16/12/12

el golfo


¿Y si la Corriente del Golfo se detuviese?

Para el hombre de la calle, la posibilidad de que la Corriente del Golfo se frene o se detenga directamente suena a ciencia-ficción. Esta gran corriente oceánica de superficie del Atlántico, proveniente de la zona intertropical y que baña las costas europeas (que nos asegura inviernos agradables y veranos templados), no puede sencillamente “averiarse”. Aún así, la disminución de su intensidad o incluso su detención total no son fenómenos imposibles. La historia climática del planeta lo demuestra. La Corriente del Golfo ya se ha encontrado con serias perturbaciones en su “recorrido”.

Una serie de investigadores canadienses, americanos y británicos, cuyos trabajos están respaldados en parte por el quinto programa-marco de investigación de la Unión Europea, calculan que el recalentamiento global de nuestro planeta modifica desde hace 10 años la salinidad de los océanos, lo que podría perturbar la circulación de las corrientes marinas (circulación termohalina).

La Corriente del Golfo forma parte de la circulación termohalina mundial.
La Corriente del Golfo forma parte de la circulación termohalina mundial.
Una cuestión de salinidad
La responsable de esta modificación de la salinidad del Atlántico norte sería el aumento de la evaporación de aguas de superficie en la región intertropical, que genera un exceso de vapor de agua en la atmósfera y precipitaciones de agua dulce más intensas en las altas latitudes.

Las aguas menos cargadas de sal penetran con más dificultad en las profundidades marinas. Esto es precisamente lo que sucede en la Corriente del Golfo en el norte de Islandia. Ahí es donde la famosa corriente se sumerge hacia los fondos oceánicos para volver hacia los trópicos y luego todavía más lejos, hacia el Océano Antártico. Esta corriente oceánica profunda es, en cierto modo, la corriente de “retorno” de la Corriente del Golfo de superficie.

La aportación de agua dulce suplementaria, acompañada de unas precipitaciones más intensas, impediría a la Corriente del Golfo sumergirse en el Ártico hacia los fondos oceánicos, lo que detendría la gran maquinaria climática mundial y podría obstaculizar e incluso taponar finalmente en superficie la Corriente del Golfo.

Consecuencias: si la Corriente del Golfo fuera deficiente, Europa, privada de sus efectos, caería, en su momento, en un nuevo periodo frío. Hablando claro, los inviernos de Lisboa correrían el peligro de ser tan intensos como los de Nueva York. ¿Utopía? La historia climática de nuestro planeta demuestra que tales fenómenos, provocados por un aporte considerable de agua dulce en las aguas del Atlántico norte (seguido de una descarga masiva de hielo del casquete glacial americano), ya han detenido la Corriente del Golfo.

http://ec.europa.eu/research/rtdinfo/special_pol/04/print_article_2603_es.html