercute en un bien mayor para el universo. Que lo importante es el bien del universo en su conjunto.

Litus: No pongo en duda que sea así. Aunque la verdad es que, como consuelo, resulta muy difuso.

René: Todo eso nos llevaría a entrar en la idea de Dios: replanteársela implica replantearse también las ideas de cielo e infierno.

Litus: Efectivamente. Pero la verdad es que el tema de si hay algo tras la muerte no es algo que me preocupe demasiado últimamente.

René: Según la Biblia, Jesús dijo que la vida eterna no es otra cosa que conocer a Dios. He estado dándole muchas vueltas a esto últimamente.

Litus: ¿Y has sacado algo en claro?

René: No. Estoy más perdido que nunca con respecto a Dios, la fe, la religión...

Litus: Eso solo puede ser buena señal, te lo digo yo. Pero, ¿te refieres a conocer a Dios en vida, o después? Porque si lo que quieres es conocerlo en vida, ya sabes que existen algunos caminos.

René: La pregunta es a qué se refería Jesús. Aparentemente, dice que si llegamos a comprender la verdadera naturaleza de Dios, tendremos vida eterna. Y claro, la solución más fácil es el mito de maya: todo es uno. El yo no existe. Si comprendemos esto tendremos vida eterna, porque ya no seremos "yo", sino que seremos todo.

Litus: Sí. Ya que has sacado a Jodorowsky, te diré que él hace mucho uso de esa idea. Prescindir de la concepción de un yo individual nos quitaría muchos dolores de cabeza, cuanto menos.

René: Pues sí. El problema es que yo (egocéntrico de mí) no suelo aceptar las soluciones fáciles.

Litus: ¿Qué tiene eso de fácil? A mi me parece toda una tarea.

René: Quiero decir que es lo primero que se me viene a la mente cuando pienso en ello. Digamos inmediato en lugar de fácil. Y Jesús insiste: "Quien pierda su vida la ganará, pero quien quiera conservarla la perderá."

Litus: Espero que algún día el mundo le encuentre su sentido a semejante afirmación. Como dijo Matus, borrar la imagen de uno mismo es muy fácil, ontológicamente hablando: "Casi nunca nos damos cuenta de que podemos borrar cualquier cosa de nuestra vida en un abrir y cerrar de ojos". El problema es que tenemos un yo que no sabe realizar tareas sencillas, o no quiere. Así que creo que tienes razón.

René: Todo parece apuntar a lo mismo.

Litus: Al final, todo se relaciona. Es cuestión de darse cuenta: la conclusión siempre es la misma.

René: Quizá mi salud física y mental me agradecería aceptar que yo no soy yo, sino solamente una manifestación temporal del todo. Mi conclusión racional es siempre la misma, pero mi fe difiere.

Litus: Bueno, es que tú sí eres tú. Existe un yo esencial, que sí es una parte del todo. El problema es el yo individual, el ego, o la "instalación foránea" de Matus. Si de conclusiones se trata, la verdad es que últimamente suelo hacer más caso a mi parte racional. Si lo piensas, merece que le dé una oportunidad: el racional es una herramienta que, en el ser humano, parece estar más desarrollada que los mecanismos de la fe.

René: Haces bien, porque si Dios nos dio la razón será porque es buena, como diría Galileo. Pero en mi caso mejor no, en este momento, porque si me fiara de la razón, no acabaría siendo hinduista, budista, chamanista, platónico o incluso matrixista, que serían "males menores". Acabaría siendo más bien satánico.

Litus: Lo que parece claro es que el cristianismo sí requiere fe, mientras que el

budismo, por ejemplo, me parece bastante racional en su esencia.

René: El budismo es una filosofía, no una religión, así que no requiere más fe que la que requiere el platonismo. Claro, existen ramas religiosas del budismo, pero no es la versión original. Y el hinduismo vendría siendo lo mismo pero con muñecos.

Litus: absolutamente.

René: Y creo que las cuatro son compatibles con el cristianismo. En cuanto al matrixismo, es una mezcla de todo.

Litus: La primera vez que vi Matrix no la entendí. Claro que tenía 15 años y estaba en un cine al aire libre...

René: Yo tampoco la entendí al principio. Simplemente, me gustó como cualquier otra de ciencia ficción. Como pudo gustarme Terminator en su día. Fue al leer sobre ella cuando vi que aquello no era una película más. La frase final de Neo "Porque lo he elegido" resume todo lo que creo en cuanto a filosofía (y quizá también en cuanto a religión).

Litus: Supongo que esa frase trae en consigo la idea de que todo es igual.

René: Bueno, para mí significa que el ser humano es esencialmente libre, y todo lo que ello implica. Neo no era el elegido porque estuviera predestinado a serlo, como creía Morfeo, sino porque él quiso. De hecho, segun el Oráculo, estaba predestinado a no serlo.

Litus: Y, ¿no será que quiso serlo gracias a que Morfeo creía?

René: Bueno, que decidamos no quiere decir que entendamos nuestras decisiones, como bien dijo el Oráculo y como bien dice una de tus últimas publicaciones en Facebook. ¿Lo decidió porque había quien creía en él? Quizá. Aunque yo creo que no era Morfeo quien creía más en él. Morfeo creía en un mito. Niobe: "No creo en el elegido, pero creo en él."Niobe sí creía en él. Y por supuesto, Trinity.

Litus: ¡Veo que has hecho los deberes!

René: Gracias, tengo mucho tiempo para pensar.

Litus: A mi me pasa algo parecido con Jesucristo. No creo en el mito, pero sí en el hombre.

René: Haces bien. "Muchos os dirán que aquí o allá está el Mesías. No lo creáis."

Litus: Eso lo dijo Jesús?

René: Sí. Advirtió que muchos intentarían decir a los demás quién es el Mesías. Así que si no te crees nada de lo que te han dicho sobre Jesús tal vez esté bien. Y ahora, para terminar porque me tengo que ir, te diré una frase que quizá sea mucho más escandalosa que tu sugerencia de que no hay cielo ni infierno (escandalosa para un creyente, digo): tal vez, para creer en Dios, tengo que ser ateo.

Litus: sólo diré una cosa: amén.

6/12/11

Crystal Klear


Existe en el acto de mirarse en el espejo un doble sentido, una sensación de simetría consumada, un secreto que ha sido finalmente descifrado, como algo pendiente, una puerta milenaria esperando esa mágica llave que abre sus goznes, algo que por fin se cumple para dar paso a conciencias mayores, a formas y pensamientos nuevos y precursores. Es la hora de la gran oportunidad de saber qué somos. Mas con cuidado. Jamás he conocido herramienta tan fascinante y a la vez tan traicionera como las brillantes esferas que coronan nuestro rostro. La superficie cristalina que devuelve el reflejo es como el símbolo (=) en la fórmula matemática que nuestro conocer ansiaba tras obtener el resto de elementos, crystal klear. Como si nuestros ojos supieran de sí mismos y obtuvieran el permiso definitivo justo en el momento en que se encuentran con su fiel reflejo en la superficie de un lago de aguas mansas, claro como un lago de aguas mansas.

No cabe en mí duda ninguna de las maravillosas coincidencias que nos rodean en todo momento desde el principio de nuestra historia, como verdades impermutables. Una de ellas, la facultad del líquido elemento –lo mismo tiene de simple que de fascinante- para devolvernos nuestra propia imagen. De allí surgimos y allí volveremos.

tourbillon d´iniquités


Si por alguna razón, cuando vaya en enero a castellón,
tras haber cumplido con mis honores de becario,
y con la uni mis lazos se hayan terminado,
dando carpetazo a toda una vida de dedicación...

media vuelta me diera y con gesto avieso
de mi libertad de repente tomara consciencia,
dejando escapar ex `profeso
mi bus de vuelta a mi tierra,

y mirando al horizonte con jeta de climax
pues ya me rasca la cara el aire frío
dejara caer la maleta
con un solo pensamiento:

¿Y ahora qué hago, tío?
porque el corazón me dice a cada latido,
arrugado te veo como una pasa,
ya tendrás tiempo de volverte solo a casa;

toda la vida aún por delante,
multitud de días en raso todavía,
mas atrás echo la vista
y veo desprecio y desperdicio...
de aquí al vacío ya va quedando 
menos, espabila,...
que a américa, asia o ceanía...

pero todo esto lo piensa mephisto,
no soy yo, lo reconozco,
¿ganas de nuevas cosas? no lo niego,
montar una buena yegua o
en una noria gigante con forma de elefante...
ahora que tengo fondos, de donde salen
no me preguntes,
que si el gobierno anda tras mío
su culpa será por no darme brío,
ahora que tengo la pasta, digo,
para alojarme en pension barata;
lisboa, praga, francia...
en cualquier lugar, me da igual,
con tal de disfrutar
de más álgidos momentos

una temporadita trabajando en lo que sea..
aunque sea en etiopia, en adis abeba
o quizás salir caminando bastón en mano,
siguiendo la cornisa arrugada
que corre junto al mar de alborán
buscando un templo de almas abandonado
o caminar como lagarto bajo las hiedras de canaán
que me curen de este veneno de juventud,
veneno de juventud que me incita a subir y subir,
escalar y ascender
lamer y lamer sobacos en el aristolimpo,
a cambio de una razón sólida:
disfrutar más de mil álgidos momentos..
pez de juventud que empuja a jugar a la fama,
a jugar a ser alguien y rodearse de gente que diga al verte...
pongamos por ejemplo
'mira! pero si es... el primo de Reverte!

A ti van dedicadas estas palabras,
a ti, ciudad anónima
fría y amarga, oscura de invierno,
y ya te hablo aunque no te conozco,
¿me verás llegar por la autopista que atraviesa tu barrio de chalets con piscina?
¿pisarán mis pies el pavimento de colillas de tu estación de bus?
¿tocarán mis labios tus jarras de cerveza prostituidas desde hace lustros
en ese pub del centro a donde acuden los desorientados
a dejar sus olores en banquetes de madera?

quien sabe, si solo pudiera dejar de pensar,
que he de vivir con alguien hasta la eternidad y más...
¿por qué pensar que la serie ha de terminar?

hoy aprendí una lección adicional,
pues andaba yo perdido
sin conocer la causa
que me impedía completar
este texto,
cuando vino oportuno el momento
como quien echa una mano a un manco,
y es que el no evacuar era fruto de una alergia,
una alergia a la alegría de un papel en blanco.

3/12/11

doble sombra

A doppelganger, also spelled doppelgaenger, can be the ghost of a living person or any other sort of physical double that look very similar to the ghosts of the deceased. The idea of a doppelganger is sometimes similar to that of an "evil twin." The word doppelganger comes from the German Doppelgaenger, literally meaning "double-goer." Doppelgangers are also linked if not similar to crisis apparitions.

There are many different types of doppelganger, as the definition of the term has become somewhat loose, encompassing any sort of double. The doppelganger may be ghostly or appear in the flesh. It may be an "evil twin" unknown to the original person who causes mischief by confusing friends and relatives, or it may be the result of the original person being in two places at once through an act of magic. In some cases a person will come upon his own doppelganger who is typically engaged in some future activity. Scientists at the University Hospital in Geneva, Switzerland discovered that electrical stimulation of the brain, used to treat epilepsy, can produce the sensation of a doppelganger's presence in the patient.

In folklore, the doppelganger is said to have no shadow or reflection, much like vampires in some traditions. Doppelgangers are often malicious or a bad omen, and they can haunt their earthly counterparts. They may also give bad advice or put thoughts in their victim's heads. Seeing one's own doppelganger or the doppelganger of a friend or relative is considered very bad luck, often heralding death or serious illness of the doppelganger's original.

In fiction

Doppelgangers appear often in various types of fiction, from mistaken identity plots in novels and plays to more supernatural doppelganger phenomena in works of science fiction, fantasy, and horror. There are many famous accounts of doppelgangers in history as well. Guy de Maupassant's short story Lui (Him) tells of the writer's own experience with a doppelganger. In Edgar Allan Poe's short story "William Wilson", the protagonist of questionable morality is dogged by his doppelgänger most tenaciously when his morals fail. A similar device is employed in Fyodor Dostoyevsky's short story "The Double: A Petersburg Poem. In Charles Williams' novel, Descent into Hell, a doppelgänger is a significant part of the plot as the heroine's fear of the doppelgänger drives relationships and choices. In Stephen King's book The Dark Half, the main character, Thad Beaumont, thinks he's being tormented by a murderous doppelgänger. But is revealed later that he's indeed the ghost of Thad's twin who had died in his childhood, and acquired an own life when Thad invented a fictional character for the book he was writing.

 

Famous cases

English poet John Donne claimed to have met his wife's doppelganger in Paris shortly before his daughter was stillborn. Poet Percy Bysshe Shelley and President Abraham Lincoln both saw doppelgangers that presaged their death; Shelley in a dream and Lincoln in his mirror.

Case example: German ghost hunting investigative team is called upon a doppelganger haunting activity to investigate.

The woman victim was standing on a street corner and with her peripheral vision saw the image of herself on a bus. The image of herself was staring back at her. One week later she again faced her doppelganger in a crowded mall, it stared at her and seemed to disappear amongst the mass of people. It wore the same clothes that she wore. One week later, she was diagnosed with cancer.

Meaning

Doppelganger haunting activity is considered the evil twin, the harbinger of misfortune, the omen of death.

In most cases, the victim of this haunting activity is in danger with her immediate surroundings, her family or in some cases the victim themselves are in grave danger of illness or death.

 

Theories

According to Shahar Arzy and colleagues of the University Hospital, Geneva, Switzerland the left temporoparietal junction of the brain evokes the sensation of self image—body location, position, posture etc. When the left temporoparietal junction is disturbed, the sensation of self-attribution is broken and may be replaced by the sensation of a foreign presence or copy of oneself displaced nearby. This copy mirrors the real person's body posture, location and position. Arzy and his colleagues suggest that the phenomenon they created is seen in certain mental illnesses, such as schizophrenia, particularly when accompanied by paranoia, delusions of persecution and of alien control. Nevertheless, the effects reported are highly reminiscent of the doppelgänger phenomenon.

http://ghosts.monstrous.com/doppelgangers.htm